Francamente, aun siendo porteño y votando, aunque viva en el conurbano, esta elección resulta más de lo mismo que hemos denostado en esta hipercrisis, dado los actores en juego. Parecería Buenos Aires sin luces... Ninguno de los candidatos puede hacer ostentaciones intelectuales, tomando de otros sus laureles. Macri le pide prestado la fama a su padre e intenta mostrar una imagen de empresario serio que tiene ideas para afrontar su compromiso. A una semana de las elecciones, la diferencia en las encuestas con el actual intendente es exigua. El pronostico de la segunda vuelta es acertado, seguramente la balanza se inclinará hacia Ibarra. El grupo macri genera en la sociedad desconfianza, asociándolo con Menem, lo cual es mucho, amplificado en la Capital. Igual es un hombre que trasunta cierta seguridad en su andar; presidente del club más popular del país, en pleno éxito; ubicuo al expresarse pero muy inestable cuando lo presionan, disparando aseveraciones en tales ocasiones que estando en el ejercicio del cargo se potenciarían. Hasta el presente, los empresarios devenidos a políticos no han transmitido en su accionar las cualidades ejecutivas que tanto anhela la sociedad de sus dirigentes políticos. Supuestamente tendrían que traspolar productivamente tales virtudes del ámbito privado al público. Gobernar, cualesquiera fuera el nivel ejecutivo, trasciende la simple administración. Implica una cosmovisión global de las demandas ciudadanas que exceden ampliamente a un orden gerencial, que por supuesto es una parte importante e inesquivable en un funcionario público ejecutivo. Evidentemente exige sensibilidad social para percibir las demandas ciudadanas. No es el fuerte del empresario en cuestión, carencia bastante común en el perfil de los negocios, generadora de los fracasos de los empresarios en el arte de la política. E inversamente para los políticos, más duchos en percibir las aspiraciones ciudadanas pero sin capacidad ejecutiva...

 La bajada de pulgar del Presidente al boquense, al asociarlo a las funestas experiencias del menemismo y sus negociados empresariales, ha dado un apoyo impensado hacia el actual intendente ( disculpen, pero eso del jefe de gobierno me supera...; comparativamente, el alcalde de Nueva York, debería autotitularse rey, emperador o faraón...). Cuando se determino la elección directa del alcalde porteño, pensé que una exitosa gestión era una vía de acceso sumamente rápida hacia los cien metros que separan a la Rosada. Realmente un puente de plata, que puede ser un espejismo peligroso como fue la “eficaz” gestión del radical De la Rúa, devenido ulteriormente a Presidente. Y Macri sabe de ambas, tanto de la oportunidad de mostrarse como la de tener recursos suficientes – propios y prestados, “reintegrables”- para transformar una gestión mediocre en glamorosa vía medios, si sus ocasionales contrincantes no ofertan algo contundente. Dios nos guarde y Kirchner haga una buena presidencia  - sintetizando capacidad ejecutiva y sensibilidad social-  que nos libere de espejismos y/o nuevos negociados.

En fin Ibarra tiene un padrino poderoso, por contradicción al postulante empresario. No es bueno, votar por contradicción es una experiencia lamentable en nuestra historia. Aquel ha sido calificado duramente, no sé sí justamente. Le ha tocado bailar con la peor crisis histórica nativa y tan mal no le ha ido. Personalmente no es de mi predilección. Es un producto mediático aliancista, sin dotes ejecutivas ni intelectuales como lo fueron todos los emergentes durante el transcurso de la segunda presidencia menemista, que luego en el ejercicio del poder, la realidad engulló. Sorprendentemente era uno de los pocos políticos que podía transitar públicamente en lo peor de esta hecatombe ¿ Indiferencia o reconocimiento?  ¿ O simplemente no trasunto un nivel de corrupción como sus pares, siendo suficiente?

Zamora trasunta un discurso de criticas agudas, avalado por su evidente honestidad, pero sin el correlato de una aspiración de gobernar. Sus reticencias precedentes a asumirse como candidato no ayuda a una imagen de gestión productiva, que tampoco intenta o pueda trasuntar. Hubiese sido sorprendente si demostrara una vocación ejecutiva. Un numero considerable del electorado porteño le hubiese dado una oportunidad para pelearle a cualquiera de los dos números puestos al ballottage. Fundamentalmente los jóvenes, que no creen en estos políticos que tienen que votar o la natural desconfianza al negociado, resultando un dirigente como Zamora potable para canalizar su voto, más allá de la ideología que profese.  Francamente dudo que tenga tales dotes ejecutivas. Estas surgen de nuestra propia historia y se desarrollan progresivamente en su transcurso, no por una súbita y mágica irrupción. Creo que él también lo sabe y de ahí sus dubitaciones precedentes a aceptar ser candidato.

La piba, que tiene sus adeptos por su franqueza y confrontación contra jugadores inescrupulosos mal vistos socialmente, no puede omitir su volatilidad precedente. Tales cualidades, potables pero magras ante sus variados antecedentes y el escaso brillo demostrado en su accionar. El oportunismo no es una buena tarjeta de presentación. Peor para aquellos que la apoyan circunstancialmente sin vislumbrar tales carencias, que ellos potencian aún más. Sopesan el arrastre real que denota – una buena base de partida- más que otros miembros del partido, que aun siendo evidentemente más capacitados que Patricia Bullrich, jamás lograrían acercarse a su potencial caudal de votos ( por suerte insuficientes, bien medidos por la sociedad).  

Disculpen la digresión, pero mi desazón no permite eludirla: Convengamos que socialmente si no transferís crédito mediático desde otra actividad – como ser artista o deportista- o no sos reconocido en los medios o por los medios, la probabilidad de ser votado es casi nula, aunque sea objetivamente el sujeto más capacitado para el cargo electivo que se promueva en su oportunidad. Como humanos todavía dependemos de la pirotecnia, espejitos de colores, oratorias brillantes y/o ostentación de información, que seguramente nos remitirán a inferir - hasta ahora fallidamente- la calidad  del postulante. La realidad nos indica que en la cancha se ven los pingos. Los actores sociales existen y de excelente nivel, pero difícil y justificadamente quieran participar en política, dada las funestas experiencias que ello implica. Deberemos revertir tales circunstancias para tener un futuro mejor y no azaroso como hemos tenido hasta el presente. Este es el  objetivo del proyecto que infructuosamente intento generar: constituir una red socio-tecnológica, integrando recursos humanos y técnicos interrelacionados desde Internet, que posibilita la transmisión de texto, imagen y sonido,  hasta el boca a boca-puerta a puerta. Obviamente dirigido a aquellos que tengan la necesidad de ser útiles a la sociedad, sensibilidad y vergüenza de los que nos sucede; aportando sus conocimientos y/o esfuerzos según sus posibilidades y/o disponibilidades hacia objetivos que mejoren nuestra calidad de vida, sustentado en los principios de Igualdad, Libertad, Solidaridad e Idoneidad. De quienes se destaquen en tal praxis social y particular, emerjan los actores políticos que seguramente reducirá significativamente la posibilidad de defraudarnos. Partir desde lo social hacia lo político, no inversamente como hasta el presente, origen del descrédito trasfronteras de la clase dirigente política. 

En fin, retomando el análisis, mi querido Buenos Aires tienes una opción pobre: ser una nueva base de operaciones comerciales para el grupo Macri y/o substitutos, o darle otra chance al actual intendente que pudo no haber tenido la oportunidad adecuada tras la crisis. Guate...
  

Proyecto   ( Solidaria e Idónea ) Aportes e interrogantes ciudadanos
                         Número 042 del  18 de agosto  de 2003.    Francisco Alberto Scioscia
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