TRES ARTICULOS SIMULTANEOS Y RELACIONADOS

   

          Vamos a suponer que la opción boludo/s o chorro/s no es el aspecto a discutir sobre la compra del Ministerio de Desarrollo Social de alimentos básicos para proveer en esta cruel emergencia con notorios sobreprecios. Si las explicaciones del caso, que como decía el General: por definición lo inexplicable no se explica. O el más campero: no aclare que oscurece. En los textos y manifestaciones públicas no se manifiesta la forma de pago: cash; en términos de los plazos habituales del estado – extensos días hábiles-; o sin fecha precisa, lo cual no es un dato menor, que permitiría encuadrar la actitud tanto del ministerio como las empresas involucradas.

Lo expuesto, nos remite al segundo artículo: la asignación a 6.000.000 de beneficiados por el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), previamente calculado en 3.600.000. Falta analizar millones de solicitudes que podrían duplicar tal número. Por ahora tomemos como valido 60.000 millones… que estimo no salen de la recaudación sino de la emisión. Con dejar correr un poquito las impresoras de billetes, podrían haber emitido los 500 millones que se necesitaban para comprar plata en mano los artículos involucrados (azúcar, fideos, etc.), para ser repartidos con urgencia en el país en zonas álgidas donde la falta de changas/dinero y la hambruna consecuente pueden ser un coctel explosivo (léase saqueos, desmanes, o cualquier otra barbaridad posible). Las empresas proveedoras de los productos básicos en cuestión no son de primera marca. Si invitaban a las de primer nivel, pagando al contado los productos a precio de mercado mayorista, y estas se “plantaran” (pobre argumento que justificaba los sobreprecios), con hacerlo público sería un severo desmedro a las mismas en la opinión social y “principalmente” de sus consumidores dada la crisis que soportamos. Espero que los adquiridos sean de la calidad suficiente. Otra intriga es quien dio el número de potenciales involucrados en la IFE. Un yerro demasiado fiero.

Esto nos remite a un tercer artículo que relataba un programa –“Seamos Uno”- que lidera el sacerdote Jesuita Rodrigo Zarazaga, profundo conocedor del conurbano dada su experiencia como padre en zonas de indigencia del mismo. La iniciativa que pretende llegar a un millón de sujetos en estado de indigencia, en territorios populosos y explosivo dado las actuales circunstancias, que implica cajas de alimentos como artículos de limpieza necesarios para combatir al Covid-19. En tal programa convergen entidades religiosas como Caritas, AMIA, empresas, Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas, Banco de Alimentos, etc. , que ya lograron obtener 250.000 cajas, gracias a los aportes de empresas que vendieron sus productos al costo, otras las donaron y las contribuciones monetarias individuales. Todo este programa auditado por firmas de prestigio y de las mismas organizaciones involucradas en el proyecto, y la coparticipación de áreas sociales públicas para delimitar las zonas más necesitadas. Ver articulo completo: www.religiondigital.org – Zarazaga (googlear, falla hipervinculo)

En un análisis comparativo, diríamos que el sector privado actúa con mayor productividad frente a los dislates estatales. No, para nada. Debería concluirse que el Estado no tiene un cuerpo sustentable para enfrentar situaciones ordinarias y extraordinarias como las del presente. Periódicamente se intenta modernizar el mismo, pero falla en su intento por la simple razón que los políticos de turno no les interesa, llevando a los cargos técnico-administrativos a gente de su propia tropa, sin la formación adecuada para los objetivos del sistema público. Privilegian su interés personal sobre las demandas sociales, justificándose en que tales digitaciones son de su confianza ( preguntemosno ¿para qué?). Solo se necesita Idoneidad y Transparencia en el ejercicio de su función, con los debidos controles mutuos entre el poder político y una burocracia estatal productiva.

Hoy es el momento para bosquejar un proyecto de reforma del estado que transforme al mismo en una herramienta satisfactoria, con gente idónea designada por concurso público sin artilugios para los mismos, independientemente del gobierno de turno. Como ex funcionario de carrera del Estado Nacional, ejerciendo por más de veinte años, he volcado mis experiencias en el mismo en un breve ensayo, que puede aportar algunas soluciones (Bases Conceptuales para una Reforma Del Estado Nacional – Voluntad e Inteligencia).

 

                             Gracias por su atención.

 

Francisco Alberto Scioscia

 Aportes e interrogantes ciudadanos, (número 106 de abril 7 de 2020) .-                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

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