Editorial: Personajes y Política |
Resulta sorprendente la constante presencia pública en el escenario
político de miembros de la farándula, fenómeno trasfronteras. Otrora ser
"artista" era casi sinónimo de marginal. Hoy han revertido
esa imagen, transfiriendo ese crédito mediático obtenido con éxito al ámbito
político. Los diferencia con los dirigentes tradicionales de tal medio, es
que saben y están convencidos de que no pueden engañar a la gente, dado que
es su base de sustentación real. No fingen ante este, perciben
inequívocamente que hacerlo sería su fin. El feeling es mutuo e incluye a los
medios (un handicap muy alto). Es su capital y no lo van a rifar. Creo a
veces que son más confiables que los políticos de raza, ya que un error puede
costarle perder no solo el raid político en el cual están inmersos
circunstancialmente, sino su crédito mas preciado: el afecto popular.
Esto debe sopesar en sus decisiones en el plano político. Comiendo un
choripan con mi familia a la vera de la Gaona, por los altoparlantes de un
club hípico anunciaban la presencia del candidato a intendente por el
justicialismo - un conocido locutor- y era aplaudido convincentemente por el
público presente. El mismo propio del club, no precisamente adepto al partido
político que representaba el candidato. Sorprendido, no me quedo mas que
reflexionar sobre que lo hacia potable a ese público disímil al peronismo.
Además de tener exposición pública permanente, no excederse, hacer
comentarios coherentes y acotados, no abusar de la cámara (exponerse en
demasía termina diciendo lo que no debía decir), no estar pegado a nada en
exceso, bastan. Bah! ser eubolico (una de las virtudes de la prudencia:
hablar convenientemente). En otras palabras timing. "Virtudes"
estas que trascienden a cualquier partido y son deseadas por la gente , común
o no. Es decir, lo que no tolera es lo contrario a las mismas. Aún los
puntos negros que poseía el candidato no hacían mella en el balance público,
enrostrados tímidamente por la oposición. Estimo que cuando tales falencias
no toman estado general y por consiguiente no fueron reprobadas, no tienen la
entidad suficiente para crucificarlo. La información "negra" era
propiedad de los profesionales o gente bien informada, lo cual no equivale a
ser cierta ni esta garantizada. Y ganó cómodamente. Pero tal objeción
precedente empezó a formar parte de su gestión y pagó las consecuencias. Si
alguna vez vuelve, excepto escabullido en una lista sabana, tendré que
digerir estas reflexiones... Los políticos
profesionales recurren a ellos pues saben del handicap aludido, que les
permitiría conquistar bastiones inexpugnables por sí mismos, sin tener en
cuenta muchas veces las condiciones del personaje para el cargo en cuestión.
Bastará con ganar y fantasearan que será manejable para sus lugartenientes
locales que finalmente "coparan" al inexperto. Pero estos
tienen otros parámetros. Reutemann aludía que los políticos jamas entenderían
sus proposiciones. Lastima que no pude hacer públicas esas incomprensiones,
que harían más entendible a estos y aquellos. El corredor no come vidrio,
calla prudentemente y gana cómodamente... Los políticos
de hoy en día, mayoritariamente, tienen un déficit de feeling con el público.
Simulan y mal. Son malos actores y no solo en los medios sino en la calle. En
los 70, por aquellos tiempos justicialista por convicción ideológica (luego
de leer la literatura de Perón) lo que definitivamente me hizo participar más
activamente en el Movimiento Nacional fue un editorial de Timerman en La
Opinión (diario intelectual de la época), aludiendo al fenómeno
justicialista. Aquel refería que sus dirigentes podían ingresar - y lo
hacían- en una villa con un Mercedes, sin recibir ninguna agresión por tal
ostentación de desigualdad. Los otros dirigentes no justicialistas lo
tendrían que pensar (no lo hacían). Podría achacárseles cualquier objeción,
pero no su falta de identificación a la causa de los más necesitados
(tal comunión me identificó). Ello era percibido/transmitido naturalmente,
sin márgenes de error; fingir en una villa a nivel piel/gesticular podría ser
grave. Reitero, en los 70. Hoy ni los dirigentes ni los habitantes son los
mismos. Estos ni remotamente les creen que están a su favor, solamente los
dejaran entrar para saber que les pueden ofrecer /negociar. Tal descreimiento
les garantiza a los políticos, que si no satisfacen sus demandas no los
apalearan como otrora dado que lamentablemente se han disipado las
expectativas que tenían puestas en esos dirigentes. A lo sumo les robaran
algunos elementos del automóvil que llevaron... En fin, estos
personajes públicos, además de tener esa identificación con lo popular,
entender las reglas del juego político actual no les es muy difícil.
Una buena dosis de liberalismo, en mayor medida, combinada con un poco
de defensa de lo nacional, hacen un discurso potable para fines del milenio.
Con tal discurrir no irritarán al electorado y seguirán haciendo más de lo
mismo. No hay que tener muchas dotes para entonar esta canción. Es la que
propalan los medios exhaustivamente, no lo que seguramente quieren escuchar
la ciudadanía. Resignación. Hasta cuando...
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