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Estar tan cerca del
poder debe ser excitante para un político inmerso en las reglas del juego
vigentes. Perder no solo la gobernación de la provincia más importante de Su rival, más
tranquila, ganadora el año anterior a la esposa del gobernador con una
excelente elección en las parlamentarias. En esta oportunidad estaban en
juego los cargos ejecutivos en el ámbito provincial y municipal. Es decir el
poder por el poder mismo. Si Ruckauf tiene que tener cierto decoro en su
accionar, por su investidura y proyecciones futuras (y actuó como lo hizo),
imaginemos a los intendentes que trataran de mantener su poder sin ningún
tipo de reparo, mayoritariamente justicialistas, cuyos actos tienen una
trascendencia local. Además la gente de provincia tiene claro el manejo de la
política municipal. Acepta el clientismo como natural, propios de los
partidos políticos. Es más saben quienes son pues su militancia es observada
y registrada como vecino, no por trascendidos como en Capital, que si se
quiere puede solaparse. Además valoran a quien no se excede y hace buenas
obras de gobierno, soslayando negociados que considera propios del poder
municipal de turno, que a él le esta vedado desgraciadamente. Igualmente,
quien aparezca de la nada como candidato, no tenga nada que ofrecer y tenga
algún antecedente objetable, diría que igualmente quien no pueda aventar
sospechas malintencionadas que circularan sobre él, estará muerto. Este
ciudadano medio bonaerense esta más alejado de los medios y más inmerso en
sus necesidades de subsistencia que sus derechos. Es decir distinto al
capitalino, cuyo perfil medio es de mayor poder adquisitivo/nivel educativo,
con propensión a defender sus derechos que la subsistencia, donde Fernández
Meijide cosechó sus horas de gloria. Una lectura más apropiada de su triunfo
anterior en provincia, sería manifestar el descontento general hacia el
gobierno central, dado que al no haber nada en juego en lo inmediato (el
congreso esta muy alejado) era optima para hacerlo. Pero esto es valido en el
ámbito provincial, no traspolable al ámbito capitalino por las disimiles características
expuestas de sus habitantes. Además la inestimable ayuda de los radicales
tradicionales que no tuvieron empacho al corte de boleta, fomentada en muchos
comités, más aún que no surgió de internas, sino de un arreglo
interpartidario de También para el nuevo
gobernador no será fácil el camino. Menos intendencias, legislatura
minoritaria, el mayor nivel de desempleo, la seguridad... Mucha muñeca. Una ultima reflexión
para el poder político femenino. Aunque algunos lo llamen profesionalización,
estimo que deberían revisar su actitud de identificarse con lo masculino.
Igualadas, utilizan peor los recursos "políticos" exacerbando
aspectos que los hombres por si no hacen. Mal cóctel-negocio. Es decir, más
de lo mismo denostado. Tampoco deben ser Evita (hay una sola). Una visión
femenina equilibrada le vendría bien a nuestra dirigencia. Tienen a su favor:
no querer ser banca porque sí - lo aprendieron de su historia- contrariamente
a los muchachos que si quieren serlo aun no teniendo con que (pavonearse
instintivamente); "calar" rápidamente a estos, con mayor precisión
que sus pares (ardua experiencia como esposas), compensando ese machismo recalcitrante.
Y fundamentalmente poder aportar más a la integración familiar, sus
demandas/necesidades. Esta en su piel (filogenéticamente hablando). Los
hombres nos adaptamos, ellas lo tienen asimilado.
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