3.8
La seguridad.
Cuantas veces hemos escuchado a expertos militares
aludir a la "hipótesis de conflicto", trascendente para cualquier
Fuerza Armada. Para la nativa, ni los comunistas, ni nuestros socios del
Mercosur pueden serlo. Chile, podría ser... un chiste guerrear por los límites
andinos. Además va a ser otro socio. Malvinas geográficamente hablando,
factible. Que opinará la OTAN, los malvinenses o nuestra sociedad. Elija a
cualquiera y desaparecerá la opción de conflicto. Si invirtiéramos el orden de
la ecuación a falta de hipótesis no correspondería tener Fuerzas Armadas.
Podría ser un poco apresurado para un planeta aún en conflicto.
Decidir una guerra es un acto político, sin consulta
popular previa. Aunque después deba avalarla el Congreso ( o los políticos
cuando aquel no existe, 1982, Malvinas...). La elección de una dirigencia
política idónea diluye tal posibilidad: justificar lo injustificable ( matar a
otros humanos, sea cual fuere la razón). Pero aún hay sociedades que
emocionalmente no han podido canalizar sus expectativas, lo cual las torna
manipulables para fines que poco puedan tener de beneficio para esas
sociedades. Tal inestabilidad siempre ha sido un factor para resolver problemas
internos, trasladándolos al exterior (Saddam,
el golfo Pérsico). A pesar de la locura
del líder iraquí, debemos dar gracias a él por un nuevo hito mundial. EE.UU.,
otrora amo y señor universal de hecho, rey de la libertad, ya no pudo hacerlo
sin pedir permiso a las Naciones Unidas.
Forzados, incómodos, haciendo de coordinadores, los marines debieron
simular ser uno más en la contienda. El mundo ya no tolera la aplicación de la
fuerza porque sí, o justificarla como los héroes cinematográficos yanquis. La
guerra del golfo será y aspiro a no equivocarme , un nuevo rumbo en la
organización planetaria, les guste o no a los anti-Menem. Aunque las naves
hayan sido de papel, Argentina pasará a la historia universal como participante
del primer acto bárbaro civilizado del planeta Tierra ( puede que la
denominación no sea feliz...). Esta canción es entonada adecuadamente por
nuestro presidente, no así cuando canta las nativas.
En fin, creo que sería una excelente oportunidad para
establecer un orden racional mundial de las fuerzas militares. Solución para
muchos aspirantes al primer mundo como el nuestro, prescindiendo de las
anacrónicas estructuras físicas, logísticas y humanas (Corre, limpia.
Barre: colimba) .Término denigrante, no para el muchacho obligado,
sino para quien le da su razón de ser 1. Debería establecerse un grupo especializado
por
país según perfiles y/o zona geográfica. Reducidas, profesionalizadas,
equipadas adecuadamente. Intercoordinadas por la ONU y su consejo de seguridad
(un toque de realidad). Estimo que sería la única hipótesis de conflicto
posible.
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1 Espero que esta vez vaya en
serio lo de su eliminación y no cambien a los nuevos colimbas por nuevos pagos... por
nosotros.
A los policías, tanto para el presente como para el
futuro, le sobran hipótesis par subsistir. Los argentinos siempre nos
vanagloriamos al mundo de poder circular libremente, aun en la temida noche,
con las precauciones pertinentes. Pero ya cada vez nos vamos pareciendo más a
las otras naciones del primer mundo, incrementando violencia y marginalidad. ¿
Son conceptos vinculantes? ¿ La marginalidad genera inevitablemente la
violencia?. Nuestra generación de posguerra creció bajo la concepción del
trabajo como fuente natural de ingreso-sustento familiar. Las políticas
distribucionistas justicialistas lo fomentaron, creando fuentes de trabajo y
mejorando la calidad de vida poblacional. Partiendo de la clase obrera,
redujeron al mínimo la marginalidad y aun para estos, era factible egresar de
tal condición de no mediar discapacidades invalidantes. Así se fue construyendo
el concepto de pertenencia familiar y colectiva, internalizándoselo, so pena de
perder algo propio, valorado personalmente y compartido por el conjunto social.
En fin, un resguardo contra el exceso social.
Desgraciadamente, como dicen nuestros hijos, ya fue.
Décadas de políticas de indiferencia individual-familiar, tan transmisible como
la contención peronista contra el
exceso, pueden transformarse en el disparador de éste. El modelo de los medios
de comunicación es cercano a la clase media-media para arriba. En el verano del
'95 creí que la propaganda de la UB era la de una agencia de modelos top, dado
que mostraban caras de sus alumnos potables, que parecían aquellos. Este nivel
medio esta alejado del promedio del ingreso familiar -ni hablar personal o del
jefe familiar- y los actuales niveles de desocupación. Progresivamente, desde el
derrocamiento peronista, se fue socavando el viejo concepto del hombre bueno de
otrora: ser trabajador, aportar al sustento familiar, moderado, sin excesos,
bastaban. No era muy exigente y servía como modelo para sus descendientes. Pero
el peronismo había fomentado a una naciente clase media que ambicionaba al
modelo televisivo. Prontamente emergieron los cuestionamientos: ¿ que ganó papá
con su honestidad? Correlativamente el mensaje subliminal iba in crescendo:
militares golpistas, dirigentes corruptos, lujos árabes, facilismo. Así un
nuevo tipo de ídolo juvenil devenido de los medios de comunicación: rockeros,
pop o deportistas. Parece tan fácil estar ahí, siendo alentados por tanto
público. Y algunos no demuestran un alto grado de idoneidad o profesionalidad.
La varita los tocó, aunque sea efímeramente. Parece fácil pero no lo es.
Cuantos iluminados hay, ¿ miles?, que porcentaje de probabilidad tendrán
nuestros jóvenes para que les toque a ellos ser los agraciados: 0,0...1 por
mil. Y aun así hay que trabajar sin descanso
para mantenerse. No como un caballo, sino como 35 diría uno de ellos en
un filme. Mantenerse es difícil para cualquier actividad. El efecto les dura a
nuestros jóvenes, pero la realidad los vuelve a poner en caja: son las luces
que resplandecen que no los dejan ver momentáneamente.
Aquellos que aún pudimos mantener nuestro nivel medio,
aunque sea bajo, podemos aspirar a que nuestros hijos no cometan más que los
delitos actuales - coimas, estafas, etc.- pero quienes en las últimas décadas
ni saben de las posibilidades de acceso a una vida digna, no tienen nada que
perder. En 1989, ante la hiperinflación pre-Menen, recuerdo la imagen imborrable de esos extensos barrios, en
donde la policía buscaba a los posibles saqueadores/delincuentes. Casas
precarias por doquier y la mirada de los vecinos a las fuerzas de seguridad,
metía miedo, seguramente también a los uniformados ¿ Qué pueden perder? Hasta
cuanto podemos fomentar tal marginalidad (y ya pasaron varios años...).
Ya se hacen barrios privados
controlados también por la policía privada. Muros de contención. Cuanto más nos
olvidemos de las causas, deficientemente previstas en el modelo de libre
mercado propugnado, más gruesos y altos deberán ser sus muros, para contener
tanta frustración tras ellos. Y no cometan el de pagarle miseria a los
empleados de vigilancia - lo hacen- porque sin darse cuenta tendrán al enemigo
adentro. Y el control de su perfil: que más que un buen sueldo puede aspirar,
pues el lujo que observará cotidianamente estará muy lejos de sus
posibilidades. Sigo...
En fin, pensar en invertir en más
recursos para las fuerzas de seguridad, sin revisar las causas de tanto auge
delictivo es suicida. Sin excluir el horror carcelario actual, escuela de
delincuentes tanto para incrementar a los que ya son como los que fueron a
prisión por un dólar con 45 centavos, limitándose a robar coercitivamente - la
amenazó con un cuchillo- solamente las monedas (desistió del resto del dinero
que llevaba la víctima). No pensaron esos camaristas que lo mandaban a nuestras
prisiones por cinco años... espero no cruzarme con él cuando salga. ¿ O será
que aún siguen definiendo cuerdo a quien exprese lógicamente su pensamiento,
más allá de sus objetables actos?
Titulo
IV : Punto 4. DESARROLLO
PERSONAL