“Un camino-solución
hacia un mundo mejor”
Ensayo socio-político:
Autor :
Francisco
Alberto Scioscia
Buenos
Aires, Argentina, en los primeros lustros
del siglo 21.
© Del autor.
“Una MatriZ
social basada en la Solidaridad e Idoneidad conjugadas”
(Sistematización de los
fundamentos del Proyecto
:
Red SOLeIDO - www.redsoleido.com.ar)
Una lectura acorde al siglo 21
Dedicado a aquellos que anhelan un mundo mejor,
“siempre con los pies sobre la tierra, sin por ello dejar de mirar por
un instante a las estrellas”
(Anónimo, tribal, ancestral, africano, genial)
OBJETIVOS DEL PROYECTO Red SOLeIDO:
Básicamente
es el de promover la difusión de los principios de Solidaridad
e Idoneidad
en las sociedades, complementándose con los de Libertad e Igualdad. Como
base
operativa la creación de una Red socio-tecnológica (punto 5.2) que aúne a sus miembros,
cohesionados por adherir a los principios expuestos. Una construcción progresiva (de menor a mayor), colectiva
(solidaria) e inteligente
(ni pasividades complacientes, ni
manifestaciones eufóricas improductivas de otrora). Un aporte individual
fecundo ajustado a nuestras posibilidades y/o disponibilidades, desde la simple
adhesión - moral
o económica- hasta el aporte de nuestras erudiciones (desde su mínimo hasta el máximo, remuneradas
o no, según corresponda). Esta red multidisciplinaria
(coordinada, integrada, con información veraz
e idoneidad) esbozará soluciones a la problemática social vigente, como
recursos para su financiación (tanto de
los proyectos como de la organización en sí). A su vez actuará como un
banco de datos intelectual e informativo.
Centrar en lo social nuestro desarrollo y de tales logros, traducirlos
políticamente. Estimo que uno de los desafíos humanos del próximo siglo será la
de hallar nuevas formas de articulación armónica y eficaz entre lo social y lo
político. Este, será la extensión del desarrollo social
alcanzado. Sino priorizamos tal desarrollo, producirá la escisión vigente entre
lo político y lo social, origen del descrédito de la actual dirigencia. Debemos
redefinir adecuadamente - e
internalizarlo- el concepto de política. No es posible que se asocie
el mismo a "actividad
rastrera" (así figura en un libro oficial de educación
cívica), cuando en sus manos esta - nada
menos- que
Ambos
conceptos - solidaridad
e idoneidad- nos vinculan a lo colectivo y operativo,
conformando principios totalmente compatibles con la seguridad de la especie,
como lo son igualdad
y libertad,
aunque estos se vinculen más a lo individual, en resguardo a
los excesos cometidos en la historia humana. Es decir son convenientes y compatibles
con la idiosincrasia humana.
Francisco Alberto Scioscia
ESQUEMA
GENERAL DEL PROYECTO ( click aquí para otros navegadores)
“Una MatriZ social basada en la Solidaridad e
Idoneidad conjugadas”
(Sistematización
de los fundamentos del
Proyecto :
Red
SOLeIDO
- www.redsoleido.com.ar)
1.2 Limitaciones
en el conocimiento científico
1.3 La
formación de la conciencia social: base de los
cambios
significativos sociales
2.
INDIVIDUALISMO Y CAPITALISMO
2.1 Las condiciones laborales en el capitalismo:
su evolución al presente
2.2 Las grietas del
capitalismo
3. LA SOLIDARIDAD
: Un negocio de excelencia
4. LA
IDONEIDAD
4.2 Ser Idóneo: Trabajo
y vida afectiva
4.4 Una clasificación
tentativa de la inteligencia
4.4.1
Experiencias personales en la calificación
de la inteligencia en
4.5
Formulación correcta de proyectos
5. LA COYUNTURA AL INICIO
DEL SIGLO 21
5.1 Poder
Ciudadano
5.2 Redes
Socio-tecnológicas – INTERNET: Una herramienta trascendente
6.1
Consideraciones
preliminares
6.2.1 Conducción estratégica
6.2.2 Labor
en equipos disciplinarios
6.2.3 Incidencia del trabajo
en equipo en las conductas grupales
e individuales
7.
Matriz SOLeIDO: Solidaridad e Idoneidad
conjugadas.
Acción
cooperativa y su organización inteligente
7.1 Consideraciones personales
7.2
Cooperativas Organizadas idóneamente ( COI )
7.3.1
Una visión más abarcativa que los sistemas
Solidarios y
Autoaporte existentes
8.1 Hacia una mayor conciencia
social
Una lectura acorde al siglo 21
1.
INTRODUCCIÓN
2. REPÚBLICA DEMOCRÁTICA ( descripción ilustrativa y comentarios)
3. UNA LECTURA RACIONAL DE LA
REPRESENTATIVIDAD
3.2 Representatividad de
las sociedades
3.3
Observaciones respecto a quienes deben ser idóneos
3.4 Falso dilema:
técnicos o políticos
3.5 El Contexto Social de
una república democrática
4. Esquema
de una República Democrática actualizada. Definiciones de cada uno de sus
componentes.
4.1 Esquema:
4.2 Consejo Consultivo
Económico y Social ( CCEYS)
4.4 Poder
Legislativo Nacional
4.4.1
Algunas observaciones complementarias
4.5 El Poder Judicial Nacional
6.3 Segmentación del padrón respectivo
6.5 La alternancia de
los gobiernos
Este ensayo orientase a cuestionar esa resignación
que nos remite a sentirnos impotentes frente a este mundo que nos toca vivir,
más adecuadamente “padecer”. Tal sobrellevar es inexcluyente, pues usar la vara
del confort y/o dinero acumulado - o el poder consecuente que deviene
- para medir la calidad de vida humana es muy limitado. Evidentemente,
debe integrarse con un desarrollo emocional que nos permita enfrentar
saludablemente los acontecimientos de nuestra vida: trabajo, vida afectiva,
salud. Ningún humano puede comprar - ni se venden gracias a DIOS-
inteligencia, madurez emocional, afecto y salud perpetua, aunque lo intentemos
vanamente ( sí así fuera, sí sería el fin de la historia). Ni quepa la
menor duda que cuando se alude que “el dinero no es la felicidad pero se le
parece”, no estamos alejados de una verdad que solo nos recalca que aún no
hallamos otras formas para alcanzar tal felicidad. Los humanos cuando no
hallamos soluciones a nuestros problemas, simplemente los omitimos porque nos
superan. Luego, nos vuelven con mayor virulencia. Un pésimo negocio.
El hombre medio esta absorto en la trampa
que nos han construido: manipulación mediática constante, confort para nosotros
y subsistentes (otrora impensado) y miedo a perder el trabajo que lo
hace posible. Peor aún, hemos anestesiado a nuestros jóvenes con “adicciones
contenedoras”, con nuestro ejemplo de resignación
¿ Nada por hacer? DEMASIADO.
Un clérigo argentino - Mamerto MENAPACE, prolífico escritor-
publicó una frase que expresa una cosmovisión de vida, que trasciende
concepción religiosa alguna:
“No tenemos en nuestras manos las
soluciones para los problemas del mundo.
Pero frente a los problemas del mundo, tenemos nuestras manos.
Cuando el Dios de la historia venga, nos
mirará las manos”.
Por propia naturaleza, cuando analizo un tema
lo fundamento, sin omisiones intencionales – tan proclives en la historia intelectual- que consecuentemente
podrían invalidar las mismas. Asimismo creo que cualquier aporte de tal
naturaleza, que pretenda mejorar la calidad
de vida humana, debe ser una construcción colectiva (léase en equipos interdisciplinarios y
disciplinarios), trascendiendo lo personal. La calidad de las aseveraciones
que expongo la determinará Ud. Los invito a “construir” juntos
los alcances de esta MatriZ SOLeIDO. Conjugar Solidaridad
e Idoneidad es un anhelo de cuantiosos seres en la historia humana. Para
alcanzar tal anhelo se requiere de una cosmovisión diferente a las existentes,
como ser diferenciar inteligencia con idoneidad.
Poseer el Don de un cociente intelectual superior implica ejercitarlo
apropiadamente. Y cuando ello es puesto al servicio de la sociedad, alcanza los
niveles sobresalientes de idoneidad. Ésta incluye a la inteligencia, que con ella sola no basta como la vida nos los
demuestra cotidianamente, con sus funestas consecuencias cuando no son
concomitantes con un equilibrio emocional y alcanza a sujetos con
responsabilidad social.
Ser idóneo, fuere cual fuere el nivel -
que alcanzaremos según nuestras posibilidades y potencialidades, con el lógico
techo acorde a las mismas- es un logro que nos permitirá construir una autoestima
sólida y la misma vincularnos con el mundo adecuadamente en todos los
aspectos trascendentes en la vida de un ser humano, incluyendo los “materiales”
que garanticen un confort acorde al siglo que vivimos. Asimismo, creer que la solidaridad
es un valor moral, sin percatarse que es un “negocio” para la especie,
totalmente compatible con el modelo capitalista del Seguro: una
contribución mínima por siempre, para asegurarse que cuando nos toque
ser víctimas del siniestro estaremos amparados. Como reaseguro, para que
tal esfuerzo solidario no sea en vano, que se ejecute idóneamente.
En fin ambos principios - solidaridad
e idoneidad- son negocio y hacen a la seguridad de la especie humana, como lo son igualdad
y libertad ya internalizados en las sociedades democráticas del planeta
en forma irreversible, aun las carencias evidentes de su implementación, por y
en tales sociedades (Bush e Irak nos lo recuerdan
cotidianamente).
Tal matriz
es compatible con el desarrollo evolutivo humano alcanzado, que nos permitirá
desprendernos de esa resignación que nos transforma en seres pasivos y
complacientes ante las notorias deficiencias de este mundo que nos tocó vivir.
Debemos actuar interrelacionados, coherente e inteligentemente. Ni héroes,
ni pusilánimes (sin
un mínimo de valor nada productivo es posible). Una exploración hacia
un futuro más promisorio, capitalizando las experiencias humanas acontecidas.
Las positivas, como el accionar mutuo de los hombres en aras de un
objetivo común, la organización inteligente de las respectivas
estructuras, conformando Cooperativas Organizadas Idóneamente ( COI
), emergentes de la interacción
humana propugnada y las negativas, desechando todos los factores perturbadores de la calidad
de vida que uno aspira, que forman parte del modelo capitalista. Éste,
coherente con nuestro desarrollo evolutivo como especie, sustentándose en un
egoísmo individualista alcanzado que tanto perjudica nuestra cotidianidad.
Asimismo debemos delinear un segundo título de este ensayo. La
matriz social expuesta en el título primero,
implica un modelo gubernamental en el cual este inserto. Hasta nuestro presente
no hemos hallado formas que superen la coexistencia en un régimen Republicano,
Democrático, representativo y Federal. Evidentemente las falencias expuestas
mundialmente en su instrumentación no
lo eliminan como alternativa, ya que pueden ser superadas con otras formas de
implementación que lo tornen productivo para alcanzar el objetivo deseado: mejorar la calidad de vida humana. Tal
aseveración, relativa a lograr otras formas, es el intento a bosquejar en este
estudio. Asimismo develar las causas que generan los fracasos, demasiado
frecuentes…
Ha sido
suficientemente probado que mayoritariamente los votantes elijen a sus
candidatos como un acto emocional, prevaleciendo sobre el razonamiento. Esto
valido para muchísimos aspectos trascendentes de nuestra vida (económicas, salud, afectivas, etc.).
Recalquemos que toda especie requiere de medidas
de seguridad para subsistir en el tiempo. Los humanos, dotados de la
posibilidad de “razonar”, aunque no sea nuestra forma habitual de proceder, podemos confrontarnos con la posibilidad de
la estructuración lógica, ante la presencia de nuestras emociones que
constituyen nuestro sustrato y bagaje ancestral. Consecuentemente, requieren
que tales medidas de seguridad resulten conceptuales y que las mismas exijan
una asimilación progresiva, tanto en su noción
como en su implementación,
generación tras generación. Proceso este que aún está muy lejano de
consolidarse positivamente. Nos referimos a su internalización social y su
extensión territorial planetaria.
En fin, el futuro se construye desde el presente. Este ensayo - un bosquejo
necesariamente imperfecto- tendrá su sentido en la participación de otros,
desde un aporte mínimo al disenso fundado. En definitiva, una construcción
colectiva interdisciplinaria que se supere y enriquezca en un continuo, que nos
trascienda. Estimo que lo efímero de
nuestras vidas es aportar los cimientos para el devenir, superándonos como
especie en el tiempo.
El autor
“Una MatriZ
social basada en la Solidaridad e Idoneidad conjugadas”
(Sistematización
de los fundamentos del
Proyecto :
Red
SOLeIDO - www.redsoleido.com.ar)
1.1 Consideraciones preliminares
Los principios de libertad e igualdad
instaurados por la revolución francesa de 1789 han recorrido un cruento camino.
Al presente, tales principios han sido internalizados por las sociedades
avanzadas del planeta, aunque lamentablemente aún distan de ser plasmados
efectivamente en las mismas, inclusive en las más avanzadas. Aún así sus conceptos no pueden ser soslayados por
quienes tienen responsabilidades sociales, so pena del tronar de la opinión
pública. La democracia ha asimilado tales principios: Libertad de
votar a quien uno cree, de expresión, el resguardo de la privacidad al elegir y
que el voto es igualitario, equivale a uno por cada votante sin
excepción, nos hacen acercar a los ideales galos. La realidad nos indica
que aún en las sociedades democráticas más avanzadas, estamos lejos, muy lejos,
de satisfacer las demandas ciudadanas en cuanto a una implementación adecuada,
no manipulada, de tales principios. Podría decirse que en general, la
actual estructuración republicana ha resultado un antídoto contra las
dictaduras de cualquier signo, aventando tantas atrocidades cometidas en un
pasado reciente. En la historia humana todos han sido discriminados o
perseguidos por alguna razón: ricos o pobres, su color de piel, sus ideas, su
religión, sexo y un etcétera lamentable. Así cruentamente internalizamos
el positivo mensaje galo. Tal proceso de asimilación excede al razonamiento:
nos remite a la seguridad de los humanos. Los hemos incorporado por ser “convenientes”
a nuestro sostenimiento como especie, resultando intrínsecos a nuestro
resguardo individual ante tantas atrocidades acontecidas en su evolución. Las
clases medias dado su nivel de instrucción alcanzado – históricamente
comparado- son las portadoras y centinelas
de los irrenunciables principios de libertad e igualdad, que
trascienden sus recursos económicos. Estos pueden perderse, pero no tal concepción. Los
argentinos de clase media podemos dar fe de ellos... A tal clase se la denomina
“tuvo”: coche, casa, vacaciones, etcétera.
Con cierto grado de certeza los
científicos afirman que difícilmente - en el devenir humano - se
registren cambios genéticos significativos en su estructuración física. Las
modificaciones serán efectivas en el plano cultural. Es decir, somos los
artífices de nuestro propio destino. Aunque estos cambios sociales son
procesos arduos de instaurar, siendo esporádicos, pausados, localizados y
disparados por sucesos que los activan, que se suman a otros similares
conformando el sustrato de nuestra conciencia social (en el punto 1.3, aludiremos a tal proceso). Convengamos que el siglo
pasado, principalmente hacia fines del mismo, no ha sido el patrón estándar
en la historia social, generándose un cambio cualitativo. Podríamos resumir que
en el avance científico y tecnológico alcanzado, los generalizados niveles de
educación consecuentemente adquiridos, como los medios masivos de comunicación
e intercomunicación audio-visuales, han creado condiciones impensadas en las
centurias precedentes al mismo. Estos factores descriptos actúan como catalizadores
de nuestro accionar, posibilitando el alejamiento de conductas presentes desde
el Medioevo que aún se manifiestan a
través del autoritarismo, a veces velado otras explícito en cualquier
ámbito, aun en aquellos como las universidades y centros de
investigación científica, dependientes o no de la misma, totalmente
incompatibles con el conocimiento alcanzado.
Generalmente,
las teorías sobre la naturaleza del hombre generadas por los grandes intelectos
en la historia toman al hombre como un ser abstracto, o aislado de su inserción
social, o estático, como si su naturaleza estuviese consumada. Disiento, no
solo de las concepciones aludidas, sino porque estimo estamos en los albores
del conocimiento humano y que la pretensión de una definición de la condición
humana excede a un individuo. Esta será una construcción colectiva
interdisciplinaria y en constante revisión, producto de su evolución social
como los avances científico-tecnológicos en las ciencias sociales y del hombre.
Cualquier esbozo de una teoría que incluya al hombre y su inserción social, no
puede ni debe, prescindir de un enfoque prospectivo. Es decir, inferir un
futuro dadas las condiciones del presente, permitiéndonos relacionar
aproximadamente el nivel evolutivo del objeto de estudio. En nuestros análisis
particulares, tanto de un sujeto como una organización, consideramos como un
dato importante, obviamente inesquivable, calificarlo según sea su edad
cronológica o en qué estado de desarrollo se halla. De tal apreciación
procederemos a juzgar los sucesos generados, graduándolos concomitantemente. Al
omitir tales parámetros solemos cometer crasos errores, como cuando
tratamos/exigimos a nuestros hijos como adultos, sin serlos. Creo que tal
omisión – demasiado frecuente- es favorecida por los escasísimos, o inexistentes,
instrumentos confiables para traspolar la conducta de un individuo en sus
ciclos evolutivos con el de las sociedades en conjunto. Tales ciclos en un
sujeto han sido suficiente y satisfactoriamente descriptos en la
historia humana, tanto en los limitados conocimientos científicos del presente,
como en la literatura. Tampoco se puede considerar la evolución de las
sociedades con civilizaciones humanas extinguidas, o el desarrollo y caída de
los imperios, dado lo disímil de los parámetros culturales de otrora con los
actuales. Asimismo se restringen espacialmente, cuando al presente se requiere
una visión planetaria, globalización mediante.
Sigmund Freud (1856-1939,
Austriaco) el padre del psicoanálisis, tomó del naturista Alemán Fritz Müller
(1821-1897), su interesante teoría de la recapitulación. Este formuló la
siguiente ley biogenética: La ontogenia o desarrollo del individuo es la
recapitulación breve y rápida de la filogenia o desarrollo genealógico
de la especie a la que pertenece. Es decir que cuando nacemos nos desarrollamos
como sujetos recorriendo igual camino que el que transitamos como especie (desde
“Adán y Eva”- más ilustrativo- a nuestro propio presente), incorporando
los cambios constantes en su ontogénesis en su desarrollo filogenético
generación tras generación. Es decir, la versión continuamente actualizada
del hombre, que se manifiesta y se modifica en su desarrollo particular (su
ontogénesis). Freud, como patrón comparativo utilizaba las fases del
desarrollo evolutivo del individuo (infancia, pubertad, adolescencia, joven
adultez, adulto, etc.) en su efímero andar por el mundo y el nivel
semejante alcanzado por la sociedad planetaria, infiriendo por tales
comparaciones que a fines del siglo 19, nos hallábamos en tránsito como
sociedad desde la adolescencia a ingresar a la joven adultez. Quisiera
destacar, y se infiere, que no soy un experto en ambas postulaciones, pero más
allá de tales traspolaciones y su certeza, estimo que es un análisis
comparativo valido, al cual adhiero, que además se colige de nuestros inmaduros
actos como humanos del presente... Tendría que ser una de las teorías que
deberían incluirse en los estudios científicos sociales próximos (ver punto 1.2) dada su trascendencia e incidencia
en la evolución humana. Obviamente para explicitarla, descubrir los mecanismos de
transmisión genéticos y/o culturales diacrónicamente (la filogénesis) y
sincrónicamente (la ontogénesis), una gran
incógnita. En fin, enriquecerla, rectificarla o desecharla por una nueva teoría
valida. Ver gráfico siguiente : ( clic
aquí otros navegadores)
Retomando,
el creador del psicoanálisis comparaba las hordas primitivas con la fase
anterior al desarrollo del YO (ni
en la primera infancia ni en la horda se usa/usaba tal termino).
Asimismo la prehistoria con la infancia posterior al YO, concordando en
ambas el pensamiento mágico, propio del niño y de los hombres primitivos
ante los fenómenos naturales tan contrastantes hace millones de años, asignados
a sus dioses, dado el desconocimiento de tales fenómenos naturales...
Siguiendo esta línea de pensamiento Freud concluye que el conocimiento científico
alcanzado a fines del siglo 19, permitía a la sociedad desprenderse
progresivamente del autoritarismo impuesto precedentemente (diríamos
desde el Medioevo), como mandato absoluto e incuestionable. Así
la sociedad generaba una revisión productiva de sus actos fundados en la razón
y no en lo imperativo o dogmático. Proceso equivalente al desarrollo individual
humano, que previamente a la consolidación de su estadio lógico
en el transcurso de la adolescencia, se rige por el pensamiento mágico en la
infancia, normas imperativas de sus tutores o construcciones parcialmente
racionales. En fin, transitar de la autoridad formal impuesta, a
la moral fundada en conocimientos certeros. En otras palabras, de la
adolescencia hacia la joven adultez, que hemos aludido precedentemente. Desde
antes de nuestra pubertad nos rebelamos, explicita o tácitamente, contra la
autoridad parental, en una marcha saludable para ingresar preparados a la joven
adultez y su independencia. Este estadio previo a la adultez plena implica una
nueva y dolorosa dependencia, pero producto de una elección sin imposiciones
autoritarias inherentes al rol de padres.
Evolucionado tal rol a una versión actualizada y mejorada, dado que
somos más flexibles frente a la interacción familiar sin fijar papeles
establecidos socialmente. No siempre, aunque a lo largo será así, la versión
última tiene que ser mejor; las que son malas nos sirven para rectificarlas ulteriormente, lamentablemente
aprendemos más de aquello que no debemos hacer – lo negativo – que de los buenos ejemplos que no abundan. Al
formar nuestra propia familia nos percatamos de la importancia de ceder a
nuestras actitudes egoístas e individuales, propias de la infanto-adolescencia.
Tanto con nuestra pareja, con la cual debemos aprender a transigir y mayor con
nuestros hijos, con los cuales nos tendremos que desprender de nuestros
caprichos infanto-adolescentes... La evolución de la familia en el siglo
pasado, viró de un modelo autoritario paternal, al consensual.
Convengamos que al constituirse tal núcleo, siendo los hijos menores, la
decisión no puede ser democrática dado que siendo dos, el empate estancaría
cualquier laudo. Con hijos no tan menores, uno debe escucharlos por una
razón de respeto como participes de la problemática familiar, en la medida de
sus posibilidades (más aún cuando los involucra). Por
la característica tutelar de los padres, ante el tardío desarrollo de la
maduración humana que conlleva la infancia y adolescencia, debemos tomar
decisiones finales, al gusto o no de nuestros descendientes. Es decir, un
autoritarismo morigerado - versión evolutiva mejorada- intuitivo
y/o consultado profesionalmente, para no incurrir en falsos dilemas como el de
ser padre o amigo: somos padres, tenemos que proteger y facilitar
el proceso de crecimiento que será su base para ulteriormente ser
padres, desde nuestro mayor nivel de desarrollo y experiencias concomitantes
como humano, no cómplices... En el transcurso del siglo 20, pasamos de
priorizar en nuestro proyecto de vida a nuestros hijos - desplazando sin
desmedro (¿?) a nuestros ascendientes - coherentemente con el
transito aludido del mandato imperativo al fundado adecuadamente. Habría que
analizar porque causas se posterga la adolescencia hasta límites elevados, que
solo conllevan a un empobrecimiento del desarrollo emocional. Se omiten
responsabilidades, esfuerzo y postergación, que hacen al crecimiento como
personas. Y esto es general en las clases medias occidentales ¿Tal vez un
exceso ajustable de desplazamiento? O será que al extender el promedio de
vida general, también se registre una correlación con la edad de madurez de
nuestros hijos...En cuanto al signo de interrogación expuesto precedentemente,
aunque no es generalizable, podríamos incluir como desfasaje el posible
declinar de responsabilidades sobre nuestros ascendentes ancianos, con fuertes
manifestaciones como las experimentadas en el crítico verano europeo del 2003.
Las altas temperaturas que se registraron dejaron un tendal de fallecidos sin
familiares que se hicieran cargo – previo al deceso- y una
respuesta deficiente del estado frente a tan denigrante situación...
En fin, tenemos aún que CRECER EMOCIONALMENTE
como compete a la etapa que estamos transitando. Pasamos de un estado
adolescente egocéntrico hacia una consideración de los otros, que
nos permite una inserción social adecuada a nuestra evolución como
especie (la última versión). En este siglo, aún marchamos,
paulatinamente, hacia una resolución “saludable” de nuestra adolescencia
como sociedad, para ingresar a la joven adultez de la misma. El
proceso común de la especie, de maduración biológica y psico-física en su
infanto-adolescencia, es el sustrato del desarrollo emocional que
regirá ulteriormente a nuestras vidas adultas, para bien o mal.
Comparándolo con la evolución social y las atrocidades cometidas en las etapas
precedentes deberíamos hacer un mal pronóstico para el futuro de
las sociedades humanas, dado una “base” tan lamentable. Laing y Cooper,
los promotores por los 60 de la antipsiquiatría - frente al casi único recurso del electroshock- postulaban que el
nivel de maduración emocional humana nos remite al reconocimiento de nuestra
propia historia y la capacidad de postergación. Ésta emergente de nuestra voluntad, no por
imposiciones circunstanciales. Concepción a la cual adhiero y estimo
totalmente traspolable al conjunto social. Más aún que no estamos hablando de
un sujeto sino de una sociedad que trasciende generacionalmente a sus
integrantes. No podemos vislumbrar nuestro futuro sin tener en cuenta las
barbaridades del presente y pasado. Igualmente omitir la paupérrima
calidad de vida de nuestros hermanos (africanos, latinoamericanos, asiáticos o marginales
donde se hallen), hoy tan cerca, gracias a esta globalización a la
que nos remiten los medios inmediata y continuamente, postergando lujos
innecesarios que reviertan tal indigencia.
Los datos expuestos
en el ensayo de “Hacia una economía con rostro humano”, Bernardo Kliskberg, FCE,
2002, nos indican lo siguiente: ●
“Según
el informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de 1998, para asistir
a unos 4.400 millones de personas en países en desarrollo, en cuanto a
sus necesidades básicas de salud y nutrición, se requerirían unos 13.000
millones de dólares anuales. Como datos comparativos tomemos egresos del mundo
desarrollado, como ser que en Japón se gastan anualmente en
entretenimiento, unos 35.000 millones de dólares; en alimentos para
mascotas unos 17.000 millones en EE.UU. y Europa; 50.000
en cigarrillos en el viejo continente...”
Es incongruente el monto
involucrado para los países del G 8
y aliados Europeos. Aunque destinen un escaso porcentual de sus presupuestos a
combatir la pobreza, esta sigue existiendo. Las Naciones Unidas o el Banco Mundial darán cuenta de esos
ingresos, como de los supuestos faltantes, que igual siguen siendo irrisorios
ante tales datos comparativos. Evidentemente el problema reside en como materializar
tales fondos, ya que sobra materia gris para ello. El disenso de cómo y
quiénes es grave pues los carencias oportunamente perdidas de los infantes no
son fáciles, sino imposibles de recuperar, proyectando un futuro más lúgubre.
En otras palabras, debemos aunar política y corrupción. Algo sabemos los
argentinos: en plena crisis 2002 se produjeron 70 millones de toneladas
de cereales para 35 millones de habitantes, con zonas amplias de
desnutrición y el 50% de la población bajo la línea de pobreza. Una
población solidaria, una historia de políticas sociales del partido gobernante
actual y desde sus orígenes (EVITA), chacareros que donan cereales de
gran nivel proteico, etc., etc., y siguen los problemas. Se necesitan indisolublemente
sensibilidad social e imaginación productiva. Aserto valido para
cualquier republiqueta del planeta. La sensibilidad dispararía la operatoria
que haría posible, si o si, el asistencialismo, más allá de las disquisiciones
que pueda generar el mismo (pescado,
pescar, caña, educación, soberanía, etc.). Los niños - ajenos a sus dirigentes políticos, profesionales en
disputas ideológicas- no pueden
esperar ¿ Qué nos falta ? : V E R G Ü E N Z A. Pensar que
la Iglesia Católica aceptó en la era Moderna el desarrollo científico, que
contrariaba sus postulaciones, porque creía que erradicaría la pobreza...
No puedo
omitir una historia que siempre me atrajo (disculpen
la digresión), dado que es un ejemplo de desestructuración que hace a la
calidad humana. No tengo datos precisos, pero sí el concepto. Mediaban los 80 y
en Francia, uno de los países agrícolas del primer mundo. Un capo-cómico
conducía un programa televisivo de alto rating. En oportunidad de presentarse
un funcionario agrícola a tal programa, su conductor, Coqueluche, le
pregunto cuánto costaban los cereales acopiados en los silos, próximos a su
exportación. Este le indico un precio aproximado, que resultaba muy inferior con
relación al precio minorista del mercado francés. El cómico inicio una disquisición sobre que
era intolerable que un país rico como Francia existiese gente con
hambre. Así que lo conminó públicamente a que le vendiese a él tales cereales,
al precio que se vendía al extranjero, comprometiéndose a generar alimentos
preparados para dar de comer a quien lo necesitara. El atribulado funcionario,
ante la numerosa audiencia, no pudo más que avalar el planteo. Coqueluche,
para remachar la decisión entrevistó a otros famosos galos (Deneuve, Delon,
etc.) que dieron
visto bueno a su proyecto. Así surgieron las carpas Coqueluche, fiel a
su origen de payaso circense, que sirvieron para alimentar a quien lo
necesitara sin condicionamientos. Y eran épocas de vacas gordas para Francia. Luego, candidato presidencial,
popularidad, accidente y muerte en ruta... dejémoslo ahí.
Retomando,
debemos considerar que las relaciones entre humanos - en cualquier campo- están signadas
por el grado de madurez alcanzado, más allá de ideologías, que para ser
internalizadas socialmente tales relaciones deben ser compatibles/correlativas
con tal nivel de madurez. Debemos destacar que los procesos de
maduración, generalmente, emergen de las sociedades más avanzadas,
irradiándose progresivamente (del centro a las periferias). El capitalismo
salvaje del siglo 19 solo fue
posible porque las masas obreras estaban preparadas para ser sojuzgadas
por sus patrones. Estos, herederos de la realeza, señores feudales, burgueses
conniventes con aquellos, y poseedores de un capital dudosamente
acumulado... La historia de sumisión/expoliación a las que
habían sido sometidas anteriormente lo hizo posible. Los principios de la
revolución francesa y su vigorosa expansión, impedían retrotraerse a
modelos anacrónicos de otrora, por cierto más “eficaces”.
En definitiva, el
capitalismo en su fase salvaje y su versión “light” de fines del siglo
20, fue posible dada las condiciones preexistentes – ni pensar por sus
deficientes postulados teóricos, expuestos en el punto 2.2- que permitieron extender
esas relaciones asimétricas entre humanos que registra la historia: amos
y esclavos, reyes y súbditos, patrones y obreros, hasta
las más sofisticadas del presente: corporaciones y dependientes, sin
excluir a las otras nombradas precedentemente, que aun lamentablemente
subsisten en diversos grados y espacios en el planeta Tierra... Arduo es
y será el camino a transitar para imponer la igualdad y la libertad.
Estos solo se plasmarán cuando se destierren esas relaciones asimétricas
entre los hombres, reemplazándolas por otras apropiadas a tales principios y
coherentes con el grado de maduración social hacia el cual transitamos como
humanos.
La
formación de la conciencia social hacia la instauración de tales
principios es irreversible, base de los cambios sociales significativos
experimentados desde los albores del hombre. Aludíamos que ni la democracia,
dadas sus evidentes limitaciones, ni la justicia formal existente satisfacen
las demandas ciudadanas, fenómeno trasfronteras. Podríamos asegurar sin
equívocos que las expectativas sociales individuales exigen plasmar los
principios de libertad e igualdad en una síntesis que exprese en forma univoca
a los mismos: JUSTICIA, sustentada en la verdad y la razón. Tal
cosmovisión trasciende la formal existente, que nos remite a la administración
de la misma entre partes en conflicto y que emana de las normativas
generadas ( Parlamentos) por los mismos que detentan el poder y lo ejecutan
( Poder ejecutivo o
primeros ministros o equivalentes) conniventes o no. Ergo lejos, muy lejos, de la actual
estructuración del bastardeado sistema democrático republicano (en el titulo segundo aludiremos a un ajuste
del mismo acorde al siglo 21). Aspiramos a tener Libertad para
expresarse sin condicionamientos de ninguna índole como así Igualdad en
su consideración, tan vapuleada según los intereses predominantes. “Hacemos
de libres e iguales pero aún no lo somos”. No nos engañemos, este mensaje
subrepticio - captado
por los jóvenes- se manifiesta en sus flagelos actuales,
preferentemente indolencia
y vacuidad, con las adicciones “contenedoras” que lo
anestesian, convencidos tácitamente que
nada se puede hacer para revertir el desastre que observan y legamos ( terrorífico).
La frecuente ausencia de ejemplos adultos válidos los remiten a los de
exhibición mediáticos, que inducen al facilismo, negando lo efímero de
la gran mayoría de los mismos, asimismo su ínfimo número que reduce aún
más sus probabilidades.
Los
medios de comunicación masivos actúan como catalizadores más allá de su
calidad e independencia, reduciendo tiempos y espacios de propagación. El ideal
de JUSTICIA anhelado es un “camino-solución”
irreversible a transitar. Nuestra lucha cotidiana por imponer tales principios
llegará a consumar progresivamente la misma. En otras palabras, lo que
hagamos en el presente determinará nuestro futuro. Cimentar las bases para
el devenir de las nuevas generaciones, que tomaran como derecho propio y “naturales”
los resultados productivos que hemos alcanzado. Es hora de pensar nuestros
logros y los recursos con los cuales contamos al presente. Los dos principios
galos nos remiten al resguardo individual, ante los frecuentes
atropellos que sufrimos como personas. Pero no son suficientes para
lograr las expectativas de Justicia anheladas. Es en el accionar
colectivo de los hombres que lograremos instrumentarlos adecuadamente,
tanto en las instituciones como las organizaciones. Debemos recuperar el tercer
principio galo: La Solidaridad, el equivalente
conceptual actual al fraterno francés. Este no ha logrado aún el pleno
consenso social, fundamentalmente vinculadas a la falta de maduración social
aludida, en cuanto transitamos una etapa en la cual el egocentrismo es
la que aún rige predominantemente, impidiendo ver a los otros como pares y
actuar consecuentemente. ●
Veamos el ejemplo emblemático, casualmente de un galo, del cual la prensa
publicó oportunamente: años atrás el presidente de la Industria Farmacéutica francesa, fastidiado por la insistencia
de organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF), ya Nobel, que le exigían proveer a los países en
desarrollo, con epidemias/endemias devastadoras, remedios a un bajo costo,
expresó su sentir: ¿por qué no le iban a pedir tal reducción a las otras
industrias?, como ser la RENAULT. Creo que “desconocía” por entonces que
aquella no fabrica remedios, hoy si lo sabe dado que alguien se lo habrá hecho
notar... En fin un “señor”: egocéntrico, congruente con su época, pero inconsistente
con las demandas de la especie. Considerar a la salud como negocio es un
desatino, es un derecho inalienable del hombre. Como vemos, reitero que
aún la teoría de Müller y la adaptación freudiana no fueron demostradas
científicamente, la realidad las
confirma sin hesitar...
Estimo que tanto el
accionar sindical como el cooperativismo en los siglos precedentes hasta el
presente, respondieron a demandas imperativas, ya sean condicionadas por
circunstancias espaciales y/o temporales que exigían conductas compulsivas, en
muchos casos heroicas, que culminaron con sus vidas. Tal accionar
minoritario es el germen del ciudadano solidario que florece en nuestras
sociedades, no en vano el “Che” es un ídolo para los jóvenes
trasfronteras, aunque sean vagas las referencias que posean sobre su persona,
es una forma de diferenciarse con este mundo injusto que les toca vivir. En una
larga y penosa escuela aprendimos lo funesto del accionar individual y su falta
de productividad social al “favorecer”, en el plano económico y la suntuosidad
consecuente, a un grupo cada vez más limitado de sujetos.
Por siempre el accionar
colectivo implica esfuerzos mancomunados. Y mucho más frecuentemente de lo que
suponemos, tal brío se disipa por una aplicación inadecuada de
los medios utilizados para obtener el objetivo pretendido. Para ello, es
necesario e imprescindible actuar apropiadamente. Esto es el reaseguro
de que tanto esfuerzo solidario no se dilapide. Idoneidad no es
sinónimo de inteligencia, sino que incluye a la misma en la medida de las posibilidades
de cada sujeto, conjuntamente con otros valores trascendentes. Estos asociados
al desarrollo emocional que condicionan para bien o mal nuestra
perfomance cotidiana, de mayor incidencia que un Coeficiente Intelectual
elevado, como alude Daniel Goleman en su ensayo “La Inteligencia Emocional”,
Vergara 1996, imperdible por su recopilación de experiencias en tal campo (en
el punto 4 aludiremos a este tema).
Solidaridad e Idoneidad son los principios de orden colectivo que
nos permitirán consolidar los de carácter individual de Libertad e Igualdad,
alcanzando el anhelo de JUSTICIA inserto y construido históricamente en
la conciencia social de los hombres, que trataré de fundar en los
próximos capítulos. En los siguientes subpuntos analizaremos los limitados
conocimientos científicos del hombre (1.2) y el
proceso de formación de la conciencia social como base de los cambios sociales
significativos en nuestra historia humana (1.3).
Una reflexión final de
esta introducción. Reitero, que aún sus dificultades somos artífices de nuestro
propio destino. Creo que una aspiración general es alcanzar una mejor calidad
de vida, incluyendo a los poderosos, dado que gracias a DIOS la inteligencia,
el equilibrio emocional, la salud y los afectos no
se compran, ni se venden, aunque lo intentemos vanamente. Limitar
tal calidad de vida al confort en sus niveles más elevados es un sin sentido,
dado que es vacuo por sí mismo, al satisfacer un aspecto parcial de nuestro
existir. Ni quepa la menor duda que cuando se alude que “el dinero no es
la felicidad pero se le parece”, no estamos alejados de una verdad que solo
nos recalca que aún no hallamos otras formas para alcanzar tal felicidad.
Esta debe incluir un desarrollo emocional que nos permita vincularnos
adecuadamente con el otro - como par e igual- siendo tal
integración mucho más trascendente que los bienes y servicios que acumulemos.
Obviamente que estos no son excluyentes, sino que deben ser incorporados al
postergado emocional. En definitiva, será un recorrido difícil, sin dejar de
tener en cuenta que cualquier “camino-solución”
que transitemos los humanos con el objeto de mejorar nuestra calidad de vida, deberá
compatibilizar el interés general con el particular, superando los
deficientes sistemas precedentes. Fundamentalmente, incluyendo una visión que
contemple el ser humano en su actual nivel de estructuración
psico-física – sus últimas versiones- como una interacción social y
política acorde a tal estructuración.
1.2 Limitaciones
en el conocimiento científico del hombre.
Las ciencias humanísticas tienen en este
nuevo milenio una responsabilidad aún mayor que el resto de las disciplinas
científicas más experimentadas. Éstas han alcanzado un inusitado progreso en el
siglo 20, determinando un mayor retroceso comparativo en las ciencias del
hombre y su inserción social, que el acontecido previamente. Ser juez y
parte resulta un enigma de difícil dilucidación para los humanos. Ser
objetivo en el análisis de su propia naturaleza parece un fin lejano a sus
recursos actuales, o inalcanzable por su propia conformación psico-física.
Según H. Wallon - psicólogo francés- cuando las emociones
y el pensamiento emergen simultáneamente invalidan las conductas operativas
consecuentes. Contrariamente, cuando la emoción actúa como disparador del
pensamiento, aseveración que desarrollaremos en el punto 4.3. Tal interferencia es imperceptible
para el sujeto, llevándolo a racionalizaciones teñidas de emociones
inconcientes para el mismo, acorde a la definición freudiana - su hija Anna
lo sistematizó – de los mecanismos de defensivos del YO, entre los
cuales se encuentra comprendido el aludido previamente. Clara y frecuentemente
observable en cualquier nivel humano - incluyendo el científico-
denominado en términos psiquiátricos pensamiento catatimico y de mayor
gravedad en aquellos que se defienden intereses personales con argumentos
racionales interferidos emocionalmente como el ejemplo aludido en el punto presente
sobre el funcionario galo aludido en el punto 1.1 ● . Esta última acepción, de mezclar
bolsillo, afecto y razón falaz consecuente, debería tener un nombre propio - diferenciándose
a la de racionalización- dada su
terrorífica manifestación, como así su “detección precoz” para salvaguarda
humana, como un signo de vade retro eficaz.
A tal limitación en las
ciencias humanísticas debemos añadir sus severas dificultades actuales de reproducir
artificialmente las conductas de los hombres en la coyuntura y contexto
original, individual o colectivamente; o utilizar animales superiores que
permitan traspolar sus conclusiones al hombre (no hay desarrollos
similares),
harán entendible las limitaciones en el campo experimental, que “justifican” lo
tardío de su progreso. Invertir en Investigación y Desarrollo en
las ciencias del hombre y su interacción social debe ser prioritario, dada su
ulterior incidencia en el seno comunitario. Realmente un punto ciego, ya que
resulta inexplicable que siendo el hombre el núcleo de cualquier
proceso - directa o indirectamente- se tenga tan pobre conocimiento de
sus propiedades. Resultaría razonablemente inabordable cualquier proyecto, fuere
cual fuere su índole, en el cual no se tenga dominio sobre las propiedades de
la materia prima involucrada...
Cotidianamente padecemos de una
contradicción insuperada al momento: aspiramos a que los cargos de mayor
responsabilidad social estén en manos de quienes ostenten niveles de
idoneidad acordes, pero obviamente no es así. Tenemos el problema pero no su solución ¿Cómo soslayar los
factores expuestos que subordinan cualquier otro que nos acontece? Simple:
como humanos omitimos considerar todo aquello que nos supera. Como en nuestra vida
privada, todo lo trascendente que omitimos hoy, por excedernos, luego, nos
vuelve con mayor virulencia... Que no hallemos respuestas
adecuadas no implica que los problemas no existan. Omitirlos es un pésimo
negocio humano.
La subjetividad es inherente al ser humano. Y tales limitaciones se agudizan aún más cuando la comprensión del hombre se referencia a aspectos conflictivos de su naturaleza como son la inteligencia y/o sus emociones. Estas argumentaciones explicarían el atraso aludido, pero no la justifican. La respuesta podría orientarse a que el mercado no tiene interés alguno en mejorar la calidad de vida humana sino hay un "negocio", traducido en medicamentos o servicios rentables corporativos. Difícilmente se logre una droga normalizadora de las anomalías emotivas/cognitivas: exigiría mucho tiempo y dinero sin garantía de éxito... Si definir niveles de inteligencia es conflictivo, tanto para nuestra autoestima como nuestros intereses ( dado que reconocer que otro lo es más, nos puede costar una oportunidad de cualquier índole), enfrentar a nuestras incontrolables emociones - manifiestas o no- es terriblemente más complicado. Ergo, también mucho más postergables: ¿Quien quiere enfrentarse con su lado oscuro?
Pensemos en los famosos Bill.
Uno, el empresario conocido más rico del planeta, que no debe estar pasándola
bien con el jaque judicial a Microsoft
y el cambio progresivo de los parámetros del juego que el mercado electrónico
fija. Estos trascienden a los postulados liberales de supervivencia y
competencia ya
no tan ineluctables, en los cuales solvento su imperio. Qué
bien le vendría un mayor conocimiento de sus emociones que le permitieran
enfocar inteligente tal conflictiva. Si es un adicto al no perder - tan arraigado en
los empresarios de su fuste- le resultará imposible
vislumbrar una salida adecuada que compatibilicé (léase satisfaga)
sus intereses y los de la sociedad planetaria. Como dice su
amigo
Negroponte: “vive frustrado”. Claro, GATES tiene recursos
materiales infinitos para hallar, si quiere, los terapeutas más sofisticados
que puedan ayudarlo, aunque estos tampoco están exentos de las severas
limitaciones del presente en su profesión. Podría ser que Gates haya hallado en
su accionar filantrópico una sublimación a sus emociones, además de una terapia
adecuada. No es menor involucrarse
personalmente – incluyendo a su conyuge- en tratar de mitigar enfermedades
endémicas mortales en zonas remotas del planeta, o la de mejorar la calidad
educativa, incorporando en Centros de Instrucción a docentes de mayor nivel,
logrando una mejora sustancial en los educandos respectivos… Estimo que habrá
logrado una maduración personal de tan múltiples experiencias sociales, que
asimismo pueden ser un ejemplo vigorizante para sus también multimillonarios
colegas.
El otro Bill, nada menos que el ex-Presidente
de la mayor potencia mundial, en pleno auge en la era global, no pudo y
no creo que hoy pueda, controlar su adicción "oval".
Resulta sorprendente escuchar a inexpertos en materia psicológica - y algún experto
connivente, político o en adicción- que tal compulsión no
afecta sus dotes de estadista que tan bien llevaba, hipótesis no comprobable.
Asimismo que no se va a hacer público nada que afecte su ex-investidura, ni él
ni su familia tampoco. Tales
afirmaciones corroboran el mecanismo de negación/disociación de todo los que
nos resultan conflictivo/oscuro en nuestras vidas. En fin, es
contradictorio que siendo tan necesario y vital para los hombres - los ejemplos nos
refieren a que no habría exclusiones- incentivar el estudio
de las ciencias del hombre y su inserción social, la conflictiva de la misma
tendería a su postergación: simplemente, dejándola en manos de los
cientistas existentes y que la suerte les depare avances considerables... Ello
poco probable, no por la calidad de los mismos sino por los recursos
disponibles - considerando la implícita interacción multidisciplinaria
necesaria- que obviamente exceden a sus propias posibilidades incrementarlos.
El nivel de complejidad de posguerra, generado por la irrupción de gran
cantidad de conocimientos de las más variadas disciplinas hace que se hayan
licuado los genios
de otrora, que pudieron vislumbrar soluciones que sustentaron el desarrollo
aludido de mitad del siglo 20
en adelante.
La investigación actual implica la labor interdisciplinaria para que sea
fecunda y orientada, no librada a la suerte. Esto sin eludir la
imprescindible investigación en ciencia básica sustento de esa acción
interdisciplinaria productiva. Así se han logrado avances extraordinarios en
telecomunicaciones e informática bajando costos que sirven de base a otras en
el campo de la medicina, biología, farmacología, etc. Requiérese un profundo
incentivo en el estudio de las ciencias sociales y del hombre, que permitan
integrar todos estos avances que dejan atrás al actor principal: el ser humano,
cada vez mas fragmentado en consumidor, ciudadano,
usuario, etc. por las propias limitaciones del conocimiento del mismo.
Dejar en manos del dios-mercado
tal desarrollo científico sería una necedad. Esta salida, eminentemente fundamentalista,
es el comodín
a todas las incertidumbres que las postulaciones liberales no pueden
afrontar/ vislumbrar/ solucionar, por las propias limitaciones del marco conceptual
de su doctrina, ni contar con MANDRAKE, MERLIN ni COPPERFIELD en
sus filas...
1.3
La formación de la conciencia social: base de los cambios
sociales significativos
Los humanos construimos nuestra conciencia
social en un proceso continuo. Cotidianamente recibimos información
múltiple y el sentimiento concomitante que produce tal información (estupor,
indignación, decepción, indiferencia, simpatía, euforia, alegría, etc.).
Obviamente la misma sufre un proceso selectivo, prevaleciendo las de nuestros
intereses particulares y las de carácter general. Así, retenemos gran cantidad
de información/sentimientos, en estado latente, expectantes. Es decir, expectativas
que quieren ser satisfechas, como una necesidad de descarga energética de
los sentimientos concomitantes. La información puede perderse o diluirse, pero
el sentimiento no. Nos carga. Pensemos cuando formamos un concepto
cualesquiera: éste es una construcción temporal, de igual forma que la conformación
de la conciencia colectiva. Cuando debemos explicitar un concepto,
olvidamos los detalles informativos que lo generaron, recordando el filtro
intelectual / sentimental operado que lo sustenta. Cuán difícil nos resulta rememorar
cuando se nos exige precisión sobre nuestra formulación conceptual y los
hechos que lo coligieron. Algo así cuando recordamos lo agradable que nos
resultó una película o un partido de fútbol, reteniendo prioritariamente el
sentimiento placentero, que el detalle del evento. Este estará en nuestra
memoria pero necesita ser rastreado/activado. Es decir, que el sentimiento
acumulado generalmente predomina sobre la información. Cuando su
acumulación es negativa, es una sensación desagradable. Sí un proceder de interés
general recibe la aprobación unánime, los medios aluden a que las expectativas
concomitantes han sido colmadas/satisfechas. Advirtiese una sensación de
alivio al descargar las mismas. Fenómeno de transmisión uniforme colectiva,
percibida por la gran mayoría simultánea e inequívocamente en virtud de la igualdad
constitucional básica lógico-emocional de los humanos... Tal fenómeno de transmisión
también se expresa al manifestarse mayoritariamente al unísono en el murmullo,
la exclamación o la risa en actos multitudinarios.
Contrariamente, cuando el proceder no es
el esperado, frustrándose la satisfacción de las esperanzas latentes, la misma
se acumula en nuestra conciencia. Ante la ausencia de reacción pública
manifiesta ante tales desencantos, no equivale a la dilución de tales
conductas objetables, igualmente se cargan emotivamente. Tal
proceso es extensivo tanto para aquellas que no son resaltadas positivamente, o
lo son fugazmente. Asimismo como las de carácter subliminal (tan
efectiva como la explicita). No pasan al olvido, quedan en nuestra
mente individual/colectiva. El tiempo imprecisará la información provista, pero
los sentimientos frustrantes o positivos se acumulan a los precedentes y así
sucesivamente. Los hombres públicos tan “pendientes” de las manifestaciones
sociales, no cuentan, en general, con este proceso. Ulteriormente cuando la
bronca de los ciudadanos se manifiesta por hechos puntuales, parece
desproporcionada entre lo que aquellos contabilizaron y la que se expresa. Proceso
extensivo a la vida familiar. Un experto en relaciones conyugales,
sabiamente, hacía referencia que cuando se discute en pareja, iniciándose la
reyerta por un hecho insignificante, como regla, debe “pararse” y
verificar porque se está discutiendo, dado que tal disparador no
justifica tanta vehemencia en la contienda. Las causas de la desavenencia
estarán estrictamente vinculadas al proceso de acumulación silencioso aludido, que
creemos que no existe por no manifestarse oportunamente (demos fe que existe...)
Esta somera y precaria descripción- totalmente
perfectible- nos remite al uso de las expectativas humanas latentes, que
requieren de una lectura adecuada, con interlocutores sociales validos. El proceso es activo en cuanto a la
interacción aludida entre sociedad y el sujeto individual, pero pasivo
en cuanto a operar colectivamente: requiere de disparadores para su
activación. Lamentablemente, coexisten las que satisfacen con las
frustrantes, emergentes de experiencias denigrantes como el 11-S, que
capitalizadas por un retrogrado grupo como el de Bush, nos condujo a Afganistán,
Irak, Atocha – 11 M- y sus aparentemente inevitables secuelas
futuras. Estas lúgubres y cruentas experiencias servirán de freno para otras
que se funden en la mentira. En fin, no coartar la libertad de información y
ser tratados como iguales por los que tienen la obligación de brindarla.
Lamentablemente nuestra conciencia social se forma más que de experiencias
humanas positivas, que las hay, pero en franca minoría con aquellas que sabemos
que no queremos seguir padeciendo, como las vivenciadas al presente en Irak
(guerra, torturas, muertes
civiles, etc.). Aspiro y es uno de los propósitos fundamentales de
este ensayo generar conductas positivas, que puedan propagarse por contagio
fructífero, contigüidad, mecanismos humanos eficaces. Evidentemente los medios de comunicación masivos
trasfronteras nos permitirán acelerar estos procesos de toma de
conciencia, al evitar la omisión de información, que aun distorsionada o
deficiente, nos permitirá evaluarla, según nuestros filtros personales e
intereses. Esto dará lugar a la consolidación de las expectativas
latentes positivas en la conciencia social. Veamos someramente como se
producen tales cambios significativos en las sociedades:
Es bastante frecuente hacer una lectura política
que justifica determinados procesos, asignándoles un origen a determinados
grupos de poder (multinacionales, masones, sionistas, etc.). Es decir
que tales grupos - la lista puede ser extensa- determinan el
resultado político analizado, como un designio ineludible ¿Se puede negar
la existencia de los grupos de poder? ¿No es razonable - no justo- que los poderosos intenten preservar sus
intereses, a veces a toda costa? De tal suposición pueden explicarse
innumerables sucesos acaecidos, pero tal postura no lo hace
con relación a porque sufrieron severas derrotas en toda la historia
humana (esclavos / dependientes; democracia /dictadura; beneficios
sociales/desamparo; justicia orgánica/ impunidad, etc.)... Otra hipótesis
utilizada por muchos analistas políticos es la de considerar que todas las
sociedades evolucionan hacia formas superiores. Por lo tanto, el mañana
será mejor. Un análisis retroactivo de la historia resulta obvio que así ha
sido y será, pero omiten las causas que originaron ese difícil y cruento
progreso logrado hasta el presente. Es decir, aluden al efecto – el
progreso generado- pero omiten considerar porque se produjo tal
progreso. Esta suposición es avalada por muchos políticos, dado que al incitar
a la pasividad del presente no
pone en juego su poder en lo inmediato. Los politólogos que la sostienen, o
son conniventes con el poder, y/o jamás condujeron un proceso
organizacional. El futuro fecundo se construye desde las decisiones del
presente, no
es una concesión, es la consecuencia del esfuerzo persistente e inteligente
cotidiano... En nuestras pampas la tenaz lucha de las Madres de Plaza de
Mayo por sus hijos desaparecidos por y orden de las fuerzas militares, contribuyó
significativamente al restablecimiento democrático del 83, dada su
positiva y eficaz difusión mundial de las atrocidades cometidas en el país
por las Juntas Militares. Retomando, ambas concepciones expuestas tienen un
común denominador: nos
incitan a la resignación. Nadie - menos aún los
simples ciudadanos- puede contra tal poder.
Para que esforzarse hoy si el mañana-feliz
está asegurado por el solo devenir. Es decir una actitud
totalmente beneficiosa con los intereses poderosos y que seguramente ellos
fomentaran...
Los
hombres en general tenemos dos características comunes: ser morales y
transaccionales. Necesitamos justificar conceptualmente
nuestros actos - cualquiera
sea su nivel, aun los más atroces- con
cierto grado de aceptación social (colegas, pareja, descendientes,
familiares, allegados, etc.). Y a su vez transar en nuestras opciones
cuando estas pierden su estima - al
ser cuestionadas- de parte de los otros que nos interesan,
estos obviamente influidos por el consenso social contrario a nuestras
postulaciones (más afectas a nuestros intereses particulares que a los
generales). Esta
modificación del consenso general, emanado de nuestra conciencia colectiva, es
el arma que permite disparar eficazmente las complementarias características
del hombre expuestas – ser transaccional y moral- y a su vez el
retrotraer o paralización momentánea de los poderosos, ganando campos de
dominio que de otra forma no se lograría acceder.
Los anhelos de justicia y la lucha contra
su falta, como los logros positivos de los humanos, se han desarrollado con los
procesos descriptos. Y así será en el futuro, más allá que me tilden de
optimista. La resignación que nos pretenden imponer, que uno asume sin
exteriorizarlo - solo por impotencia- es el lubricante que agita
internamente nuestra conciencia social que se dispara en el momento oportuno.
Las mejores armas para disparar con que contamos los no poderosos es actuar
solidaria e idóneamente, sobre lo cual desarrollaré en los capítulos
respectivos del presente ensayo, fundándolo (Ud. decidirá lo acertado o no).
2. INDIVIDUALISMO
Y CAPITALISMO.
El
individualismo fomentado es coherente con nuestro escaso desarrollo emocional,
proclive al accionar egoísta, inherente de nuestra infanto-adolescencia. Edward
BACH - terapeuta floral- cirujano, bacteriólogo e investigador
homeopático, afirma que la evolución del ser humano está estrictamente
vinculada al desarrollo de sus emociones (adhiero),
a la cual apunta su eficaz tratamiento, avalado por la Organización Mundial de
la Salud (OMS) y experiencias
personales que lo corroboran (mi cónyuge
es psicóloga UBA y terapeuta floral). El egoísmo nos conduce a la falta de participación,
impulsando y reafirmando que el único camino es una salida individual, habitualmente
a costa de otros. Generalmente estas actitudes individuales son retaliativas,
interna y externamente: como culpa propia indefinida, es decir no
percibida como tal, o “venganza” directa o indirecta de los afectados.
El
Sistema Educativo es también
influenciado por este ensalce del individualismo, coherentemente con los
patrones egocéntricos predominantes. Consecuente, y generalmente, no fomenta en
forma adecuada, aunque lo intenten, la coparticipación ni la inserción
comunitaria, signándonos el camino hacia nuestro desarrollo personal en
el ámbito laboral. Contradictoriamente en las organizaciones
empresariales modernas se fomenta un sentido de pertenencia a la misma – más productiva para su negocio-
como el trabajo en equipo, que nos remite a una conducta grupal alejada de lo
individual. Nuestros jóvenes, condicionados a ese individualismo propugnado y
coherente al mismo, actúan renuentemente a tales propuestas como a dar lo mejor
de sí mismo en el ámbito que se desarrollan. He tratado de convencer a mis
hijos que lo hagan, aunque sea considerando que esa inserción positiva sería
para su propio beneficio (desarrollo personal) y no para quien dependen
circunstancialmente, sin éxito... Algunos, los más novatos y/o cándidos,
pueden aceptar tal invite a actuar en equipo, pero luego de otras
experiencias en el mismo ámbito propias o de otros compañeros, se percatan de
lo inútil de tal accionar, disparando la simulación (“hacer como que...”).
2.1
Las condiciones laborales
en el capitalismo: su evolución al presente.
Quien haya trabajado en organizaciones de
cualquier naturaleza, puede percibir las falencias propias de la misma. Pueda o
no lograr captar las causas, pero seguramente no logran dejar de observar y/o
padecer sus defectos. Todas las teorías modernas de organización han captado
las falencias registradas en las mismas insertando correcciones que transitan
de un modelo formal piramidal de los siglos precedentes (básicamente industrial),
hasta las actuales constituidas en equipos interactuantes participativos,
intracoordinados hacia los objetivos empresariales. El modelo piramidal-formal
genera en las estructuras conductas poco propicias para la calidad de vida de
sus miembros, que repercuten en los niveles de productividad empresarial,
corroborado esto por las experiencias ulteriores cuando se migró a modelos más
participativos y ventajosos (para los empresarios). Podría decirse
que el modelo piramidal es propio del capitalismo, compatible a
su esencia. Está sustentada en la autoridad y su par imprescindible: la sumisión.
Mientras tal par marchaba adecuadamente, el modelo funcionaba a la
perfección. Desde el extremo de tener en pensionados a trabajadores
solteros, dándoles vivienda y comida con un salario irrisorio, o simplemente se
limitaba a un premio, igualmente paupérrimo, cuando salía del mismo. Finalmente
se impusieron otras formas que implicaban la supresión de la provisión de
vivienda y comida, por un salario mayor que seguramente era inferior a los que
demandaba como pensionistas. Es decir, se ganó en ingresos empresariales, perdiendo
el “control” sobre los generadores de su plusvalía. Generalmente los
factores para tomar una determinación en quienes tienen la posibilidad de
instrumentarla, se conjugan y no precisamente tienen que ser favorables
en su devenir para quienes la impulsan, cegados por factores emocionales
inmediatos (léase ganar más money). Evidentemente para los humanos
sometidos a ese tipo de opresión, era preferible su libertad que
una evaluación económica de su encierro, que seguramente sería más conveniente
con la casa y vivienda asegurada. Convengamos que socialmente no era muy
justificable para los empresarios tal nivel de supresión de las libertades, más
aún luego de la revolución gala de 1789, dado que tal forma no era compatible
con tales principios. Así que tal liberación fue un “negocio” empresarial.
El encomillado alude al germen de un futuro cuestionamiento al modelo
capitalista. Los obreros quedaron así librados del control autoritario directo
de los guardias que vigilaban el pensionado, que limitaban su capacidad de
expresión e intercomunicación con sus pares...
El avance tecnológico implicó
la paulatina y progresiva incorporación de técnicos descendientes de las clases
dominadas, dado que la demanda superaba la oferta de los miembros de la
oligarquía, aún renuentes al esfuerzo-trabajo, asociados aún con los niveles
sociales inferiores. Por lo tanto se debió adecuar ampliando la base educativa,
desde los niveles básicos hasta la profesional. Aunemos los medios masivos de
comunicación. Estos incorporaron una visión externa independiente del referente
familiar. Ambos factores fueron generando un cuestionamiento a tal modelo de autoridad-sumisión,
cuya erosión se agudizo en la segunda mitad del siglo pasado, correlativamente
al vertiginoso incremento técnico-profesional - y mayor educación respectiva-
como la propagación de los medios masivos de comunicación. Pero no solo tal
cuestionamiento, sumemos lo objetable de las conductas que emergen de una
estructuración piramidal. En ésta los cargos de responsabilidad, sean cual
fuere el nivel de los mismos, frecuentemente no son asignados a los que
ostentan mayor idoneidad para tales obligaciones. Tal “incoincidencia” puede
generarse en un error del sistema propio de la empresa o un acto deliberado de
la misma, privilegiando intereses ajenos al nivel de idoneidad de los agentes.
Tales intereses no solo son observados por los excluidos, tanto
objetivamente por aquellos que tenían un apropiado nivel para tal cargo, como
subjetivamente por aquellos que creían tenerlo. Inclusive para los cuadros
inmediatamente superiores al mismo, que pueden tener voz pero no voto.
Aunque estos podrían objetar tal nombramiento, implicaría un problema hacia su
persona al poner en evidencia un error en tal inadecuada postulación de sus
superiores, que podría serle retaliativa, subsanado con el silencio
consecuente (independientemente si era
correcta o no tal apreciación). En fin, una cadena de
conductas en conflictos que se agudiza concomitantemente con la erosión
sistemática del par autoridad-sumisión. Adicionemos el concepto de
rivalidad propia de la competencia individual, bien vista originalmente dado el
aserto de Adam Smith (1723-1790,
escocés), que la suma de los intereses individuales hace al bienestar
general, trasportado a la unidad empresarial... En cuanto a las conductas solapadas
que genera la asignación de cargos formales cuestionables, tenemos a la obsecuencia
como reina. La aceptación como natural para el subordinado de la autoridad
formal, implica que al ser él la
autoridad, exigirá igual nivel de sumisión a sus subordinados. Le resultará inentendible
quienes osen cuestionar su autoridad formal. Por ende, la arbitrariedad
será su patrón resolutivo. Veamos un ejemplo del par Autoridad-Sumisión:
● En una
prestigiosa Universidad Americana se realizó una experiencia en la
materia, que nos indicará lo trascendente de su erradicación o desaliento. Se
solicitaba la participación - remunerada- de profesionales
universitarios para un experimento científico. Este constaba de lo siguiente:
una cabina que poseía una palanca con un rango numérico de
Asimismo las
exigencias cotidianas obligan a aquellos que no tienen la capacidad
apropiada para sus tareas a una sobreactuación para “hacer de...” ( el
rol asignado), denominado chambonaje, cuya definición semántica nos
remite a quien hace torpe, o azarosamente bien, su trabajo. Ello genera
conductas emergentes de tal falta de idoneidad, de ambas partes (jefe-subordinados):
delegación inoportuna / inadecuada (alguien debe hacer lo que él no puede);
el favoritismo consecuente (todo se paga) y el exceso de atribuciones
de los favorecidos... Odios, rencores, envidia, alcahuetería... Un "clima óptimo" para el desarrollo personal e incitación a otros incompetentes a
su acceso a los cargos formales...
Generalmente
los ideólogos de las reformas que se tornan inevitables son sujetos que han
tenido una activa participación en organizaciones - ya sea como observador pasivo
o activo- y perciben las fallas de las mismas, generando ajustes que
permiten el crecimiento de la misma. El éxito o fracaso determinará lo correcto
o no de sus concepciones. Podríamos aseverar que el accionar individual no es
productivo a los fines institucionales, sí en grupo y participativamente. Esto
implica el otro irreversiblemente, para actuar mancomunadamente como exige el
management actual. Para lograr tan accionar conjunto se requiere que los
miembros de los equipos de trabajo con fines determinados por los niveles
gerenciales, estén debidamente motivados. Veamos un ejemplo de
motivación de posguerra:
Otrora, luego
de la irrupción de la URSS en el mundo, se intentaron modelos
alternativos que pudiesen compatibilizar el capitalismo y comunismo,
orientado a lograr niveles de motivación adecuados, ergo mayor productividad
empresarial. Tal propuesta fue efectuada por gurúes económicos vigentes,
surgiendo la racional propuesta de cogestión obrero-patronal. Básicamente,
se asignaba a los trabajadores un porcentual considerable de la
rentabilidad de la empresa, que ataba razonablemente a los mismos a la suerte
de aquella. Tal incentivo debería movilizar a aquellos a ponerse la camiseta
empresarial, dado que compartirían las ganancias con el empresario inversor del
capital. También la dirección de la empresa con participación minoritaria en el
directorio. Una hipótesis que debería resultar viable, redundando en los
niveles de productividad que se esperaba. Los idearios de tal modelo no
contaron con los resabios culturales existentes en ambas partes. Ni los
patrones ni los empleados estaban convencidos de tal acuerdo. Aquellos no
se resignaban a perder lo que debían ceder a sus subordinados, que eran visto
como inferiores, sin la capacidad de crear y disciplinarse como ellos para
lograr sus objetivos. Obviamente omitían considerar que con la plusvalía
que generaba el trabajo de los mismos, los actuales o circunstanciales
anteriores, pudieron hacer su capital, independientemente de la
evaluación personal que hacían de sus subordinados. Estos a su vez desconfiaban
de tal “generosidad”, conociendo el pensamiento general de los patrones, dada
las aciagas experiencias acontecidas precedentemente. No solo su participación
en la toma de decisiones era exigua - menor adiestramiento en tales
habilidades- si no que estimaban que la información era retaceada
para el beneficio de los capitalistas en las proporciones que le correspondían.
Difícilmente pueda cogestionarse en tales circunstancias. Aunque habrá
experiencias positivas, dado que no todos - en ambos bandos- habrán
actuado de igual manera, el modelo en general sucumbió dado que
prevaleció la desconfianza mutua. En fin, un desconocimiento de la conducta
humana que priorizó un modelo basado en parámetros exclusivamente económicos,
no contabilizando aquellos que hicieron finalmente extinguirse tal fusión, que
excedía a sus conocimientos económicos (nada inusual por
siempre).
Al presente
las múltiples alternativas experimentadas han fracasado por varias razones, no
muy distantes de lo acontecido con la cogestión precitada. La entrega de
acciones o alguna forma de participación en las ganancias, no ha surtido el
efecto deseado aun los acuerdos entre partes sobre determinado tipo de
objetivos a alcanzar. No es extraño desayunarse con el quiebre sorpresivo de su
empresa o de otras similares, despidos, sin poder interferir en tales
decisiones por serle ajenas a sus alcances. Hoy en día la motivación se
sustenta más allá de servir a la organización, sino en la de preservar su
fuente de trabajo, tan sujeta a modificaciones que no le garantizan su
permanencia en la misma. Y mucho más grave, que se percibe que excede al nivel
de idoneidad que posea el sujeto, sino a parámetros económicos de rentabilidad.
Algunos teóricos sostienen que la base del capitalismo se basa en meter
miedo. Postulación coherente con nuestra aseveración que el modelo
capitalista se sustenta en el par autoridad-sumisión. Este implica
una relación asimétrica entre las partes involucradas, que incluye el sometimiento,
solo sustentado por el miedo al circunstancial superior, o lo que
representa, por múltiples causas.
No cabe la
menor duda que cualquier modelo que se implante en el sistema capitalista, que
involucre un acuerdo empresario-trabajadores, fuere cual fuere su naturaleza o
método, se formalizará ya que el margen para los asalariados es exiguo para no
aceptar. Harán “como que” se
involucrarán pero no se consustanciaran con los acuerdos respectivos.
Podrán funcionar en su fase inicial pero el tiempo irá minando su falaz
entusiasmo. Y volverá a reformularse el acuerdo ¿ Qué margen puede tener el
trabajador? En la vida, en cualquier ámbito o actividad “hacer de...” no
ser, es un mal negocio. Ello implica la falta de identificación con
lo actuado, resultándonos ajenos a nosotros mismos. Ergo, no se crece,
se transitan las circunstancias sin valor agregado alguno. En otras palabras,
nos acomodamos a las situaciones sin asimilarlas. Son muy pocos
los humanos que pueden trabajar a gusto, sin presiones. Entre estas, llevar el
sustento a su hogar; demostrar que uno puede triunfar; el fracasar; tolerar a
veces lo intolerable en la condiciones de trabajo; no alcanzar lo que se le
retribuye o tener más ambiciones que posibilidades: etc., etc.,... Nada fácil
hallar una salida adecuada a tales presiones. Algunos optan por tener claro que
su trabajo es un medio para otros fines más placenteros para su persona (deportivas,
artísticas, etc.). Esto implica resignar a superarse en el mismo, limitándose
a cumplir lo indispensable que se le exige. Una solución parcial, no exenta de
complicaciones, tanto internas - en el mismo ámbito de labor- como
externas. Esto tanto si conforma una familia, o no logra desarrollar
adecuadamente las actividades extra-laborales que le resultan agradables...
Una solución
fantaseada por muchos es la de ser independiente, siendo así su propio
jefe fijando sus objetivos. Pero esto es una falacia. Generalmente,
depende mucho más del mercado, debiendo estar demasiado pendiente de sus
usuarios que no tienen por qué responder a sus expectativas, riesgo que
difícilmente compense esa “autonomía”. Quien desarrolle apropiadamente su labor
difícilmente dependa de un “jefe”. Éste “existe” cuando uno denota fallas en su
tarea, dando lugar a su intervención, dependiendo ésta de la ubicuidad,
formación y personalidad del respectivo superior. Generalmente, un trabajador
idóneo genera una barrera de contención natural para las intervenciones
desatinadas de un jefe formal, el cual no posee generalmente un sólido dominio
de su metier. Tal jefe a su vez es conocedor de sus propias limitaciones, ya
que antes de serlo era un trabajador como al que puede acosar-perturbar. En
fin, identificándose con el mismo, transformándose de víctima de otrora a victimario
del presente. Asimismo el trabajo independiente, reducido en el número
de personal, pierde una de las características básicas de transmisión del
conocimiento: la contigüidad. La interacción vivencial con otros sujetos
de menor, igual o mayor nivel en su metier tornase imprescindible para
su crecimiento profesional. Igualmente con otros de diferente actividad en la
cual pueden intercambiar procesos transferibles a su especialidad, sin excluir
las experiencias positivas humanas concomitantes, enriquecedoras de su persona.
Los humanos requerimos de disparadores para asociar ideas. Por ahora no podemos
rastrear nuestro cerebro en forma automática. Para ello necesitamos
concentración-tiempo y no siempre nos es posible. Cuantas veces dormitando
logramos soluciones que no aparecen en el sitio respectivo. Tal contigüidad
favorece estas felices irrupciones, sin perder el reparador sueño.
Asimismo, la
tendencia a la conformación de megaorganizaciones, emergentes de
fusiones que tienden a reducir costos aunando cargos similares en las
organizaciones integradas. Obviamente para beneficio del capital y perjuicio
del trabajador despedido. Estimo que no
es el modelo a seguir, dado que cuanto mayor número de trabajadores menor el
conocimiento virtuoso o defectuoso de los mismos, delegándose excesivamente la
transmisión de sus características en documentación. Esta, difícilmente
trasunte adecuadamente a las mismas. Tal falacia puede beneficiar o perturbar
indebidamente a los agentes involucrados, generando conductas indeseables para
la organización: frustración para algunos, sobrestimación para otros, que luego
devienen en otras para tolerar tales situaciones. Como ser indiferencia,
obsecuencia o cualquier otra conducta perturbadora. En fin, actitudes que
“hacen” a organizaciones como las aludidas.
Estas
frustrantes experiencias de inseguridad expuestas como ser conducidos por
chambones, ha germinado una concepción contraria al modelo capitalista. La
exigencia de la autoridad moral - quien se lo merezca por su idoneidad/calidad
de persona- a la formal, impuesta por sus superiores, que pueden o
no tener tal nivel de conocimiento y/o calidad humana, es un factor
trascendente que socava la autoridad-sumisión en el cual se sustenta el
modelo imperante y contrario al sentido de justicia inserto en su
conciencia social. Este hacer “como
que” no es saludable para la inmensa mayoría de los integrantes: los
trabajadores. En fin, evidentemente debemos remediar tal incongruencia: ¿es
compatible jugar en equipo y mantener nuestros patrones personales de
individualismo?
Una última
reflexión: los gurúes
del capitalismo en sus análisis de modelos motivaciones grupales, se hallan
frente a un dilema inevitable. Como justificar los fracasos de estos modelos
grupales coparticipativos experimentados en cuanto no implican una panacea (aunque su productividad resulta
superior al del accionar individual). Ni los capitalistas aceptarían volver
al accionar individual, dado que los criterios no serian
uniformes y podrían perder frente a la competencia conformada en equipos
disciplinarios e interdisciplinarios. Estimo que tales gurúes no
pueden decirle a sus mandantes, so pena de perder su fuente de ingresos
inmediata, que la falla no está en el accionar grupal sino en la falta de
una motivación adecuada a trabajar por objetivos. Desde que pueden ser
tales objetivos retaliativos a los trabajadores; que no tienen acceso
sobre la situación de la empresa, como ser su disgregación o vaciamiento; o
cualquier otro imprevisto que los perjudique. Harán “como que” participan de
los proyectos que los conminan a producir - no tienen márgenes para
eludirlo, so pena perder su trabajo- sin consustanciarse, siendo ello la
causa de su restringido éxito. Cada vez se mastica menos vidrio...
En
otro orden repasemos las más evidentes fallas del sistema capitalista:
¿Tenemos
que aceptar los paradigmas liberales como si fuesen ineluctables por el solo
hecho de no hallar otras respuestas satisfactorias? Los fracasos de los modelos alternativos
al capitalismo, solo indican que no hemos acertado con las formas, pero no
validan al mismo. Pensar que con la caída del muro de Berlín el
liberalismo iba a imponerse sin hesitar es una torpeza intelectual, e
igualmente considerar el fin de la historia... Repasemos algunos conceptos
teóricos que “sustentan” al capitalismo.
¿Quién
puede afirmar científicamente que la suma del interés individual hace al
bienestar general? Obviamente no hay como pueda medirse tal aserto. Compete
más a las ciencias vinculadas a la inserción social del hombre. Estudios
universitarios comprobaron recientemente que cuando la gente actúa
solidariamente, aunque pueda perjudicarse particularmente, refleja en las
mediciones cerebrales un estado de satisfacción superior a aquellos que
actuaban en forma mezquina. Esta afirmación contradice a la aludida de A. Smith, como a la expresión de deseos de
un optimista, de un militante progresista o de izquierda. Pero al presente, tales afirmaciones positivas sobre la
solidaridad están fundadas científicamente, dado que la confirman con el mapeo
cerebral simultaneo de los sujetos que intervienen en tales estudios, denotando
la supremacía del solidario sobre el individualista.
Helena
Cronin, inglesa, cientista social e investigadora por excelencia durante
más de dos décadas de Darwin, expuso en 1999 sus conclusiones en Davos,
defenestrando al darwinismo social, baluarte “filosófico” de los
liberales. Con éste se permitía el vale todo en el mercado, con el objeto de
justificar la supervivencia del más apto. De los mismos textos del científico
inglés, la aludida cientista garantiza que la coparticipación entre los hombres es más benéfica que el accionar
individual, quien más da más recibirá. Los asesinos naturales - emergentes
equívocos del pensamiento darwiniano- están en los cerebros humanos no
en la de los más inteligentes animales. Estos actúan cooperativamente,
aún entre seres diferentes. Asimismo tienen en sus especies superiores
mecanismos de inhibición para no destruirse entre ellos como por ejemplo en una
cruenta pelea -entre nada menos que leones- el que se considera derrotado le
ofrece la yugular al vencedor como signo inequívoco de aceptación de su
derrota, código aceptado por todos los de su especie, sin llegar a la extinción
del ocasional rival (en el punto
3 aludiremos con mayores
consideraciones al estudio de Cronin)
El
concepto que alude a la magia del mercado en cuanto a la mano imperceptible que
regula sus actividades, es de por sí cuestionable ¿Más que la mano
invisible del mercado no sería más razonable considerar la miopía del ojo
humano en su nivel de conocimiento actual? Tal
invisibilidad sería como creer que la magia es verídica por no poder
detectar el truco del ocultista. Algo así como que al no registrar una
balanza el peso de una pulga, esta no lo tuviese. Obviamente, nos deberemos
remitir al instrumento de medición que lo haga posible (hoy existe, en el
siglo 19 no... las pulgas creo que siempre).
Recientemente asignaron el
premio Nobel de Economía a un psicólogo - Daniel Kahenman- cuyos
trabajos en equipo con otros economistas demostraron lo cuestionable de las
interpretaciones vigentes hasta el presente con relación a la racionabilidad
del individuo en sus transacciones económicas. Hasta ahora para los
economistas se suponía que un sujeto actuaba en extremo analítico al efectuar
las mismas, garantizando cada uno de sus actos a los efectos de lograr para sí
los mayores beneficios. Quienes emergen de las ciencias sociales, con cierta
“calle”, sabemos que tal argumentación era falaz, con solo observar nuestra
propia conducta, la de allegados y consumidores en general en el transcurso de
nuestras vidas. Como la falta, a veces absoluta, de racionalidad en nuestras
operaciones comerciales, condicionadas por nuestras emociones, casi en estricta
relación a la inversión efectuada. Obviamente nadie quiere reconocer tales
garrones, ya que quedaríamos como imbéciles. Los espejitos de colores siguen vigentes
y no precisamente para los indios... Envase, ubicación en góndolas, mensajes
distorsionados, omisiones intencionadas, consejos de amigos (las
cosas que uno ha comprado por estos), etc. En fin, debemos aceptar
que quien vende no-asesora, te “engancha”. Es decir, bastante
antes de que se hicieran tales trabajos científicos que devinieron en el
premio. Siempre he afirmado que no se puede entender como una disciplina
científica como la economía, de la cual parece que dependa el planeta, se sustente
en principios que no le competen a la misma: confianza, estados
emocionales, racionalidad, más cercanos a las ciencias que estudian
al hombre. Aún las limitaciones en este campo, su evaluación sería más
certera que los usados por los economistas. Asimismo varias veces los
gurúes en tal metier afirman públicamente que no pueden predecir, sino analizar productivamente lo sucedido con
los múltiples y eficaces recursos que provee la ciencia económica para tal
objetivo. Ratificado esto en el Foro Económico Mundial de Praga en el 2000,
que graciosamente expuso uno de sus principales oradores. Sería como si el
mecánico nos explicara en el nosocomio, o en el cementerio a nuestros
deudos, las causas por las cuales chocamos con nuestro automóvil a su
cargo profesional...
En
fin, cuando se aplican los paradigmas que rigen tal saber científico y que se
tornaban en inesquivables en los 90, tampoco dieron resultado. Los
políticos que no se ajustaban a tales designios eran penalizados por los gurúes
internacionales en la materia. Ergo, no recibir ayuda de los centros
financieros internacionales y comprometer a sus ciudadanos. El fracaso de los
modelos populares, nacionales o de izquierda en el siglo precedente, más aún
con la caída del muro de Berlín, otorgaron a los parámetros neoliberales
el carácter de ineluctables. Pensar que el triunfo de los opuestos determina
que el restante sea "la
verdad", es una necedad. Igualmente, pasar del
todopoderoso estado al fundamentalismo de mercado. Lamentablemente la
década del 90 demostró lo inexacto y gravoso de los postulados que
conformaron el Consenso de Washington. Una receta for export estandarizada
para países en vías de desarrollo, que obviamente no respondía a las
particularidades de cada uno de los países involucrados. Y dado que no soy un
experto, si no lo medimos por su marco teórico, su aplicación fue deficiente,
lo cual lo torna indefendible y grave. Así tenemos que aún el
crecimiento registrado, su distribución fue tan desigual que aumentó los
niveles de pobreza preexistentes. En mi país, el famoso derrame
pronosticado se hizo realidad... Cuando se llegó a niveles insostenibles del
deterioro operado en la estructura productiva del país, el desempleo, los
niveles de consumo, la abrupta caída de la recaudación fiscal y el déficit
consecuente, producto de las imposiciones del FMI - fundadas en el
aludido Consenso- se produjo el ansiado derrame: de pobreza. Los
argentinos podemos asegurar que la teoría del derrame es válida, pero
restringida a la miseria no así a la riqueza. Costará muchos años de
esfuerzo para reparar tanto daño...
Asimismo
resulta incomprensible la disparidad de recetas que utilizan en sus
países, con relación a los subdesarrollados. Ante la menor crisis en el primer
mundo, recetas keynesianas que impiden un deterioro y bajas de tasas de interés
para que se invierta en producción y no en especulación. Protección de sus
mercados. A los subdesarrollados restricciones presupuestarias y tasas
altísimas, con liberación de mercados. Por suerte muchos gurúes en la materia,
fundamentalmente las nuevas generaciones provenientes del ámbito académico – Krugman,
Stiglitz - resaltan tales contradicciones y abogan por soluciones acordes a
las necesidades de los países que se pretendan socorrer. Que no respondan a los
intereses de los grandes conglomerados financieros de los países centrales, que
mayoritariamente gerencian los organismos de “ayuda” internacional, como el FMI,
BM, o cualquier otro de menor envergadura. Estos organismos fueron creados luego de la
última guerra mundial, con Keynes a la cabeza, para auxiliar
financieramente a los países con problemas, ya que esto repercutiría en todo el
planeta, incluyendo a los desarrollados, por lo cual pondrían el dinero para
subsanar tal desequilibrio. El Banco Mundial se encargaría de financiar
proyectos dirigidos a subsanar la pobreza en donde existiera. Tales propuestas
fueron avaladas por los grandes, producto de un doble mensaje. Por un
lado no podían dejar de reconocer los fundamentos intelectuales keynesianos y
los morales de socorrer a otros congéneres, so pena de ser cuestionados por
ello. Pero simultáneamente resultaba un colosal negocio tanto para ganar dinero
como trabajo para sus gurúes, actuando estos como guardianes del sistema
que les da de comer, aunque sea con las migajas del banquete mayor.
¿Tenemos
idea del negocio que implican las interacciones de los expertos tramadas en
siglo pasado? No estoy
hablando de las transacciones comerciales que implican el ejercicio de su profesión,
sino de los intercambios humanos relativos a estudios, investigación, cargos
desde ejecutivos a otros de cualquier naturaleza, incluyendo los de los
sistemas educativos afines, etc. Reconocer lo endeble de la cimentación
de su ciencia implicaría un desastre en tal tramado, pacientemente organizado,
devenido en ese discurso homogéneo - cada vez más inconsistente-
que se mimetiza con el concepto de globalización. Obviamente extensivo a
cualquier campo donde existan personas en interacción, que impliquen intereses
conexos. La preservación de éstos entre los miembros será primordial
para su beneficio, independientemente de sí sus principios ideológicos son
sostenibles o fueron superados por la realidad. Siempre prevalecerá esa tendencia
al resguardo del beneficio que se obtiene, fundamentalmente de aquellos actores
que usufructúan el mismo. Pero
simultáneamente el discurso para justificar tales conductas se debilita frente
a las fisuras que presenta el mismo, chequeados ante las experiencias
cotidianas que lo contradicen. Quienes objetan, pretenden ganar espacios de
poder que ostentan los que tienden al mantener el statu quo fijado. En fin, los
estudios psicológicos nos indican la natural tendencia de mantener aquello
a que adherimos o nos fue impuesto o asignado, probado como eficaz en
determinados lapsos, cuestionados con razón al presente. A nadie le resulta
fácil cambiar su “mochila”, cuando esta le ha dado resultados
individuales satisfactorios, tanto sea en lo material como en su coherencia
ideológica, tomada – o no- de otros. Mayoritariamente los hombres nos
adaptamos a las reglas de juego en las cuales nos desarrollamos, hasta tanto su
cuestionamiento torna insostenible a las mismas. Obviamente este “cambio”
es un proceso temporal que conlleva periodos extensos, que en nuestra era serán
cada vez menos, dado el vertiginoso fluir de la información. Quienes cumplen el
rol de cuestionadores, válidos, actúan como los viejos exploradores del
siglo 19, pero en vez recorrer el espacio, transcurren en el tiempo, con la
misma sed de indagación. Es decir hacen prospección, poseen y analizan la
información circulante que genera pautas de conductas estándares en determinada
coyuntura, rastrean otra información no disponible en general, que objeta a la
vigente y actúa como disparador de la investigación, pero de mayor grado de
veracidad que la utilizada e infieren consecuentemente otras conclusiones que
empiezan a circular. El grado de validez de las mismas determinará si se
impondrá o no. Un proceso cíclico, sinuoso, muchas veces cruento
al luchar contra los intereses dominantes, que hace a la
historia humana y el germen de su evolución. Obviamente ésta no es simple y
lineal, sino con avances y retrocesos que muchas veces generan dudas de los coetáneos
a tales tortuosos procesos, dado que tal coexistencia impide tomar distancia y
tener una perspectiva adecuada.
Retomando el plano económico, el
reconocimiento de la existencia de sujetos interactuantes poco racionales, en
los que prevalecen sus estados emocionales, conforman el mercado. Ergo, nos indica lo incongruente
que implica dejar en manos de aquel las definiciones que afectan al conjunto.
El mercado se rige por el aquí y ahora, no puede responder por el
mediano y largo plazo, vinculado a la racionalidad. Es decir competencia de
aquellos que deben velar por el bien común: los dirigentes políticos.
Estos y los economistas dejan mucho que desear, Dios nos guarde.
Cualquier teoría para ser válida, siguiendo el método hipotético deductivo,
consiste en generar una hipótesis, que ulteriormente sea comprobada
fehacientemente como compatible a la misma, en las múltiples circunstancias que
se da tal hipótesis. Las fallas de tales inferencias nos indican lo endeble de
tal teoría, que requiere una revisión o ser desechada. Convengamos que esto es
relativamente “fácil” en las ciencias exactas y naturales, no así en las
ciencias sociales, cuyas limitaciones en su capacidad de experimentación nos
deparan grandes sorpresas y su invalidación puede llevar siglos...
En
definitiva, demasiadas grietas en una ciencia que ha sustentado al
capitalismo, a expensas del sufrimiento de los habitantes del planeta Tierra,
ya sea en lo monetario o en su calidad de vida. Muy poco es lo que se ha hecho
para mejorarla cuando es posible, proveyendo salud y educación para revertir
tal situación, como expusimos en el punto 1.1 ●, según datos del libro de Bernardo Kliskberg.
Es más, el mayor aporte sería invertir en investigaciones multidisciplinarias
en materia económica que impliquen una visión global, incluyendo las
limitaciones en el conocimiento científico en los estados emocionales y los
niveles de inteligencia de los humanos, en definitiva consumidor y componente
esencial del mercado. Sin excluir el resguardo del hábitat frente al desarrollo
económico. Los avances científicos en todas las ciencias permitiría llevarlo a
cabo con altas probabilidades de hallar respuestas positivas para el planeta,
solo falta la decisión política de los grandes del grupo de los 8 ( G 8).
Lamentablemente, de solo pensar en el nivel de la mayoría de los líderes de
tal grupo, deberemos esperar...
3. LA
SOLIDARIDAD: Un negocio de excelencia
Aludo
a “negocio” pues creo que a los hombres no se les puede exigir aquello que no les resulte “conveniente” para sus intereses personales,
presentes y futuros. De “excelencia”, pues es de mayor trascendencia en
las sociedades. Ya aludimos que es el equivalente conceptual del fraterno
galo, dada su más secular definición semántica y alejada de la conflictiva
familiar que denota “hermanos”. Principio que no ha logrado ser internalizado
como los ya referidos de igualdad y libertad por múltiples
razones. En primer término en cuanto el nivel de maduración social de la
especie nos remitía a una conducta individual, sostenida en actitudes egoístas.
Es decir, en sus limitaciones madurativas que nos impiden ver a los otros como
pares/iguales, miembros de una comunidad hacia la cual transitamos como
humanos. A tan gravitante causa, sumémosle otras poderosas razones,
emergentes de igual inmadurez social, de orden ideológico, asociando la solidaridad
con la izquierda, el gremialismo o la pobreza. Transformándose así en enemiga
“natural” de los acérrimos liberales que vislumbran a la misma como el opuesto
a sus postulaciones individualistas, fundadas en el aserto de A. Smith
que la suma de los intereses particulares conforman el bienestar general.
Principio – también compatible con la maduración social de su época,
siglos 18/19- que es solo una hipótesis temeraria sin confirmar, tanto por
la ciencia económica como las del hombre, estas más afines para evaluar tal
aseveración. Pensemos que sería de una de las afirmaciones preferidos del
acervo liberal: “se es pobre porque se quiere”. Un anacronismo
conceptual que en el transcurso de este siglo se irá disipando hasta su
extinción (del concepto y sus “portadores”...).
Una liberal nativa que por su extenso trajinar en los medios masivos,
perteneciente al grupo FOM (figuración o muerte) hacia a tal
aserto referencias oportunas. En una de sus tantas presentaciones televisivas
comenzó a relatar con efusividad las virtudes de su padre, el cual era su
orgullo. Sorprendentemente aquel era portero de un edificio que con su loable
sacrificio y visión había sostenido la carrera universitaria de su hija, dado
los limitados ingresos del salario de su actividad. O un Edipo no muy
bien resuelto y/o no tenía claro los fundamentos de sus ideas liberales
que no podían explicar el ensalce paterno con su “pobreza” (digamos ambos). ¡Bah! el único
que la tenía clara era el padre. Un proceso bastante común en estos liberales,
algunos con un nivel intelectual elevado y cultos, es sostener con
racionalizaciones – mecanismo por
definición inconciente- los argumentos de su doctrina, agravándose el
grado distorsivo de tal mecanismo, cuando defienden intereses económicos que
afectan su bolsillo (frecuente). Personajes dogmáticos, inmaduros,
propios de su época, individualistas por egoísmo, no por convicciones; algunas
de estas racionalmente fundadas otras insostenibles, con lo cual no puede
sustentarse una teoría científica seria como hemos expuesto en el punto 2.2 al
fallar sus premisas. Como dicen agudos perceptores de conductas: cocinados a
fuego rápido, maduros por fuera, crudos por dentro...
Tomemos otro ejemplo emblemático: el darwinismo social.
Estudios recientes de una experta en la teoría de Darwin, Helena Cronin,
57, filosofa, cientista social y codirectora del Centro de Filosofía de
Ciencias Sociales y Naturales de la London School of Economics, sostenía
que el científico inglés para nada se refería a la lucha entre especies para
lograr la supervivencia del más apto, sino todo lo contrario. Aludía a la
cooperación entre las especies resaltando lo siguiente: "Si miran
atentamente la naturaleza, encontrarán que no todo es brutal y salvaje.
Los animales no son egoístas; avisan cuando hay un predador, comparten su
comida, adoptan a los huérfanos. Se comportan mucho más según las reglas
morales de Esopo que según las normas individualistas que la selección
natural parecería favorecer". Cronin aseguró a su auditorio,
nada menos que en la conferencia anual de los popes del mundo
económico-financiero y político de DAVOS 1999, que es más fácil
prosperar si se establecen relaciones recíprocas de colaboración. Esta
perspectiva supone una reflexión más aguda acerca de cómo funciona el mundo que
la que popularizó Andy Grove, de la firma Intel, según la cual
"sólo los paranoicos sobreviven". El tipo de darwinismo de Cronin
revela que el altruismo y la generosidad producen más réditos que sus
contrarios. Ante los CEOS presentes en el Foro, Cronin destacó el
otro lado de la paranoia, la "pronoia" es la idea de que los demás
no están para molestarnos sino para amarnos si nos mostramos nosotros también
dispuestos a hacerlo. Según este nuevo darwinismo, sólo los pronoicos sobreviven
y prosperan. A medida que ingresamos en un nuevo milenio, una nueva generación
de darwinistas, con Cronin a la cabeza, está poniendo de cabeza todas
las creencias de la década de los 80, al sostener que la mejor adaptación al
medio, está mejor representada por la generosidad de espíritu que por el
individualismo a ultranza. Cronin pasó los últimos veinte años
releyendo a Charles Darwin para demostrar que la interpretación usual
que hemos hecho de sus teorías está errada. "Darwin afirmó que
la guerra de la naturaleza no es incesante y que quienes son felices
sobrevivirán y se multiplicarán", dice Cronin. Por eso propone
deshacerse de las creencias equivocadas sobre los principios de Darwin,
según las cuales, por ejemplo, para sobrevivir debíamos convertirnos en una
especie de "asesinos naturales". La revisión radical del
darwinismo que hace Cronin va contra la corriente y se revela como un
pensamiento esencial y de gran actualidad. El verdadero Darwin enseña
que tal vez los paranoicos sobrevivan, pero fundamentalmente, que sólo los pronoicos
tendrán éxito. Afirma Cronin: "Durante largo tiempo se entendió
que el darwinismo prescribía hacer aquello que nos beneficia directamente. Pero
sólo recientemente se comprendió que se puede hacer lo que es bueno para sí
mismo mediante el altruismo y la cooperación, en lugar del egoísmo y el individualismo".
Sin ser un
experto en los postulados darwinianos, no podía comprender como un hombre de su
nivel intelectual podía sostener semejante desatino en cuanto a la
supervivencia del más apto, que traspolado al mercado equivale a una
autorización a actuar como "asesinos naturales". Pero
fundamentalmente a intervenir como tales coyunturalmente, cuando tal proceso es
a través del tiempo. Es decir, traspolar algo diacrónico en sincrónico,
desnaturalizándolo. Siempre sospeché que la misma había
sido ajustada a los parámetros del liberalismo para cerrar coherentemente sus
postulaciones teóricas. Mi desconfianza surgía que los estudios de Darwin
eran precedentes al siglo que culminó, en que numerosos ejemplos suscitados en
el mismo contradecían tal postulación, además de los avances científicos en la
conducta del hombre. En cuanto a regirnos por el precepto cristiano de ”Amaos
los unos a los otros”, como alude Cronin,
creo que deberíamos adaptarnos al efectivo “No hagas a otro, aquello que no te
agrada que te hagan a ti”, más afín a la transición humana que hemos aludido,
sin transformarse en una expresión de deseos.
En la
conferencia de DAVOS, Cronin ilustró el poder del altruismo
tomando un ejemplo concreto: "En Gran Bretaña, la sangre se dona. Los
donantes se sienten orgullosos de ser personas buenas y altruistas. Nunca hay
escasez y la calidad de la sangre es muy alta porque la donan las personas más
sanas. En los EE.UU. ocurre lo contrario. Se le paga a la gente para que
done sangre y de allí derivan dos grandes problemas: la calidad de la sangre es
mala, porque quienes tienden a donarla a cambio de dinero son adictos a las drogas
y pobres (que pueden tener
problemas derivados de una alimentación deficiente) y en segundo lugar,
nunca hay suficiente sangre". "Hace dos años, cuando se discutió en Gran Bretaña la posibilidad de que
se pagara por la sangre, se desató un escándalo. La gente no quiso donar más,
ya que sentía que se perdía la lógica del don. “Cuando alguien nos da plata, no sentimos las mismas emociones que
cuando nos demuestran afecto", sostiene Cronin. Lo
importante es que la historia del banco de sangre británico y los factores
esenciales del altruismo están empezando a aparecer en todos lados en la nueva
economía. Los paranoicos no la están pasando bien con esta nueva regla
que dice: cuanto más se da, más se obtiene. ¿Ejemplos?, América
Online está a punto de regalar computadoras. El sistema operativo Linux
se encuentra fácilmente disponible y es gratuito. eFax.com ofrece
servicios gratuitos de fax. El bien estratégico es la generosidad, no la
avaricia. Don Norman, autor de The Design of Everyday Things ("El diseño de las cosas cotidianas")
abandonó Hewlett-Packard en 1998 para trabajar solo. Asegura que su
activo más significativo es la lista de 10.000 nombres en su PalmPilot. Del mismo modo que los británicos donan sangre, Norman
se ocupa de poner en contacto a la gente para beneficio mutuo.” En nuestro país existe el Paraguas Club, que pretende
unir en emprendimientos a quienes tienen algo que aportar (maquinarias, experiencia,
idoneidad, etc.) nos
remite al espíritu solidario trasfronteras. “Cuanto más ofrece su tiempo y sus contactos, más florece el negocio de
Norman. La nueva regla no tiene que ver con la disminución o el aumento
de los retornos sino con su exponencialidad. Esto es la economía del don,
en la que el dinero carece de significado y el don es la nueva moneda.
Cuando más dan un negocio o un trabajador individual, más reciben. ¿Qué es
la economía del don? Está basada en nociones tribales en las que el don
es igual a una divisa, no a una propiedad. Un don debe ponerse en
circulación. El altruismo cambia fundamentalmente las ecuaciones
económicas y competitivas. Según los observadores, la mayor amenaza para Microsoft
no es el Departamento de Justicia de los EE.UU., sino el crecimiento de los
movimientos que reclaman libre acceso al software. Bajo esas nuevas leyes, Linux
recompensa a su grupo de programadores de elite, no con plata sino con
prestigio. En 1976, Bill Gates acusó de chapuceros a quienes pedían el
libre acceso, afirmando que nadie podía obtener trabajo profesional a cambio de
nada. Pero hoy, aunque su porción total de mercado es pequeña, Linux
presenta un interesante escenario competitivo: si por ejemplo, China adoptara
Linux como sistema operativo para el país, quien posea China
poseerá el negocio del software. Incluso los piratas de software prefieren
tener las cosas gratis antes que robarlas. Estos cambios recién están tomando
forma y desafían el deseo convencional por competir. También ponen muy incómodos
a la mayoría de los hombres de negocios con altos niveles de testosterona. El
gurú del management Peter Drucker sostiene que el propósito definitivo
de una compañía en la vieja economía es obtener ganancias. Pero actualmente,
tener un argumento convincente puede ser tan importante como tener un producto
convincente. Lo principal no es un mero número, sino una emoción, un estado
mental, una promesa creíble. La economía de la transacción está cambiando en
dirección a una economía del don. Y en el proceso, aprendemos a
reinterpretar algunas lecciones fundamentales de Darwin. En los últimos
días del siglo 20 y en los comienzos de la economía digital, el mundo se
parece a las Islas Galápagos que encantaron a Darwin. Internet
es el nuevo espacio de la creación: vida en estado embrionario, evolución
girando en espirales, especies exóticas, islas encantadas.” Agregaríamos
que fundamentalmente está en manos sociales, inaudito en pleno auge
capitalista (¿ o no tan insólito por el ocaso de tal auge?). “Es el sitio ideal para que el gen del altruismo
de un paso decisivo hacia la evolución y el cambio de las conductas. Antes de
la Revolución Industrial, las polillas eran de color claro. A medida que
las fábricas y las poblaciones crecieron, estos insectos se volvieron más
oscuros y hacia 1950, el 90% de la población de polillas había ennegrecido.
He aquí el agente darwiniano del cambio: los pájaros cazaban las
polillas según sus posibilidades de visión. Las polillas más oscuras, mejor
camufladas en los escenarios fabriles, no eran presas tan fáciles. Para Cronin
y sus colegas, un cambio similar en la evolución está ocurriendo con el gen del
altruismo, que literalmente significa preocupación por el otro. Si bien
ha sido recesivo en la mayor parte de la historia, en la nueva economía
se vuelve dominante. Una economía más grande, más rica y más
interdependiente, implica condiciones para favorecer el desarrollo del gen del altruismo,
del mismo modo que la Inglaterra llena de hollín, favoreció el
ennegrecimiento de las polillas”. Estos encomillados de Cronin
fueron tomados del artículo
publicado en el suplemento económico del diario argentino Clarín, el 7 de
noviembre de 1999, reproducido a su vez de la revista americana Fast Company.
En términos de John Stuart Mill, (Inglés 1806-1873) estas
“temerarias” afirmaciones de Cronin, estarían en la fase del ridículo, que él estima como inicial cuando el
tema es controvertido socialmente. Aunque creo que con el nivel alcanzado de
instrucción ciudadana al presente, esta etapa del ridículo quedaría en ella si
así lo fuere, no pasando a la de discusión y ulterior de aceptación o no que
postula el inglés. Los de éste, siglo 19, eran tiempos más rígidos, que ante
cualquier postulación que cuestionará el basamento del saber coyuntural era
tomada – incluido el mensajero- como ridículo. Hoy si una temática es
controversial y viable como la de Cronin, ingresaría a una primera etapa que denominaríamos de escepticismo y
luego a la segunda fase (la discusión). Los asertos de
esta estudiosa son trascendentes para la evolución humana, debiéndoseles
discutir indubitablemente. No es cuestión de ser optimistas sino de verificar
científicamente los mismos, como ya hemos expuesto en las serias limitaciones
del conocimiento humano, que deben incluirlo como prioritario. Los CEOS
reunidos en Davos habrán pasado una noche intranquila, reflexionado si era
factible la era del DON, nada más opuesto a su formación liberal. Algunos,
luego de Davos, habrán recurrido a Norman para interiorizarse de sus
actividades, por las dudas.
Retomando, la solidaridad
también se la ha asociado – por aquellos que la consideran positiva- como
un gesto generoso vinculado a la bondad, afirmación parcial interesada,
portando una lógica perversa: si ser solidario es bueno y en este mundo serlo
es pecar de ingenuo y no muy beneficioso para subsistir, no es
favorable, construcción coherente con una visión egocéntrica. Es
totalmente inverso: mayoritariamente florecerá pues es conveniente para
los intereses personales de los miembros de una sociedad. Un ejemplo básico de
actuar solidariamente: ceder el asiento a una mujer embarazada no
es un acto de cortesía o bondad simplemente. Quien lo hace debe entender que su
uso protege a esa mujer de un movimiento brusco que pueda hacer peligrar su
gestación y está generalizando una conducta que garantizará que cuando lo
involucre, ya sea su pareja, madre o hermana, o cualesquiera, será una conducta
de protección a la especie misma. En fin, un acto inteligente, que
implica educación, para percibir los alcances de la conducta humana en
el aquí y ahora, sus antecedentes como en el mediano y largo plazo. Entender,
captar, el mecanismo que implica la solidaridad y le será productivo
no solo a él sino a los suyos. Criados en el individualismo expresamos
muchas veces que hay que ser solidarios, sin fundarlo adecuadamente,
como un mandato propio del autoritarismo que queremos combatir. Así se
le da de comer a los que reniegan de tales aseveraciones, cuando desde
cualquier óptica, incluyendo la científica, la solidaridad es mucho más negocio
que el lamentable individualismo fomentado.
El autoritarismo está
inserto en nuestra cotidianidad, coherentemente con nuestra evolución social:
tomemos como ejemplo al médico que prescribe un remedio indicando que con estos
antibióticos recetados no puede tomarse alcohol, sin ningún tipo de
aclaración. En otras palabras yo lo digo, cuando costaría muy poco
expresar la causa (que no tienen el efecto deseado, los inhibe o potencia,
etc. ). Darle sentido a la indicación y brindar información, que parecería
secreta (¿será por esto?, sí es así léase egoísmo). Esto es demasiado
frecuente, observable en la educación primaria y secundaria, con la terciaria
no tendría que suceder ni tolerarlo los alumnos... Debemos reflexionar sobre
ello, pues la solidaridad, siendo un valor beneficioso para los hombres,
debe ser incorporado a nuestros infantes desde sus primeros pasos. Pero no
declamado, sino practicándolo. Sería sumamente útil reinstaurar (adecuándolo)
el Sistema Lancaster, por el cual los alumnos que aprenden
con mayor facilidad ayudan a transmitir a los que captan más lentamente. Esto
genera una conducta productiva de colaboración entre los educandos y les
inculca desde niños que el DON que recibieron los lancasterianos, o los
que se desarrollaran gracias a tal sistema, debe estar al servicio de la
comunidad respectiva. Luego de leer el artículo de CRONIN no temí en
afirmar que el mayor grado de inteligencia es aquel que pone sus
conocimientos al servicio de la sociedad, quien no lo haga pondría
en duda ser poseedor de la misma...
El desprecio que tienen
los liberales les impide ver que este principio es equivalente en el ámbito
económico-financiero al del Seguro: operativamente no está excluida del
marco regulatorio capitalista: poner una parte, cuyo total reaseguraría - del
siniestro posible- a cada uno de los coparticipantes. Evidentemente un
negocio que involucra lo particular y general brillantemente, sin
exclusiones. Pero la Solidaridad no es solo un negocio, es un
sentimiento mensurable al presente, gracias a paneos computarizados que los
registran. Prácticas científicas han demostrado que experimentarlo produce
reacciones físicas y emocionales positivas que aquellos que no lo suscitan.
Quien no haya apreciado la sensación del deber cumplido hacia los otros,
ratificado por la manifestación de éstos, francamente, no ha vivido
nada. La solidaridad puede ser vivenciada desde la mezquindad (esperando
ser beneficiado en el futuro por su aporte presente) hasta la de “dar” a
otro sin especulación alguna. Diría que hay tres tipos de orgasmos, la
máxima sensación de placer humano: el más “fácil” de conseguir
periódicamente, el solidario no especulativo y el intelectual,
mucho menos frecuente que los otros.
Sin
hesitar podemos asegurar que la solidaridad es un principio conveniente
para los humanos que garantiza la seguridad de la especie. El accionar
mutuo entre los hombres aportando al conjunto es extremadamente superior al
individual, atento a que el factor de transmisión de la información resultará
exponencial, considerando los recursos presentes y futuros de comunicación.
Asimismo potenciará la interacción interdisciplinaria, fomentando la contigüidad.
Esta es sumamente importante dado que nos permite informarnos sobre
soluciones aplicadas en otros campos del saber, en virtud de problemas que se
le presentaron y requerían una solución, factibles de ser traspolados a nuestro
metier. En fin, una cosmovisión diferente, enriquecedora, que los parcializados
del presente. Estos generadores de visiones cerradas tan comunes y restrictivas
de un conocimiento más abarcador y beneficioso para la especie.
Psicológicamente
hablando, desde la misma fecundación dependemos del otro; la simbiosis materna
hasta la irrupción del padre - o sustituto- como portador del mensaje social
que nos inserta para bien o mal en el mundo que nos toca vivir, en constante
interacción con otros seres. Nuestra individualidad podríamos remitirla a
nuestra herencia genética, el espacio-tiempo y nuestro peculiar vínculo
afectivo inicial en el cual nos desarrollaremos condicionando nuestra
personalidad, pero jamás excluyendo a los otros. Hace unos siglos un rey
realizó un experimento con un grupo de infantes antes que los mismos comenzarán
a expresarse oralmente (que solo podría hacerlo un ser que se creía
omnipotente): los aisló de todo contacto humano, para verificar que idioma
hablarían por sí solos sin el contacto con sus padres. Los niños, aun bien
alimentados, fallecieron. Como he aludido el poder – en este caso también
supuestamente divino- no puede comprar para si
sabiduría, o prudencia, ni tampoco se venden (gracias a DIOS). La
conformación yoica en nuestros albores es similar a la disposición de
una cebolla, constituyéndose en capas sucesivas producto de nuestra interacción
con otros seres. Somos dependientes de tales acontecimientos, estructurando nuestra
forma de vinculación ulterior con el mundo, exitosa o no. En fin, nuestra
personalidad es singular, producto de los otros y las circunstancias
conexas, no individual. Ésta es una calificación didáctica cuando
aludimos a al ser indivisible de una especie. Ello no nos remite a
aislarlo de su contexto, que es estar con los otros. Estructurarnos así
sería equivalente a actuar como el rey aludido y sus procederes...
Creo que lo
expuesto sobre la solidaridad amerita ser discutido como propone MILL,
sin “discusiones” trascendiendo el escepticismo.
Definir la idoneidad implica interrelacionar nuestras cualidades intelectivas
y emocionales, como su ejercitación en una actividad específica. De tal
conjugación emergerá el grado que habremos alcanzado en nuestro metier. Tal
nivel dependerá no solo de los
factores que hemos aludido, sino de la consideración de los otros en
avalar tal nivel. En otras palabras, constituir un ajuste a nuestra realidad
que nos circunda y condiciona. Del conjunto interrelacionado de tales factores
surgirá un balance que califica nuestro desempeño en la actividad en la cual
hemos incursionado. De tales precisiones podríamos inferir que es una
construcción de mayor complejidad, que evidentemente supera el nivel de
conocimiento científico alcanzado al presente en las ciencias que tienen como
objeto el estudio del hombre. Más aún que los factores intervinientes sé
interrelacionan, obstaculizando aún más la dificultad en su comprensión. Diría
que es el proceso de mayor trascendencia como humanos, tanto en lo personal
como en el ámbito social, por ende su nivel de complejidad. Ampliemos tales
consideraciones:
Tomando los parámetros expuestos, el nivel
de idoneidad que alcancemos cualesquiera fuere o fueren nuestras actividades,
estará signado por nuestro desarrollo emocional y el uso que hagamos de
nuestros recursos intelectuales (CI). Sobre éstos no está
aún definido con certeza si son heredados y/o adquiridos. Mi experiencia me inclina
a pensar que pueden considerarse genéticamente dados y desarrollados en nuestro
devenir. Es decir sin su ejercitación resultarían escasamente productivos para
el sujeto, pero prevalece el don heredado. Inversamente estimo su inteligencia
emocional (IE). La misma está condicionada fundamentalmente por
nuestro desarrollo emocional infanto-adolescente, con algunos factores
posiblemente heredados, de relativa incidencia, como ser el temperamento, etc.,
que determinaran nuestra peculiar forma de vincularnos con el mundo. Uno de los
pocos autores que han incursionado en el tema, Daniel Goleman, afirma
que la inteligencia emocional (IE) tiene una mayor gravitación en
nuestro desempeño que nuestro nivel intelectual (CI). Éste está
condicionado al uso que le demos y eso lo rige el campo emocional:
perseverancia, capacidad de postergación, dedicación, timing son factores que
determinaran satisfactoriamente, o no, nuestra perfomance. Tales
factores madurativos permitirán un despliegue oportuno de nuestros recursos
intelectuales. La experiencia humana nos indica que cuanto mayor dominio de
nuestras emociones en el momento de operar, mejor será el resultado obtenido en
la acción en la cual estamos involucrados. Asimismo tenemos que considerar que
nuestro bagaje general se conformará con la calidad de las experiencias
suscitadas en nuestra vida. Cuanto más apropiadas sean las mismas a nuestro
metier, implicará un mayor enriquecimiento de nuestras habilidades intelectivas
y emocionales. Estas habilidades en el transcurso de su desarrollo exigen una
evaluación de los otros que confirman o no que nuestro accionar es productivo.
Obviamente tenemos una autopercepción personal que exige ser constatada con la
opinión de los otros. La concordancia de nuestra percepción interna con la
externa, cerraría coherentemente nuestro nivel de idoneidad. En decir lograr el
SER IDÓNEO en nuestro metier, “no hacer de...”. Consustanciarse
con su actividad. SER no parecer, hace la
diferencia.
Los humanos
usamos como instrumento preferencial de medición de la idoneidad a los logros
producidos. Convengamos que no hay otro recurso por el momento y bastante
controversial por la subjetividad implícita, exigiendo por lo tanto cierto
grado de consenso. Construcción temporal ésta que exige una calificación no
solo cualitativa, sobre los productos generados, sino cuantitativa por
distintos evaluadores en determinado lapso. Así determinamos quien consigue ser
considerado idóneo, quien aún no y el estado de dominio sobre su actividad
específica parcialmente evaluada, base para ingresar a un nivel superior. Así
en nuestros comienzos pasamos de aprendiz, a oficial júnior, senior, etc. En fin Ser idóneo, fuere cual fuere el
nivel alcanzado, es un logro trascendente para los humanos dado que
compatibiliza adecuadamente nuestras habilidades emocionales e intelectuales,
acorde a sus potencialidades. Extendámonos en este aspecto, vinculado a la
afirmación precedente de la trascendental importancia de la idoneidad en
las personas:
4.2 Ser idóneo:
trabajo y vida afectiva
Freud - en
un reportaje- puntualizó al trabajo
como lo más parecido a la felicidad. Debemos redefinir el concepto de trabajo,
acorde al desarrollo alcanzado al presente. Previamente, trabajar fue siempre
vinculado al sustento diario, como un medio para llegar a este fin. Asociado a
los pobres, que sin él no podrían autoabastecerse como quienes estén bajo su
tutela. Los ricos no trabajaban, administraban sus bienes. Los cambios
producidos por el avance científico-tecnológico, transformaron al mismo. Sé
priorizó el esfuerzo intelectual sobre el físico, asociándolo indefectiblemente
a la educación recibida. Tal proceso generó un placer en el desarrollo del
mismo, independientemente del ingreso. Asimismo, podríamos ampliarlo a
actividades no remunerativas de trascendencia social (p.e. una ONG).
Otros utilizan el mismo como medio para poder desarrollar actividades humanas
más satisfactorias para su personalidad (arte, deportes, etc.). Es decir el
concepto de labor ha variado positivamente en cuanto a su calidad, transformándose el trabajo en sí - directa o indirectamente, remunerado o no
- en uno de los pilares de la
existencia humana. Asimismo y en mayor relevancia, un desarrollo positivo de
nuestra vida afectiva.
Trabajo y amor son factores trascendentes
y complementarios. Si asociamos amor con dar, esta capacidad está estrictamente
vinculada a la cimentación de nuestra autoestima. Ésta se sustenta en la
calidad de nuestros logros. Cuanta mayor satisfacción alcancemos en nuestra
labor cotidiana, generará un concomitante incremento de nuestra capacidad de
dar-amar producto de tal satisfacción. Ergo, la saludable devolución
consecuente y el establecimiento de un ciclo virtuoso de dar y recibir, sin
excluir al sexo dado que potencia nuestro respectivo género. En
realidad, estoy transfiriendo mi experiencia como hombre, no puedo afirmarlo con las mujeres...
Reitero, la autoestima
es una construcción temporal que emerge de la convergencia de nuestras propias percepciones
sobre la labor que desarrollamos y las opiniones de los otros que ratifican, o
no, a las mismas. En fin, proceder apropiadamente en nuestro ámbito de acción -
en la medida de nuestras posibilidades- es consolidar nuestra autoestima
y capacidad de amar concomitante. Convengamos que este proceso de construcción
de la autoestima sería el esperado en la conducta humana saludable.
Obviamente, sub o sobrestimado permanentemente resulta una carga para el
sujeto, necesaria de ajuste (léase terapia) y que repercutirá
negativamente en la calidad de su vida afectiva.
Consecuentemente,
resulta trascendente para los humanos que pueda desenvolverse apropiadamente en
sus actividades y sea reconocido por los otros, acorde a sus potencialidades.
Con ello aludo a que todos tenemos un techo para el desarrollo de las mismas.
Para algunos más altos, para otros más bajos. Su altura estará vinculada tanto
a nuestro nivel emocional - perseverancia,
voluntad, dedicación, interés, etc.- como a las capacidades intelectuales
que hemos adquirido y/o nos fue dada genéticamente, como los estudios
conseguidos. En el transcurso de nuestra vida iremos perforando techos- topes
para otros, menos dotados- hasta alcanzar el propio. En otras palabras,
examinar nuestras virtudes de superación como nuestras limitaciones. Cuando una
persona no logra reconocer en el tiempo tales parámetros se produce un desacople
negativo de su personalidad. Esto producto de no ajustar su
propia visión a la que tienen los otros de él, deteriorando su calidad de vida.
Resulta obvio que llegar a nuestro techo no implica que dejemos de
tratar de superarnos, dado que esta época nos exige constantemente la
incorporación de nuevos conocimientos, que sustituyen y/o se integran a los
previamente adquiridos. Sin tal proceso perderíamos nuestras cualidades de ser
considerados idóneos. No es fácil para ninguno reconocer su tope, a veces puede
ser doloroso dado que uno ambiciona razonablemente más para sí mismo.
Lamentablemente, la realidad nos impone nuestras limitaciones. Adecuarnos a
ella hace a una mejor calidad de vida. No así inversamente, repercutiendo negativamente
como ya dijimos en nuestra personalidad. Consecuentemente ser idóneo implica
ajustarse a la realidad.
Como vemos,
desenvolvernos apropiadamente es un delicado equilibrio de la estructuración
humana. Ser idóneo nos exige adecuarnos a nuestra realidad, reconociendo
nuestras capacidades y restricciones. Cualquier desajuste nos remite a
empobrecer nuestra cotidianidad y las de nuestro núcleo familiar, sea cual
fuere, limitando nuestra vida afectiva. Ergo nuestra calidad de vida. En
cualquier ámbito o nivel quien deba desempeñar una función para la cual no se
halla capacitado, deberá hacer de..., no podrá ser el... SER exige
idoneidad, consustanciación entre lo que se hace y es. Mimetización
entre el rol y la persona que lo ejecuta. Cualquier actor top, en cuanto a su
capacidad de interpretación, ambiciona obsesivamente lograr ponerse en la piel
del personaje de ficción que le toca interpretar. Simplemente, SER es
mejor que “hacer de...”. Aquellos que algo saben de cumplir roles
lo certifican... En un artículo periodístico el autor aludía a un intelectual
americano que tenía una hipótesis sobre el origen de los males sociales:
persistencia del chambonaje
en todo nivel de la estructuración social. Precisamente, de quienes deben
cumplir roles para los cuales no
están capacitados (demasiado frecuente). Lamentablemente,
cuando es tan habitual pasa inadvertido, pero no así su negativa trascendencia
social.
Borges aludía que creía en la veracidad del Corán y la Biblia,
dado que en ambos no se nombraba respectivamente a los camellos y
esclavos...
¿Cómo
resuelven estos hombres - los chambones- cotidianamente sus
dificultades? : torpemente, generando conductas sociales consecuentes
( delegación inapropiada, obsecuencia, favoritismo, frustración,... siga
Ud.), que no hacen precisamente a la calidad de vida humana aspirada.
Estimo que
con las apreciaciones expuestas, cubro la alusión de la principal trascendencia
de la idoneidad en cada uno de nosotros. Cuando nos referimos a su incidencia
en el ámbito social, nos debemos remitir a los niveles de idoneidad.
Antes de ello debemos referenciar la incidencia del factor emocional en
la conducta humana, como a una hipótesis tentativa de la clasificación de la
inteligencia.
Nuestra
afectividad actúa como disparador hacia objetivos que nos movilizan. Los
niveles de operación se desarrollarán de acuerdo a nuestras capacidades
lógicas. Toda actividad humana que implique racionalidad, requiere de estos
factores interdependientes: afecto-operación. La observación
cotidiana nos indica que cuanto menos nos involucremos con nuestro objetivo,
mayor el nivel de perfomance. Así hemos aprendido la
importancia de la disociación
emocional en nuestra labor, obteniendo mayores niveles de
productividad en la misma. H.
Wallon, psicólogo francés, aludía a esto de la siguiente manera: el
desarrollo humano se construye por estadios. El primero corresponde a emociones
básicas (dolor, frío, calor, saciedad, insatisfacción, placer, etc.),
que se modelarán según nuestras experiencias personales. Nuestro desarrollo
ulterior adulto, dará cuenta de esa estructuración sensitiva.
Pensemos que ante cualquier situación que debemos afrontar y de carácter
conflictivo, emerge a nivel piel sensaciones incontrolables, que denotan
nuestra peculiar sensibilidad. Las
sucesivas reiteraciones de un mismo proceso irán condensando/controlando, o
no, las emociones concomitantes al mismo. El grado de interferencia afectiva estará
condicionado tanto por nuestro tipo de actividad como nuestra personal
organización del estadio emocional. Quien pueda lograr
en su praxis respectiva, transformar a tales emociones en un disparador de
conductas logrará el mayor grado de disposición de sus capacidades operativas.
Tales capacidades dependerán del desarrollo individual del estadio lógico, del
final del proceso evolutivo previo a la joven adultez. Contrariamente, quien no
pueda llegar a controlar tal interferencia, operará deficientemente en su labor
según el grado de control respectivo, hasta poder llegar a la inoperancia. Un
ejemplo clásico de “superación” de sus emociones es el del estudiante de
medicina, frente a la dura cotidianidad hospitalaria. La práctica irá
paulatinamente controlando su escrupulosidad como angustia, hasta llegar a la
criticada insensibilidad del médico hacia el paciente hospitalario. Como
define Aristóteles, la virtud es el punto medio entre dos
extremos...
El
estadio del desarrollo lógico precitado, será el que materialice nuestras
futuras habilidades cognoscitivas. En él se logrará el nivel de nuestras
capacidades de abstraer, globalizar y sistematizar, que condicionaran nuestra
conceptualización ulterior. Wallon, aludía que la coexistencia
"simultanea" de nuestra estructuración del estadio lógico con
la del emocional, invalidaría la operación en ejecución. Es decir que
son incompatibles. Deben
actuar separados: el emocional como disparador de conductas y
luego, el lógico para operar.
Esta secuencia garantiza el mayor nivel de perfomance del sujeto.
La coexistencia emoción-lógica, que invalida nuestro accionar operativo,
está presente asiduamente. No es privativa de la emergencia, o la
reyerta familiar que la caricaturiza. Influye en todo nivel, inclusive el científico.
Veamos algunos ejemplos de tal interferencia:
Una
cruel experiencia con un animal, nos
demuestra la real incidencia de lo emocional en el accionar operativo.
Un perro famélico, junto a comida apetecible/necesaria para él dada su
privación circunstancial inducida, interponiéndose entre tal alimento y el can
una reja cuadriculada de alambre de 2 x
En
definitiva,
es el dominio emocional el que nos permite que discriminemos nuestros
intereses/deseos, del
objetivo deseado/buscado. Permitiendo así que emerjan nuestras
conductas operativas lógicas que tornan productivos nuestros anhelos personales
o los que representamos.
Diferenciarnos como sujetos del objeto para
lograr una operatoria productiva. Podríamos efectuar una discriminación
didáctica, no sé si científica, entre sensibilidad y emotividad.
A aquella, como la percepción de nuestras sensaciones que actúa como disparador
de nuestras conductas operatorias productivas. A emotividad, como los
sentimientos que involucra al sujeto con el objeto perseguido, generando
conductas deficientes y/o inoperantes, obviamente cuando nos referimos a
procesos racionales. Bienvenida sea la emotividad para otros sucesos no
racionales...
4.4 Una clasificación tentativa de la
inteligencia
Al
presente una de las teorías de la inteligencia que alude a la misma como facultad,
nos permiten calificar a quienes descuellan en su actividad y denotan el uso de
las herramientas de la inteligencia superior: pensamiento abstracto, global y sistémico.
Tal facultad - desarrollada
en su campo- no es garantía de ser transmitida
positivamente en otras de igual o menor complejidad, por ejemplo arreglar una
canilla... La
teoría de la inteligencia como la capacidad humana de adaptación es más
abarcativa. Sus parámetros no solo exigen una habilidad
específica, sino que implica un acople a su hábitat (desde su localidad al
universo); comprender la aplicación de los recursos tecnológicos factibles
/ disponibles; relaciones interpersonales / comunitarias (familia,
comunidad, mundo) y una prospección espacio-temporal de su especie (vislumbrar
nuestra historia, presente y futura). Es decir, establecer una integración
múltiple de los aspectos que nos tocan vivenciar como humanos. Exige las herramientas intelectuales de abstracción, globalización y
sistematización, como un adecuado dominio emocional que creo es el que permite
ese múltiple acceso.
Ambas
definiciones definen los grados de inteligencia como una variable cuantitativa.
Es decir, tenemos poco o mucho de las cualidades que exige el pensamiento.
Mis
experiencias no lo confirman:
4.4.1
Experiencias personales en la calificación de la inteligencia
en
áreas operativas/racionales.
Generalmente,
docentes/académicos insisten en que se debe aprender a pensar.
Quienes llegan al nivel terciario, teóricamente, en menor o mayor grado, habrían accedido a
pensar en niveles de abstracción, globalización y sistematización.
Mi actividad laboral me interrelacionó permanentemente con profesionales,
originados en diversos claustros (abogados, médicos, contadores, ingenieros,
computadores científicos, analistas de sistemas). Asimismo, un elevado
número de estudiantes universitarios/terciarios, de las más variadas
disciplinas. Un
campo propicio para confirmar esa hipótesis. Pero la gran
mayoría de los profesionales o potenciales no lograban globalizar los
procesos en los que estaban inmersos. Cuando se les explicitaba el marco referencial,
era captado en mayor o menor grado. Ulteriormente, reincidían - no con la misma tarea-
sino con otras que involucraban el mismo contexto. Comúnmente denominamos
a esto error conceptual. Asimismo, en diarias experiencias con
empleados de mayor grado de idoneidad, denotaban dificultades en inferir
procesos relativos, fundamentalmente del orden numérico (índices,
coeficientes) que implica la regla de tres simple. Es decir, su capacidad
relativa. Al variar un dato en tal composición numérica tenían
inconvenientes en recomponerla, incluyendo a profesionales afines.
Sorprendido
por tales dificultades, esbocé una respuesta a la misma. Las endilgué a que
comparativamente, tenían un nivel menor de información y/o consustanciación con
los procesos que estábamos automatizando. Tampoco me preocupaba en demasía,
solo me intrigaba. Pero la persistente reiteración en los errores conceptuales
me inclinó a una revisión de tal presunción y a buscar otra que se ajustara a
esa realidad. Bosquejada ésta, intenté corroborar tal hipótesis en el grupo
estable con el cual trabajaba y que me era factible controlar. Ratificada,
generalice su comprobación, logrando igual confirmación. Esta hipótesis consiste
en lo siguiente: clasificar el nivel de inteligencia en dos
grandes grupos, quienes acceden al
nivel de comprensión, que
involucra a la razón-entendimiento y el otro, a quienes
alcanzan el nivel de
intuición-entendimiento, que
no pueden llegar al
nivel de comprensión. Es decir, que
quien alcanza éste nivel incluye el de intuición-entendimiento, no así inversamente.
Tal discriminación es cualitativa. Los comprensores poseen una
habilidad lógica que no solo les permite abstraer los conceptos básicos
tangibles (mesa,
libro, agua, sólido, etc.)
sin los cuales nos resultaría imposible desenvolvernos, como
con los de carácter intangible
(derechos, estructuras,
relaciones, etc.), conceptos
estrictamente vinculados al pensamiento
abstracto/global. Esta
doble capacidad de abstracción es la que le permite acceder a la comprensión de
procesos, lo que equivale a poder razonarlos por sí solos. A no
poseer errores conceptuales, factibles de yerro solo por no contar
con la información adecuada. Pero esta habilidad no se aprende, se
ejercita. Quien
la posee debe desarrollarla intensivamente. Primero, debe
tratar de entender para luego alcanzar ese nivel de comprensión, ese salto
cualitativo que accede al insight.
Pero lo fundamental es que la ejercitación permite la generalización de esas
sucesivas comprensiones súbitas que habitualmente se vinculan a los conceptos
abstractos, como ser sistemas, estructuras, derechos, etc.,
proceso vedado a los entendedores. Estos,
en su mayor nivel, no pueden franquear esa barrera, aun teniendo un alto
training laboral en tareas sistémicas. Lograrlo, implicaría
ser un comprensor. Al buen entendedor, lo identifica las
escasas palabras a las cuales debe recurrirse para explicar lo que se pretende;
generalmente, ellos concluyen complementando aquello que se está aludiendo. No
en vano la reiterada frase: “al buen entendedor pocas palabras”. Tal
captación debe producirse en el plano intuitivo, dado que pueden entender
perfectamente el razonamiento lógico subyacente, pero les está limitado
reproducirlos por sí solos y menos generalizarlo, desembocando en un error demasiado
frecuente: la esquematización. Es decir, traspolar una estructuración
utilizada eficazmente en un contexto a otro aparentemente similar, pero que
posee variables intervinientes distintas que la original, cuya incidencia
invalida su utilización, resultando inadecuada tal generalización. En otras
palabras, el entendedor no puede captar las partes nucleares de una
estructura, que de ser razonadas correctamente facilitaran, o no, su aplicación
en otro producto similar. Es decir, si capta conceptualmente la estructuración
le permitirá verificar si las premisas consecuentes son ajustables al nuevo
proceso, o no, evitando esquematizaciones inadecuadas (demasiado frecuentes), factor
posible de solucionar positivamente en los comprensores.
Aunque mis experiencias estuvieran limitadas a un número reducido de
casos, unos 500 como universo y unos 30 involucrados/testeados directos, en un
lapso de diez años, pude corroborar mis hipótesis cualitativas en un ciento
por ciento. Esto implica una seguridad para formularlas sin temores y
restringida al campo de operaciones racionales (léase organizaciones). Los
grados para estos dos grandes grupos esta
estrictamente vinculados a la dedicación, training y equilibrio emocional,
aunque esta mejor definido en el punto próximo de niveles de idoneidad (4.6). Si no
existiera tal diferenciación cualitativa, deberíamos concluir que toda
persona que se exigiera al máximo logrará alcanzar niveles de excelencia en
cualquier actividad. La realidad nos indica que debería redefinirse
inequívocamente lo expuesto: alcanzar los niveles concomitantes a sus posibilidades
personales. Así lamentablemente no llegaremos a emular a Maradona, Jordan,
Einstein, Freud, etc. por más que ejercitemos las 24 horas del
día. Hoy por hoy - limitado a lo conocido- debemos asumir que las
posibilidades que poseemos cada ser humano estarían recibidas genéticamente y sí
concluir con seguridad, que solo se desarrollarán productivamente en el
ejercicio sistemático de las mismas. Reitero, no basta con el Don, se
requiere una praxis enriquecedora, concordante al mismo.
Aludir
a los grados de inteligencia es un tema altamente conflictivo, dado que afecta
tanto a nuestra autoestima como nuestros intereses. A nadie le gusta
sentirse inferior a otro y menos cuando implica que puedan verse limitadas
nuestras posibilidades materiales, al reconocer tal superioridad. Esto agravado
por lo imprudente que sería tomar un test para definir quién es más inteligente
cuando existen muchos otros factores intervinientes; igualmente comprometido
sería remitirnos a los productos personales para compararnos, cuando no
hay similitud entre los mismos. Resulta sumamente difícil discernir quién puede
ser más capaz que otro, inevitablemente base de interpretaciones subjetivas,
intencionales o no, de mayor propensión en organizaciones perimidas
estratificadas formalmente. Un ejemplo esclarecedor tomado de mi actividad
pública: promocionado a Director de área, ésta se agrupaba en dos grandes departamentos:
uno operativo - del
cual surgí- y otro técnico. Conocedor del nivel intelectual
de ambos sectores, produje cambios para su compensación. Transferí a dos
empleados top del área operativa a la técnica. Existía entre ambos una notoria
diferencia, reconocida por ellos mismos y en general en su área. A tres
meses de su labor en su nuevo destino, su jefe departamental hablaba maravillas
de los mismos. A los seis,
ya lo equiparaba con sus supervisores más antiguos (
Una traducción más apropiada de mis aseveraciones son los
denominados por Robert Reich: Analistas de símbolos (en mi
terminología, arbitraria, comprensores). Es decir, define así a
quienes tienen capacidad de abstracción, globalización y sistematización, lo
cual les permite identificar un problema y su solución consecuente.
Hasta aquí concordamos. Disentimos en cuanto a que se accede a tal
categorización con educación superior aseverando que con tener varias Harvard
lograríamos que todos los que concurrieran a las mismas serían analistas de
símbolos, lo cual no es así
terminantemente: a esa universidad seguramente entran solo lo que tienen nivel
de comprensión o máximo nivel de entendimiento, que para construir un mundo
mejor deberían identificarse los problemas y su solución consecuente. Esto lo
omite, estimo, por sus pares circunstanciales (fue Secretario de Trabajo del gobierno de Clinton). Difiero
asimismo en el número de los mismos, contabilizando aquel un porcentual
aproximado en la población del 20%. Si tomáramos los mayores niveles de
entendimiento y los comprensores podríamos llegar a esa proporción. No así los
analistas de símbolos/comprensores cuyo número no puedo precisar pero es
bastante inferior al mismo. Mucho más aún si tenemos que considerar como juega
el factor emocional (Goleman, la inteligencia emocional, IE)
que aunado al del Cociente intelectual (CI) inherente a los analistas de
símbolos / comprensores, darían el perfil adecuado para los líderes sociales de
envergadura, que obvia y lamentablemente no sucede... Destacase que un CI
superior no implica igual nivel de IE, son independientes y hasta
puede ocurrir una asimetría galopante entre los mismos, en ambas direcciones.
La IE es fundamental, siendo más trascendente que el CI - adhiero
a Goleman que lo afirma- para lograr ser productivo (léase calidad de
vida, no dinero, nada despreciable si viene por añadidura).
4.5 Formulación correcta de proyectos.
En
una visión global social, resulta totalmente coherente la existencia de los
niveles aludidos que resultan complementarios en la formulación de proyectos
cualquiera fuere su naturaleza. Si quienes formulan un proyecto organizacional
no tienen capacidad de comprensión la garantía de éxito es
estrictamente limitada, ampliándose considerablemente tal posibilidad cuando es
realizada por un comprensor (prefiero una conducción en equipo
interdisclipinario, según volumen e importancia, ver punto
6.1, tercer párrafo). Es decir, prodigar esfuerzos no ha sido un
negocio humano desde la historia y así estamos. Aceptar que un título
profesional habilita a formular un proyecto adecuadamente es erróneo.
Como dice un cartel al ingreso de una Universidad top americana: “Aquí se
enseña a pensar, distinto”.
A pensar en el nivel de comprensión, no seguramente. Sí indudablemente
serán los entendedores, cuanto mayor nivel mejor, quienes convaliden
lo correcto de la formulación de un proyecto. Entenderán lo que expone el
generador del mismo, tienen capacidad crítica y buen nivel de información.
Serán el sustento de su correcta implementación y así sucesivamente la
transmisión en los inferiores estratos de realización. No basta con una
adecuada formulación, la cual no garantiza la eficacia del proyecto.
Este medido objetivamente y no hipócritamente como se estila, omitiendo
deliberadamente los errores, o no percibiéndolos, o negándolos. Reitero para
garantizar el éxito de un proyecto, debe formularlo por un comprensor - condición
sine qua non, pero insuficiente por sí misma- complementada
imprescindiblemente con una ejecución apropiada. Además la activa
participación de los niveles de ejecución, impedirá tales hipocresías, al puntualizarse
las objeciones en el momento adecuado, al sentirse el ejecutante coparticipe
del proyecto en cuestión. En fin, tal reflexión nos remite a considerar dos
factores: primero, que el número de comprensores es racional que sea
escaso (la ejecución, generalmente, absorbe muchísimo mayor volumen),
dado que con la supervisión de la ejecución de un proyecto por el comprensor
resultaría suficiente. Su labor - el diseño del proyecto- es previa a la
ejecución, permitiéndole formular varios simultánea y correctamente. En segundo
lugar hace a la calidad de vida humana ocupar a cada uno en sus
posibilidades reales, lo cual es más productivo tanto social como
individualmente. Esto en cuanto a lo lastimoso que resulta ver "hacer
de… "a quien no está capacitado apropiadamente para ello
y el costo emocional involucrado, afectando a su autoestima al no poder
"blanquearse". Hacerlo implicaría asumir sus limitaciones y
muy factiblemente quedar desacreditado/perjudicado en sus intereses. Por ser
demasiado habitual tal suceso lo tomamos como natural, pero esta estrictamente vinculado a las penurias cotidianas de
la especie.
Definir
los niveles de idoneidad implica previamente la aludida clasificación grupal en
entendedores y compresores, según la definición expuesta sobre
inteligencia en los puntos precedentes. Tomemos una gráfica piramidal
referencial, en la cual en su vértice tendríamos a los comprensores, por
ser inferiores en número y a continuación los distintos niveles de entendedores.
Quiero destacar que esta es una calificación de nuestras reales capacidades, no
las que nos asignan otros en nuestra actividad.
Generalmente, y lamentablemente, lo formal en las organizaciones
actuales no corresponde a lo real. Asimismo que en el vértice de tal pirámide
no hay un solo sujeto, aunque obvio hay muchos que creen ser el actual “dios”
terrenal con una alta dosis de emociones en tal concepción que lo invalidan
definitivamente. Lástima que frecuentemente los tenemos que padecer y sufrir las
consecuencias…¡Bah! tal pirámide debería ser trunca. Disculpen la digresión, en
su base se encontraran aquellos entendedores menos privilegiados y los
que recién se inician en cualquier metier. Algunos superaran y otros no, tal
nivel. Los niveles de entendimiento subsiguientes estarán vinculados al mayor
grado de intuición que nos ha sido dado. La conjugación con factores
emocionales como ser dedicación, persistencia, avidez de conocimiento, etc.,
determina que un sujeto con mayor nivel de entendimiento, sea superado por
quien posee mayores cualidades en su inteligencia emocional. Es decir la ecuación
personal resulta trascendente para subir escalones entre los distintos
niveles de entendedores, hasta su respectivo techo. Nos guste o no nadie puede
eludir sus limitaciones, aun el máximo esfuerzo según lo hemos expuesto en los
puntos precedentes. También consideremos que todos debemos, o deberíamos partir
de la base inicial - resultando evidentes las consecuencias para quienes las
omitan- y que accedemos igualmente al conocimiento desde la intuición. Esta
es poseída tanto por cualquiera de los dos grupos, pero la capacidad de
razonamiento lógico-formal solo a los denominados analistas de símbolos
o comprensores, descripto anteriormente. El techo de los entendedores,
los del mayor nivel de entendimiento y un buen dominio emocional, serian el piso
de los comprensores del nivel inferior. Podríamos situarlos en una
organización estándar, como los jefes de departamento o coordinadores de
equipos de trabajo ideales. Asimismo el piso en los cuales se sostienen, real
no figurativo, los niveles de comprensión. Definir cuantos niveles hay entre
los entendedores resultaría controversial, dado que no hay certezas en tal
materia. Pero estimo que los tramos podrán oscilar entre cinco o seis. Igual
para los grados dentro de cada tramo, siendo estos variables según la evolución
personal. Tal mensuración obedece a lo observable en la cotidianidad, aunque
podría ser mayor o menor pero no en un número significativo al
expuesto. Es una calificación cualitativa más que cuantitativa, por lo tanto
difícil de mensurar.
En el nivel de comprensores,
inmediatamente posteriores a los entendedores de primer nivel (vamos de
abajo hacia arriba en tal clasificación), estarían los menos dotados.
Francamente desconozco si se tiene mayor o menor grado de abstracción,
globalización o sistematización, o tal progresión está referida a la
conflictiva personal, es decir emocional. Esto se vislumbra en los casos
fronterizos. Es decir, aquellos que según su accionar podría fluctuar
indistintamente entre el nivel máximo de los entendedores y los del nivel inferior
de comprensores, según se encuentra su estado emocional. Son personas que
pueden desorientarnos y en un número escaso. Estos sujetos me remiten a dudar,
si depende o no del factor emocional el desarrollo de las cualidades necesarias
del pensamiento superior aludido. Igualmente, estimo que se registran unos dos
escalones más hacia el vértice de la pirámide. Si existen otros superiores,
excede mis capacidades, tendría que definirlo quienes las poseen. Insisto que
no hay al presente instrumentos que puedan hacerlo y solo por los productos se
pueden inferir los niveles (esto tanto para el nivel de intuición como
comprensión). Lo observable, generalmente por otro comprensor, en el training
y lapso respectivo, puede percatarse sin equívocos si uno tiene, o no,
capacidad de abstracción / globalización. En fin podríamos asegurar que la base
inferior de la pirámide en cuanto a comprensores, estaría conformada
por aquellos sujetos cuyo factor emocional resulta deficiente, que se reflejan
mayoritariamente en actos especulativos y egoístas, resultando ello una
dificultad para diferenciar sus intereses personales a los organizacionales. El
tramo subsiguiente involucra a aquellos sujetos que seguramente tienen un nivel
intelectual similar que los anteriores, pero poseen un desarrollo emocional que
les permite discriminar sus intereses personales de la organización
a la cual responde. Tales personas consideran que sus beneficios deben ser por añadidura
a sus logros. El ultimo nivel
visualizado y por mis propias limitaciones, involucraría a aquellos que
pudiendo, o no, tener mayor nivel de abstracción/globalización y seguramente si
capacidad de sistematización, que el escalón precedente. Su diferencia
con éstos estaría en haber logrado un nivel de superación en su actividad
específica, incursionando en una positiva generalización de
la administración de recursos humanos, técnicos y físicos, lo cual le
permite transferir sus conocimientos a cualquier otra organización,
independientemente de la especialidad de la misma. El usufructo de tales
condiciones dependerá de su ecuación personal. Estimo que el mayor grado de
idoneidad es instalar tales capacidades superiores al servicio de su comunidad,
cantera utópica de quienes tienen que administrar el bien común.
Obviamente no son los políticos existentes, para nuestra desgracia.
Lo
expuesto precedentemente sobre los niveles de idoneidad nos debe remitir a lo
siguiente. A nadie le gusta que lo califiquen en uno u otro tramo. En esta
cultura individualista en la cual nos hemos desarrollado resulta casi
inadmisible y causal de desacople en nuestra salud psico-física, al pretender
más de lo que natura nos dio o que logramos por nuestro esfuerzo. Este ensayo
pretende generar nuevas alternativas que tengan en cuenta la calidad de vida
humana, lo cual implica ajustar nuestras capacidades con la realidad, como ya
he aludido. Pero obviamente no lo será con la estructuración típica del modelo
capitalista, sino con una organización inteligente como la descripta en el punto 6.2.
Sintéticamente la misma está estructurada jerárquicamente y consensuada por los
subsiguientes tramos inferiores respectivos, participación horizontal y
vertical; equipos autocontrolados; limitada estratificación; etc. evitando
distorsiones tan típicas en las existentes. Es decir que cada una de tales
organizaciones reproduzca los niveles de idoneidad esbozados en la presente tentativa
calificación de niveles, obviamente limitada y superable…
Asimismo
considerar a una organización como un todo. Cada sujeto SER
una parte constitutiva, interrelacionadas con otras de distinto nivel, que por
sí mismas, ninguna tendría su razón de existencia. Estimemos como se reiría el
"corazón"
si alguna vez el "cerebro"
se creyera autónomo o que es el REY
por su capacidad de pensar (ni que hablar del hígado, pulmones, etc.).
Así como podríamos aludir sin equivocarnos que los techos de cada tramo
aludido, son la base de sustentación del nivel superior, sin el cual se
desmoronarían. Nadie ni nada, es superior por sí mismo. Se lo es por el
consenso que los otros le dan y le
quitan, siendo partes de un todo que los involucra.
En otras palabras, lograr los mayores niveles de idoneidad implica
desarrollarlos en una organización
idónea con parámetros básicos como los expuestos
precedentemente.
Dos circunstancias en los inicios del
siglo coadyuvaran significativamente a superar los parámetros del modelo
capitalista, acorde a lo expuesto precedentemente. En primer término, el poder de la ciudadanía al presente
desarrollada en el transcurso del siglo 20, no debidamente percibido por ella
misma, e Internet que posibilita una nueva forma de interconexión
individual y organizacional sumamente eficaz, factores otrora impensados.
Mientras las
relaciones de fuerza regían las interacciones humanas, prevaleciendo
sobre las intelectuales, los poderosos no registraban problemas para vigilar y controlar tanto a sus
posesiones como a sus fructíferos subordinados (de esclavos a asalariados).
Con sus familiares y súbditos obsecuentes, bastaban para obtener un eficaz
dominio. El avance científico experimentado desde la Era Moderna, fue
progresivo y pausado. Así, selectivamente los más dotados de las clases
terratenientes del planeta, accedieron a niveles universitarios que le
permitieron, además del dominio del garrote, incorporar el del conocimiento y
la información.
Los siglos 18 y 19 fueron fundamentales
para las oligarquías terratenientes. Un
profesor universitario a mediados de la década del 70 aludía a una verosímil
hipótesis, sobre el proceso de legitimación de los poderosos de entonces. La
misma consistía en lo siguiente: por aquellos siglos se crearon - seguramente
por propia iniciativa terrateniente- los registros de propiedad de
inmuebles y organizaciones empresariales. Siendo este un acto personal que
implicaba dominio letrado, propio o apoderado que lo tuviese, la inscripción
en tales registros estaba muy alejado de las posibilidades del campesinado o
artesanos (léase: tierras o empresas), hábiles con sus manos y
herramientas pero no precisamente en
temas burocráticos/letrados, ni hablar de los coetáneos indígenas americanos.
Pero fundamentalmente en el acceso a la información coyuntural, que seguramente
no le brindarían los que sí usufructuaron tal posibilidad registral.
Generalmente quienes tenían acceso a la información requerida para registrar
los bienes, o eran los mismos terratenientes, sus familiares o
escribas/letrados, éstos generalmente vasallos privilegiados... Aunque el acto
registral no tolerara
discriminaciones explicitas como ser que a los plebeyos les estaba vedado
inscribirse en tales registros (la reciente revolución francesa y su
retaliación guillotinesca lo impedían fácticamente); pero sí las
implícitas como las descriptas, que prácticamente relegaban tal posibilidad a
los mismos. Convengamos que cualquier producción requiere de un nivel
direccional que trasciende y excede a la labor individual, implicando grados de
educación vedado a las clases trabajadores de ese entonces. No excluyamos la
probabilidad que hayan hecho firmar a aquellos poderes sin saber su finalidad,
o simplemente fraguarlos, dado que solo podían reclamar los usurpados. Los
poderosos eran cómplices entre sí (¿o asociación ilícita? ) de tal
ilegal sustracción, seguramente dirimiendo previamente sobre las tierras
autoasignadas a los efectos de no entorpecer/postergar la oportunidad de
consumar legalmente sus bienes. En fin, desde los orígenes del mundo, la aristocracia
violentó los derechos de los plebeyos por el hecho de contar con educación, o
información subyacente y/u obsecuentes, que los humildes no poseían o que
pudiesen acceder. Sumarles el temor a los dioses que eran invocados por los
intermediarios letrados / escribas, en connivencia implícita o explícita con
los poderosos intereses existentes. Un cierre perfecto de opresión/sumisión...
Asimismo,
acceder a cargos políticos trascendentes, facilitado por la escisión del
poder gremial del político en el siglo 19 ( propugnada y ejecutada por
los poderosos), sellando la suerte de los humildes, dado que no
tendrían recursos - individuales y organizativos- para solventar una
estructura partidaria propia, ni tener chances de ganar una interna en los
nuevos partidos políticos. Digamos un dominio total de las oligarquías,
consumado en los siglos aludidos.
Las transformaciones tecnológicas de los
descubrimientos científicos precedentes hicieron eclosión hacia fines de los
siglos 19 e inicios del 20, generando una demanda de profesionales que excedían
progresivamente a los cuadros que podían aportar el staff oligárquico.
Es decir, los obligó a delegar en técnicos-profesionales las nuevas exigencias,
so pena de verse superados por la competencia y afectar su víscera más
sensible: el bolsillo. Aquellos emergentes tanto de la burguesía como
pequeños comerciantes y descendientes de las clases obreras sometidas. Los
proletarios, aun sojuzgados, tenían una posibilidad de optar que antes
(esclavos, vasallos o súbditos), aunque excesivamente condicionada por
lo uniforme del contexto. Muchos de estos trabajadores, entendieron que no
ellos sino sus hijos zafarían de tal opresión, financiando la educación de los
mismos. En los inicios el cambio no fue muy brusco atento a que estos nuevos
expertos estaban hechos a la medida de la autoridad-sumisión, parámetro
que regia en sus vidas familiares. En el transcurso
del siglo, el simultáneo crecimiento de los medios de difusión masivos como los
cambios generacionales, fueron formando referentes externos que paulatinamente
erosionaban ese vínculo paternal aludido: acatar el mandato imperativo e
incuestionable. Incidiendo igualmente en los cuadros educativos
fomentadores de tal modelo. Los nuevos conocimientos en ciencias humanísticas
fueron sustentando lo intolerable del mismo, dado sus rígidas y perniciosas
pautas. Este proceso se reactivaba con el crecimiento vertiginoso de la
educación, que trascendía las reinantes profesiones liberales, insuficientes en
su contenido para abarcar el espectro del conocimiento disparado, incluyendo
las del conocimiento del hombre individual y su inserción social. A su vez los
medios masivos de comunicación resultaban un negocio estupendo dado los
ingresos por publicidad y su comprobada eficacia, proliferando abruptamente.
Gracias a Dios la diversidad de intereses que dominan a los medios
impide el dumping informativo. En fin, al público masivo le llegan las
noticias - distorsionadas o no- siendo filtrados individualmente
sus contenidos, generando los respectivos juicios de valor y sentimientos
concomitantes, que conforma la conciencia social a la cual aludimos (punto 1.3),
base de la opinión pública.
Estas nuevas capas sociales fueron
creciendo vertiginosamente en el espacio del siglo 20, retroalimentándose
la educación exigida y los medios masivos de comunicación,
estrictamente vinculados a las clases medias y dependientes de las mismas, ya
que son su auditorio privilegiado por ser los consumidores mayoritarios de las
promociones publicitarias. Demandaron bienes y servicios que generaron nuevas
fuentes de trabajo, ponderando el accionar intelectual sobre el físico.
Un nuevo mundo alejado de la fuerza bruta de otrora para su control. La
democracia, aún imperfecta, alejó sistemáticamente de las sociedades
occidentales avanzadas las tiranías preexistentes y sus atrocidades concomitantes.
Estas emparentadas con el modelo de autoridad-sumisión aludido, sostenidas en
la imposición física y mental (léase miedo). El capitalismo tuvo que
adaptarse a estas nuevas condiciones, generando oportunamente una versión más light
con sus trabajadores que las que aplicaron a sus ascendientes. Los poderosos,
por siempre escalones más arriba en la perspectiva, visualizaron claramente que
el uso de la fuerza no podría contra los principios de libertad e
igualdad emergentes de la cruenta revolución gala. Temerosos de la retaliación
“guillotinesca” de aquella optaron por apoyar las democracias y simultáneamente
corromper a los miembros del sistema republicano en todos sus poderes,
cada vez más refinadamente, aún predominante al presente. En cuanto a quienes
no participan directamente en las decisiones gubernamentales que nos atañen, manipulándolos.
Tal proceso es generado a través de los medios de comunicación masivos,
generalmente en manos corporativas; en éstas comprando a sus “estrellas” con
salarios que nos transforman en pusilánimes, arrastrando a todos sus
subsistentes; un confort impensado otrora, gracias a la producción de bienes en
escala volumétrica reduciendo ello significativamente sus costos y
fundamentalmente, el devastador “miedo” a perder el trabajo que sustenta
tal confort-seguridad para sí y los suyos. Así han generado el mayor de los
logros para mantener un statu quo que obviamente los beneficia: la
resignación del hombre medio, ensimismado en sus logros que impiden ver más
allá de sus intereses inmediatos. En otras palabras, el capitalismo en su fase
más avanzada, sostenido en el individualismo. Tal sofisticada opresión no
implica que la felicidad y la sabiduría sean privativos de los poderosos. Ya
hemos aludido que la felicidad se parece al dinero pero no lo es. Esto solo
nos recalca que aún no hemos hallado formas de conseguirla. Gracias a Dios, tanto la sabiduría, el afecto, la
salud... no pueden comprarse. Seguramente pueden ser provistas por otros - en
forma ficticia, real o mágicamente- y “creer” que son propias, pero como
expresara el hijo de un poderoso nativo: mejor
que TENER es SER... Puede ser que no sea una frase propia, tomada de
algún intelectual, pero resulta de mayor relieve que lo exprese un sujeto que tiene
gracias a su familia y quiere ser por sus propios logros... Los cambios
productivos en la estructura social beneficiaran a todos los humanos, sin
discriminaciones de ninguna naturaleza.
Además de su función básica de soporte
técnico de los nuevos emprendimientos, las clases medias tuvieron una función
colateral trascendente actuando como articuladora entre los poderosos y los
trabajadores menos calificados. Además de sus propios intereses, generalmente
no podían omitir los orígenes de sus ascendientes, más cercanos a la plebe. Así
persuadieron a los poderosos a recomponer su lectura de las masas que en sus
persistentes luchas reivindicatorias obstaculizaban sus negocios.
Protegiéndolas a su manera con los recursos que contaban, induciendo a aquellos
a restringir o anular la opresión física como otrora, aunque a los poderosos
les pesara resignar tan “fácil” solución. En otras latitudes, léase del
subdesarrollo Latinoamericano, estas clases medias cuyo volumen era muy
inferior a las de las sociedades americanas y europeas, no actuaron de la misma
forma, sino que pretendieron “identificarse” con sus patrones comprando
tierras y lujos en exceso, y como ellos sin invertir en conocimiento e
industrias sustitutivas de las importaciones desde el mundo desarrollado, signando
a sus naciones en su acérrima pobreza del presente. Además de no cumplir con el
trascendente rol de bisagra entre la oligarquía y los humildes, fracasaron en
tal “engañosa” identificación dado que no tenían - desde la visión oligarca
- “alcurnia” para ello... Un sociólogo argentino radicado en Canadá,
realizó un estudio comparativo entre el país que residía, Australia y su
país, tres potencias al inicio del siglo 20. Hoy solo son dos. La
faltante, según el sociólogo, por esas características tan funestas de su clase
media alta. Disculpen la digresión pero es duro vivir en el mundo tan inestable
como el subdesarrollado.
Retomando, estas nuevas demandas sociales
generaron por entonces oportunidades ilimitadas de negocios, forjando nuevos
ricos. Estos emergentes fundamentalmente del conocimiento o servicios,
que por suerte no tenían en sus “genes” el uso de la fuerza como la oligarquía.
No todos, pero si muchos recurrieron a otros recursos más acordes al siglo 20,
como ser estafas, usura, o control de los mercados monopolizándolos, a expensas
de las masas de cualquier signo. Así progresivamente se fue licuando el poder
de la fuerza sobre la ciudadanía, consumidora por excelencia de sus
producciones. Al presente institucionalizada en fuerzas de seguridad nacionales,
contra poderosos enemigos ultra desarrollados como COREA, ARGELIA,
ARGENTINA, IRAK, AFGANISTÁN, etc. … La guerra y sus beneficios colaterales
siguen siendo un negocio rentable para los poderosos y mafias conniventes (otra
digresión imposible de soslayar).
Al presente estimo que la autopercepción
de los recursos de esta clase media es deficiente. Las mismas involucran a las
desarrolladas en todo el planeta y cuyo número es extremadamente significativo,
con códigos sociales similares gracias a la planetarización de los medios.
Aludíamos precedentemente en este punto que la misma esta ensimismada en
una resignación que impide un análisis adecuado de sus posibilidades
reales y potenciales. Esto no quiere decir que haya renunciado a sus demandas
de justicia, sostenidas en la verdad y la razón. Son las
portadoras y centinelas de los mandatos galos de libertad e igualdad,
aunque pierdan sus recursos económicos, como sucede en nuestras pampas. Esto
que es su mayor virtud se ha engrosado con el factor fundamental del presente:
el conocimiento, el cual reside en sus miembros. Tienen incidencia en
las elecciones volcando la balanza para sus preferidos, que generalmente
la defraudan. Consumidores por excelencia y ahorristas. Hasta los
miembros superiores de las fuerzas armadas y de seguridad pertenecen a
la misma, asimismo de los cuadros mayoritarios de la justicia
formal, la salud, la educación, las finanzas, la política
(no sé sí es a favor...), los medios masivos de
comunicación social, etc., etc. No nos olvidemos del capital formado por
sus fondos de pensiones, en
crecimiento sostenido y las potenciales fuentes de intercomunicación
social. En el bando contrario, el de los
poderosos, se dice que doscientas familias controlan la economía mundial.
Aunque el dato sea erróneo en cuanto al volumen, no lograría tener incidencia.
Cualquier hipotética balanza que se use para sopesar el poder potencial de
ambos, más aún sumándoles las clases menos pudientes
y los marginales al platillo correspondiente-conveniente, despediría
físicamente al infinito a los exiguos controladores... Y no precisamente
con la fuerza. Si enfrentas a tus enemigos con sus armas, seguramente llevaras
las de perder ¿NADA POR HACER? Demasiado...
No puedo omitir una frase de un clérigo nativo – prolífico escritor - que alude
a lo siguiente:
“No tenemos
en nuestras manos las soluciones para los problemas del mundo. Pero frente a
los problemas del mundo, tenemos
nuestras manos.
Cuando el Dios de
la historia venga, nos
mirará las manos”.
(Padre Mamerto Menapace)
La conflictiva imperante entre la resignación
a las que nos tiene absorto el sistema capitalista, fundada en el egoísmo
individualista y los irrenunciables anhelos de justicia insertos en la
conciencia social, se resolverán una vez que tales demandas sociales sean
satisfechas por diversos disparadores adecuados. En otras palabras, en forma
inteligente y progresivamente. Al dar paso a la solidaridad por maduración
social, no por imperativos compulsivos y recurriendo a la idoneidad como
reaseguro de que el esfuerzo solidario no sea en vano, podrá consumarse
su poder. Tal evolución es a nuestro favor, pero solo se plasmara en el
accionar del presente, que determinará ese futuro promisorio para
la mayoría humana. Contamos con herramientas impensadas otrora, que nos
permitirán acercarnos a soluciones factibles.
5.2 Redes
socio-tecnológicas. Internet: Una herramienta trascendente.
Resulta extraño que en
pleno auge del capitalismo
No puedo aventurar sobre el futuro comercial de la World Wide Web (WWW) pero sí que es y será una herramienta insustituible para la información, servicios e intercomunicaciones humanas. Ya su inserción social es irreversible. Gracias a su origen funcional - en plena guerra fría- que ante un ataque nuclear se utilizaría esta red como alternativa ante la destrucción satelital que incomunicaría a EE.UU., impidió que no fuera suprimida de un plumazo, dada su alta potencialidad conspirativa. Un clásico ejemplo de fisura en los poderosos que sin pretenderlo han brindado a las sociedades un arma trascendental, que les será retaliativa. Aunque existan los Echelon que nos espíen por siempre, leyendo nuestros mail sin consentimiento, pero no será fácil - diría imposible, demasiado sofisticado si se pretendiera hacerlo- distorsionar la información dado que es chequeable por las partes que intervienen, en forma inmediata e interactiva, inclusive por otros medios ajenos a la red.
Sus
cualidades de transmisión diría que satisfacen casi el total de posibilidades:
texto, sonido, imagen fija y en movimiento. Hay demasiados intereses
comerciales detrás de este monstruo, garantizando ello un avance tecnológico
que mejorará día a día sus recursos, hoy limitados por factores de transmisión
y complejidad tanto en el soft como en el hardware. Está destinada a sustituir
al teléfono y desarrollarse análogamente como éste, otrora un lujo, hoy una
necesidad. Culturalmente está inserto en casi todo el planeta, aun en las
clases menos pudientes, partiendo de los adolescentes, dado la propagación
incesante de emprendimientos comerciales reducidos – locutorios, cybercafés,
etc.- que proveen todo lo necesario para intercomunicarse ( procesador,
moden, impresora, espacio y teléfono). Debemos resaltar que la comunicación
entre los hombres requiere del contacto humano perceptible. Así hemos
construido toda nuestra estructura sensitiva desde nuestra infancia,
consolidando la interacción humana. Aludo a lo difícil que es estar comunicado,
por ejemplo vía e-mail, o en red sin contacto humano directo. El sostenido y
progresivo uso de las imágenes, su mayor calidad como la reducción de sus
costos - aunque no sea lo mismo- permitirá un tipo de interacción más
personalizada, reconociendo el gesto humano de nuestros interlocutores. Este
intercambio gestual es un punto de comunicación vital, dado que fija conductas
de reciprocidad propias del código social, que podrá tornar mucho más
productiva a las telecomunicaciones.
¿ Qué puede hacerse
en
Tal
recolección conceptual es el reaseguro frente al proceder de cualquiera de las
organizaciones, fuere cual fuere su target o tamaño. Cuando nos toca caer - nadie
está exento- ya sea por reestructuraciones como por nuestra edad, ya es
demasiado tarde. Parece mentira que los verdugos de hoy no se percaten que
ellos serán las victimas de mañana. En una empresa multinacional alemana,
radicada en mi país, su jefe de personal murió de un infarto - sin antecedentes cardíacos- en la
playa de estacionamiento de la empresa, luego de ser despedido como él lo había
hecho con cientos de empleados. Evidentemente es duro pasar de victimario a victima. Que los grandes avances médicos que se avecinan,
tras la lectura del genoma humano pueden llevarnos hasta casi duplicar el
promedio de vida actual, nos indica que viviremos más del tercio de nuestra
vida sin trabajo, ya que a los cincuenta nos expulsan por viejos. Un
chiste, negro y malo por cierto...
Nos han
formado en el individualismo, esto implica enfrentarnos solos a nuestras
angustias. Con un buen nivel retributivo nos transforman en pusilánimes.
Por no perder lo logrado materialmente, no vemos el deterioro al que estamos
expuestos ante la incertidumbre del sistema. No es cuestión de ser héroes, sino
inteligentes en nuestro proceder, como cuantas veces resolvimos problemas para
nuestra organización. Habido un problema, una solución adecuada ¿por qué no
hacerlo en nuestra inserción social? Obviamente trasciende lo personal,
implicando una construcción grupal. Luego en el punto 7 retomaremos estas posibilidades.
Estas redes agrupadas
por actividad afín, que a su vez involucra independientes, dependientes, desde
el aprendiz al presidente de una entidad privada o pública y legos que les
puede interesar, potenciaran la información, al brindar experiencias que pueden
ser transferidas a otros dada su similitud con sus objetivos. Pero también
conectarse con otras redes que pueden brindar soluciones a problemas que
exceden a nuestro saber. Estaríamos generando una interconexión interdisciplinaria
que nos permitiría incorporar procesos y procedimientos inusuales a nuestro
metier. En fin, potenciar nuestras posibilidades a un grado impensado. Pero
fundamentalmente todo ello en manos sociales no privadas. Y que su
acopio de conocimiento supere al de cualquier organización, con las
implícitas consecuencias para las mismas...
Insisto que
esta proyección futura ya está tomando forma. En mi país, Argentina, en el
transcurso de la última de sus eternas crisis, de una gravedad sin precedentes,
un grupo de sujetos - jefes de informática de las grandes empresas,
multinacionales incluidas- conformaron una organización que los agrupa.
Intercambian información y experiencias. La crisis generó su creación y no sé
cuál será su alcance futuro. La propagación por imitación es un
factor habitual en la transmisión de experiencias. Una de las dudas de la
conformación de estas redes es la paranoia que puede generar en las
empresas, cuando más alto es el nivel de participación en las mismas y su
potencial conspirativo (léase espionaje). De tal calibre fue la hecatombe
nativa que muchos niveles gerenciales superiores, incitaban a sus expertos
informáticos a conformar tal asociación, disipando los factibles temores
paranoides referidos precedentemente. Además la posibilidad de asociarse es un
acto privado que también puede ser anónimo. Algún tipo de coacción demasiado
imperativo, incontrolable prácticamente por ser eludible; o una actitud invasiva
que no es muy apropiado a las demandas sociales de libertad, es proclive a
fracasar cuando hay resquicios franqueables como se dan en estas
circunstancias. Además no es conveniente provocar a las fieras: ni héroes ni
pusilánimes, inteligentes.
6.1 Consideraciones preliminares
El modelo de
organización idónea diseñado en este punto, emerge de las vivencias
experimentadas tras más de veinte años en el ámbito laboral público. Aspiraba que mis hipótesis fueran
enriquecidas, debatidas en mi sitio web, dada mi escasa participación en el
espacio empresarial, pero no ha sido factible por razones ajenas a mi voluntad,
aún el número de lecto-internautas que accedieron al mismo. Por tal razón, excluí un marco contextual que
ahora expuse en el punto 7.3 ulterior.
Una
estructuración que se precie de idónea
debe prescindir tanto del “dueño” y el “jefe”, en los términos “clásicos” de su
definición. No siempre, pero generalmente ambos imponen un modelo de autoridad
formal sustentado en el poder delegado. Uno por el simple hecho de ser el
responsable último y el otro por haber recibido un mandato superior, no fundado
en sus cualidades sino en su “deber ser” peculiar (califíquelo Ud.).
Hoy en día en cualquier organización que ha evolucionado satisfactoriamente
sabe de las carencias que implican estructurarse en forma piramidal/formal y
sus funestas consecuencias en su desarrollo. Suprimir al dueño es más complejo,
pero también se sabe que su figura se ha diluido, entendiendo que delegar en el
management apropiado es lo más conveniente para su propio beneficio, so
pena de perder su capital, siendo el más poderoso de los incentivos.
Cuando el capital depende de varios accionistas, estos tienden a
profesionalizar la estructuración de la empresa, recibiendo un mayor grado de
dividendos en sus acciones/ganancias. Circunstancias que facilitarían un tipo
de organización como la propugnada. Asimismo la base fundamental de la
organización está en conformarse en forma jerárquica, quienes mayor
grado de idoneidad registren serán los que conduzcan la organización,
con el consenso de los cuadros siguientes y así sucesivamente. Es decir, jerárquico-consensuada.
Según su volumen y tareas a desarrollar dependerá su conducción, que
siempre será colectiva. Esta afirmación amerita un análisis:
Una tendencia que
parece incomprensible a esta altura de la evolución y experiencias humanas: el
carácter unipersonal de la conducción y lo pernicioso de su incidencia. Siempre
puede haber excepciones, pero en una evaluación histórica no hay ejemplos que
avalen la misma, independiente de la calidad intelectual del conductor. Estos
están sujetos a presiones a veces insostenibles que exceden razonablemente a su
propia capacidad. Asimismo, nadie puede negar la incidencia del entorno, dado
que este, mayoritariamente juega a sus propios intereses, personales (no excluir la obsecuencia por
sí) y/o sectoriales, concientes
o no. Además hay una relación asimétrica con el conductor individual, lo cual
distorsiona aún más la relación, impidiendo un dialogo de igual a igual, base de
toda relación equilibrada. Callarán o hablarán según sus intereses y/o
convicciones. Expresarse les puede ser retaliativo, siendo el silencio más
negocio. Variar tal estructuración unipersonal a una colectiva no tendría sentido en las actuales
reglas del juego. Sería imponer un criterio que nadie asimilaría por propia
convicción, producto de su formación. Aunque ello no suceda, estimo que un buen
CEO, y los hay, debe asumir una conducta de coparticipación en la
conducción, reservándose la decisión final cuando fuere necesario. Y este nivel
de condominio dependerá de la calidad de los miembros, que también deben
aceptar tal interrelación como productiva. Única forma de sustentar este
modelo. Ser, no parecer.
Los
personalismos, fructíferos otrora como forjadores de caminos por entonces
intransitables, hoy no tienen su
razón de ser. Es tal el grado de complejidad - léase la cantidad de variables intervinientes- de una organización que pretender que una
persona las capte en su totalidad y opere acertadamente sobre ellas es ya utópico,
diría estúpido. El riesgo es simplemente ampliar los márgenes de error.
Estimo que partir hacia la conducción colectiva en lo estratégico es aún
demasiado osado. Los resabios del personalismo, extremadamente presentes
en quienes tienen que tomar tal decisión, son aún fuertes, aunque las
evidencias contrarias al personalismo son más grosas para decretar su extinción.
La supuesta falta de celeridad que puede achacárseles a las decisiones de un
órgano colectivo depende de la calidad de los miembros que la componen, que al
presente generalmente no comprenden las cualidades de una organización
plural. Es decir, actúan mentalmente como individuos forzados al rol grupal.
Tomemos por ejemplo los directorios o la
estructura judicial que al nivel de Cámara-Corte es colectiva,
pero que ambos modelos no actúan generalmente en forma productiva
grupalmente, tendiendo más a la representación corporativa como factores de
equilibrio de poder, que lograr productividad operativa, como lo es esta
propuesta. Prepararse para actuar en grupo, implica aceptar el disenso. En
fin, al otro disímil a uno, pero par. Asimismo desprenderse de los
intereses personales, asumiendo los de la organización. Como humanos esto no
es siempre posible, por diversas causas (personales, de formación, etc.).
El trabajo en equipo es el que interviene detectando tales falencias y
corrigiéndolas, dado que es poco probable que mayoritariamente los integrantes
conductores del cuerpo colectivo, comprensores y con dominio emocional,
ingresen en una actitud personalizada, de la cual nadie está exento. La
subjetividad es inherente al ser humano, la objetividad nos trasciende solo
asequible en el ámbito del trabajo en equipo. Esta es la mayor virtud
del mismo, potenciada en equipos interdisciplinarios - propios de la
conducción grupal aludida- en el cual se amplifica la diversidad de
enfoques y la detección del factor humano perturbador, tanto en lo atinente a
la información como a la conducta personalizada por razones emocionales,
en muchos casos inconscientes para el sujeto, como ser la racionalización.
Quienes poseen un nivel intelectual comprensivo y dominio emocional,
como training, tienen un código en común: el concepto de organización
idónea. Las distintas experiencias personales oscilarán entre quienes habrán
podido concretar tal aspiración organizativa - total o parcial- o quien
solo la diseña en su mente. Asimismo quien trabaja individualmente o en un
número muy reducido, interpretará y asimilará fácilmente la estructuración
pretendida. Aún con tales diferencias todos comparten esos criterios básicos de
lo que debe ser una organización idónea. Esa capacidad de generalizar
situaciones abstractas - luego de un arduo proceso de ejercitación-
logra captar la metodología que trasciende su labor específica y que resulta
común a toda actividad colectiva. En definitiva, lograr la generalización del concepto de organización de los recursos
humanos, técnicos y físicos disponibles/factibles.
Como
he expuesto al inicio de presente punto,
todo lo expuesto posteriormente, es producto de experiencias en mi ámbito
laboral: el Estado, el reino del todo es posible (chambonaje,
burocracia, mini-maxi corrupción, inacción, etc.). Pero también cosas
positivas: la conformación no inducida de grupos de trabajo, cercano a
lo “natural” (sin interferencias de intereses involucrados), construir
proyectos idóneos de la nada, la trascendencia de la conducción jerárquica (por
su ausencia), el concepto de ajuste continuo de los sistemas (ídem
paréntesis anterior), etc. Todo ello, enriquecido con la información
proveniente del ámbito privado que corrobora igual cosmovisión organizacional (el
factor inteligente, trasfronteras).
Toda la labor productiva desarrollada personalmente en el estado fue fruto del
trabajo grupal, sin el cual no
hubiese sido posible.
Este bosquejo de organización es totalmente perfectible. El mismo sustentase en
lo siguiente: estructuración jerárquica
- consensuada (mandos superiores con mayor nivel de idoneidad, avalados
por sus niveles subordinados); integración
de equipos disciplinarios e interdisciplinarios, participación vertical y
horizontal, limitada estratificación formal.
6.2.1 Conducción
estratégica.
La
conducción organizacional debe ser jerárquica. La cadena en la toma de
decisiones - que afecten al conjunto- debe ser irreversible: superior-inferior.
Esto no deviene de la autoridad formal, sino de la moral. Quien ostente el mayor nivel, será quién tenga equivalente idoneidad.
Ergo, mejores condiciones para la toma de decisiones. Aunque la iniciativa
surja de los cuadros inferiores, deberá ser analizada por la conducción
estratégica superior, para garantizar la coherencia en el conjunto
organizacional respectivo. Siendo este estructurado vertical y
participativamente, garantizará que cualquier decisión trascendente sea
enriquecida-debatida-confrontada por sus integrantes. Esta conducción
superior estará compuesta por un equipo interdisciplinario, interrelacionando miembros experimentados en el
tipo de actividades primordiales a la organización con los que se
hallen consustanciados cotidianamente con el trabajo en la misma. Tal
coexistencia implica garantizar toma de
decisiones que reflejen a esa organización y su inserción coyuntural, sin
distorsiones. Asimismo, tal intercambio permitirá efectuar los ajustes
perfectibles, teniendo en cuenta los cambios externos, sino también la historia
de la organización. Las causas que generan ajustes se olvidan, los efectos
persisten, quedan grabados en la memoria colectiva. La documentación respectiva
- frecuentemente omitida o no
existente- permite constatar tal historia y sus factibles distorsiones,
de ahí lo imprescindible de tal registro. Los miembros consustanciados con la
organización deben ser semipermanentes en la conducción superior - preferentemente coordinadores de los equipos
de mayor nivel- garantizando información precisa y actualizada. El
nivel intelectual de los miembros debe ser comprensivo
y equilibrado emocionalmente. Tal perfil permitirá definir al conjunto
organizacional como un todo, cuyo ajuste deberá responder al marco
global, excluyendo duplicaciones y yuxtaposiciones (burocracia y
conflictos sectoriales producto de intereses disímiles).
Una
organización conducida según lo expuesto, es naturalmente antiburocrática.
La burocracia emerge cuando las operaciones/intereses sectoriales no son
compatibles con los del conjunto. Es decir, cuando cada sector responde a
sus propias necesidades, ajenas al resto de la estructuración que forma
parte. La sumatoria de cada una de estas auto-constituidas partes hacen el
todo, infringiendo una norma científica básica: "La suma de las partes no es igual al todo".
La celeridad de una organización
dependerá de sus reflejos en la toma de decisiones adecuadas. El nivel
emocional equilibrado permitirá que se vislumbren los objetivos
organizacionales a los personales/sectoriales y las acciones consecuentes.
Sumémosle que la conformación de una conducción sostenida en sujetos con un
mayor nivel intelectual y emocional genera una potenciación sinérgica de los
recursos, factor escasamente analizado dado su infrecuencia. Generalmente las
conducciones colectivas actuales reflejan intereses corporativos en pugna que
convergen en transacciones frecuentemente paradójicas. Contrariamente, la
interrelación del pensamiento abstracto, sistémico y global de sus integrantes
implica utilizar un código de comprensión que hace posible tal potenciación
sinérgica, controlando el equipo las posibles desviaciones de las
circunstanciales perturbaciones emocionales de alguno de sus miembros,
cualquiera sea su causa (personales, ideológicos o intereses por siempre
existentes, ya que humanos somos). Su composición multidisciplinaria
incluirá una visión amplificada, de apertura, no solo con las demandas
externas/internas inherentes a la organización, sino con las del conjunto
social inmerso de incidencia indirecta a largo plazo (ecología, derechos,
etc.)
La toma
de decisiones colectivas garantizará el accionar antidelictivo. Es
improbable que mayoritariamente se organicen para delinquir (asociación
ilícita). Un nivel emocional adecuado, permite la comprensión del “no” negocio de la corrupción, por su inseguridad
intrínseca y el verdadero negocio: el
largo plazo, aunado a los de su organización, que finalmente redundará en su
beneficio. Consecuentemente, el proceder de la conducción superior debe
reflejar la ejemplaridad hacia el resto de la organización.
La
exigencia de un responsable último en un equipo de esta naturaleza es necesaria
en virtud de las obligaciones formales propias de una organización. Asumirá consensualmente
como coordinador grupal y responderá formalmente a las decisiones del conjunto,
sin ser superior a sus pares, pudiendo ser rotativo/periódico,
siempre con la anuencia de sus pares...
6.2.2 La
labor en equipos disciplinarios.
Su
estructuración horizontal obedece a
dos razones fundamentales: el autocontrol
y autovaloración grupal, propios de
un equipo participativo (debate-confrontación). Cada equipo debe
responder a un objetivo inequívoco en su accionar (de alcance único y/o
múltiple). Que cada uno de sus miembros sepa de la inserción en el conjunto
general, ganando coherencia en su operatividad. Toda labor hacia un fin requiere
de complementación funcional. Tales funciones deben ser identificadas por cada
uno de los miembros del equipo, entendiendo su justificación/inserción en el
mismo. Es decir, una parte coherente del equipo. Los ajustes necesarios
serán debatidos-confrontados en el mismo para lograr el mayor nivel de
productividad y trasmitidos a los niveles inmediatos, superiores e
inferiores. La responsabilidad última será del coordinador, cuya
autoridad estará sustentada en su mayor idoneidad, por supuesto consensuada. La
figura histórica del jefe es
incompatible con un equipo de esta naturaleza. El debate-confrontación en su
seno, excluye la orden imperativa privando la persuasión. Asimismo, tal participación, torna factible la autovaloración, inevitablemente
comparada con el resto de los miembros de su equipo. Léase: constatada,
objetada, persuadida, disuelta por la interacción grupal. Tal proceso es
extensible al autocontrol en el
grupo, en virtud de los mecanismos participativos expuestos que generan
revisiones a los posibles excesos individuales. Este tipo de libertad es bien
valorada por los hombres, frente a las experimentadas del hostigamiento superior, reforzando el autocontrol.
La
conformación descripta actúa sobre la variable individual, distorsionada
circunstancialmente por problemas afectivos. Detectadas por el grupo, emergen
las conductas necesarias para su contención y el logro de los objetivos
del equipo. Reitero, la subjetividad nos
es inherente como humanos, la objetividad nos
trasciende; la visión conjunta del equipo
nos aporta la objetividad necesaria para vislumbrar las decisiones adecuadas.
La
eliminación de puestos formales piramidales, producto de la organización en
equipos participativos, excluye la transmisión formal de órdenes - cuestionadas
o no, según los intereses y/o respuestas emocionales del receptor-
evitando errores/horrores consecuentes. Asimismo, la disolución del modelo autoridad-sumisión propios de esas perimidas
organizaciones estratificadas formalmente.
6.2.3
Incidencia del trabajo en equipo en las conductas grupales e individuales.
El
organizarse respetando y consensuando
la idoneidad como un orden
jerárquico naturalmente dado, genera la eliminación de un conjunto de conductas
negativas, propias de las organizaciones no
participativas. En éstas, la asignación de los roles formales con mando,
muy frecuentemente no son ejecutados
apropiadamente, carencia observada por los subordinados. Las exigencias
cotidianas obligan a una sobreactuación para hacer de... ( el rol asignado).
Ello genera conductas emergentes de tal falta de idoneidad de ambas partes (jefe-subordinados):
delegación inoportuna/inadecuada (alguien debe hacer lo que el
jefe no domina); el favoritismo consecuente (todo se paga)
como el exceso de atribuciones de los favorecidos... Odios, rencores,
envidia, alcahuetería... Un "clima
óptimo" para el desarrollo
personal e incitación a otros incompetentes a su acceso a los
cargos de autoridad formal. Cuando la organización es inteligente, estas
conductas tienden a disolverse con las autovaloraciones
consensuadas y el autocontrol grupal. Limitar el concepto de autoridad a
quien tenga reales capacidades, disipa una relación fomentada social e
históricamente: autoridad-sumisión.
La aceptación como natural para el subordinado de la autoridad formal, implica
que al ser él la autoridad, exigirá
igual nivel de sumisión a sus subordinados. Le resultará inentendible quienes
osen cuestionar su autoridad formal. La arbitrariedad será su patrón resolutivo (ver ejemplo
Autoridad-Sumisión, del punto 2.1). El
trabajo en equipo implica una revisión de los conceptos de rivalidad y competencia,
tomados habitualmente como sinónimos. La competencia induce al hombre a mejorar
su perfomance, a autosuperarse.
De tal proceso surgirán las habilidades para vencer a sus ocasionales
competidores. Los atletas profesionales saben bien de ello; resaltar sus
propios recursos para alcanzar/superar el record (quien lo ostente es
referencial). La rivalidad implica el otro, vinculado a nuestros más
ancestrales sentimientos tribales. Comprende la humillación y/o destrucción del
contrincante asociado a sus privaciones instintivas. La evolución humana ha
logrado desplazar esos sentimientos hacia el deporte, con rivales a vencer a
toda costa. Pero aún son fuertes los resabios que se transfieren al ámbito
laboral, fomentado por las organizaciones piramidales-formales, generadoras de
sentimientos agresivos entre colegas. Transformando la sana competencia,
en rivalidades exacerbadas en el campo laboral, que finalmente perturban
el accionar del conjunto al prevalecer los intereses personales sobre los
organizacionales. Debemos propulsar la autosuperación de nuestras
habilidades como forma de competencia constructiva. Pauta compatible con el
trabajo en equipos participativos.
Este bosquejo de organización estructurada
en la idoneidad, es una solución factible a toda la problemática expuesta: burocracia, corrupción, inoperancia en la toma de decisiones. Pero fundamentalmente, a lo que hace a nuestra
calidad de vida, al brindar cambios propicios en conductas sumamente
perturbadoras socialmente: chambonaje,
obsecuencia, rivalidad, etc. descriptas precedentemente.
7.
MatriZ SOLeIDO : Solidaridad e Idoneidad
conjugadas. Acción
cooperativa y su organización
idónea.
7.1 Consideraciones personales.
En mi
primer ensayo prevaleció el enfoque sobre la idoneidad que debían poseer
los políticos. La solidaridad era un hecho indiscutible en mi concepción
del mundo, compartida por muchos hombres que se habían extendido en ella, como
corroborada en el transcurso de mi vida desde la mitad del siglo 20. Una
vez que publiqué el ensayo, de escasa difusión, comencé a extenderme en los
aspectos de mayor vinculación a la conformación de redes socio-tecnológicas
aludidas en el punto 5.2,
en los cuales fueron emergiendo la interrelación entre la solidaridad e idoneidad
en una forma que hasta ese entonces no
había percibido. Asimismo debo destacar que un escritor y crítico literario, de
prestigio en nuestro medio, en una misiva que me remitió - luego de haberle
obsequiado mi primer ensayo- aludió a la importancia de haber sostenido
tales principios. Este suceso, que aunado a mi intención de agrupar gente en
aras de complementar los principios de libertad e igualdad con
los de referencia, fue reorientando mi labor. En sí, el sustento de mis
propuestas se fundaba en
centrar en lo social nuestro desarrollo y de tales logros, armonizarlos
política y consecuentemente con tal desarrollo.
Luego
de la publicación de mi primer ensayo, l concepción original de estos dos
principios, que inicialmente consideraba como independientes, fue evolucionando emergiendo el presente estudio. Ya he aludido a
que las organizaciones solidarias vigentes en los últimos siglos,
mayoritariamente, fueron consecuencia de circunstancias coyunturales imperiosas
y compulsivas, frente a la adversidad espacial y/o temporal. Convengamos que
los orígenes de gran parte de las actividades humanas emergen como necesidades, para luego
evolucionar hacia formas independientes de la misma. Como ser la amistad,
tan valorada, emergió
ancestralmente en las cavernas ante la imperiosa necesidad de juntarse para
protegerse y cazar, independizándose de tal necesidad
en el tiempo.
En esta propuesta resulta
de la organización de sujetos orientados hacia un mismo fin, sin compulsiones
sino por su propia voluntad. Tal unión implica considerar al otro como igual, no en cuanto a
características personales obviamente diferenciadas, sino a los derechos que como sujeto
coparticipe le competen, independientes del nivel de sus habilidades. En otras
palabras, una parte de un total - la
organización- indisoluble. Ya aludimos que nadie es superior por si mismo sino que lo es por el consenso de los otros que le dan y quitan. SER
una parte constitutiva, interrelacionadas con otras de distinto nivel, que
por sí mismas, ninguna tendría su razón de existencia. Consideremos al
cuerpo humano (sustrato de la especie): como se reiría el "corazón"
si alguna vez el "cerebro"
se creyera autónomo o que es el REY
por su capacidad de pensar (ni que hablar del hígado, pulmones, etc.).
En fin, lejos de un individualismo recalcitrante, en el cual nos hemos
desarrollado y generador de tantas de nuestras frustraciones. Quien tuvo la
oportunidad en su vida de actuar en estos términos de igualdad solidaria sabe a
qué aludo, resaltando la sinergia que genera tal comunión. Quien no,
deberá hacerlo para comprobarlo. Vivir en la mezquindad es una de las
experiencias más negativas de los seres humanos y demasiado frecuente.
Esta propuesta no excluye a ser mezquinos, paso previo a evaluar la
acción mutua y de resultarle positiva, asumirla desprendiéndonos de tal
negativa y especulativa experiencia.
La acción
cooperativa en el desarrollo organizacional, implica compatibilizar la
iniciativa personal con la colectiva en los fines, medios y
productos que generará la misma. Reitero que como cualquier actividad implica
esfuerzo y que éste no debe ser dilapidado, debemos estructurar una
organización, cualquiera fuere su naturaleza, en forma idónea. Esta debe
actuar como reaseguro para que tal energía puesta al servicio de los
objetivos perseguidos no sea en vano. Circunstancia, lamentablemente,
demasiado usual y solucionable. En definitiva vemos - sin forzar conceptos-
que la tétrada de principios que aludimos se conjugan y conforman conceptos que
hacen a la seguridad de la especie humana, dado que son convenientes
para su desarrollo evolutivo y conservación de la misma. Coherentemente a lo ya
expuesto: que los cambios que podemos vislumbrar -desde el presente- en forma
prospectiva del futuro del hombre, seguramente involucraran el campo cultural no en su estructuración genética.
Veamos en detalle el accionar cooperativo, organizados idóneamente según
lo expuesto en el punto 6.2
precedente.
7.2 Cooperativas Organizadas Idóneamente ( COI)
Transcurrida
mi infanto-adolescencia en una iglesia, signó mi cosmovisión humanística. El cristianismo
implica tratar a todos por igual, por ser hijos de DIOS. En mi juventud
con un mínimo de experiencia, supongo que influido por tal igualdad percibía el
futuro humano promisorio en el accionar cooperativo. Ya en mi fase de
ensayista, con mucha más experiencia de vida y estudios, concluí igualmente en
tal consideración. Como dijimos, respeta y creo que profundiza la iniciativa
personal, puesta ésta al servicio de su organización de pertenencia, siendo la
misma productiva no solo en su propio desarrollo sino en el del conjunto. La sinergia
generada entre pares hacia iguales fines, potencia los resultados. Esto,
comparativamente a la actitud usual mezquina que uno manifiesta en las
organizaciones regidas por el ensalce individual de los resultados, que se
creen útiles a la misma, siguiendo el principio de A. Smith ya aludido (la
suma de los intereses individuales benefician al conjunto). Convengamos que
mayoritariamente se pone muy poco en aras del conjunto, dado que el mismo es
visto como ajeno a sus intereses. Lamentablemente si no es en un ámbito
cooperativo, no se puede probar dado que aunque exijan actuar en equipos
la “consustanciación” sería forzada, dado que su esfuerzo asociado
no lo beneficiaria directamente. Aún si tienen un premio, pues la
desconfianza al manejo empresarial seguirá influyendo, sabiendo que eso es hoy
y no se sabe mañana. La “zanahoria” a alcanzar puede resultar lejana, aún su
proximidad, disparando una actitud mezquina. Contrariamente, reitero,
cuando el objetivo es beneficiarse uno y el conjunto, como estar estructurados
eficazmente en una organización idónea, el resultado sinérgico es
totalmente superior atento a que tal accionar pone lo mejor de uno al servicio
de la organización de la cual es parte. Igualmente las formas de interacción
como ser el trabajo en equipo, el autocontrol grupal prescindiendo del
hostigamiento del jefe formal, la autovaloración consensuada que implica
una reducción drástica de las injusticias, amplifica aún más poner nuestras
capacidades y voluntades al servicio de la organización de pertenencia.
Sumémosle su estructuración democrática, respetando la igualdad-libertad,
la participación horizontal y la vertical con sus superiores como los actos
transparentes consecuentes, resultan compatibles
con las expectativas de su conciencia social arraigada en los
humanos, ya aludido en el punto 1.3. Además debemos
adicionar que tales organizaciones tienen ventajas comparativas a las del
presente, tanto en su conformación idónea, como el capitalizar
los errores/horrores generados en aquellas. Al prescindir los sujetos de cuidar
primero su propia persona, como extenderlo al sector donde se siente incluido,
que llamamos comúnmente nuestra “quinta”, se pierde la visión del conjunto.
Cuando quienes tienen la responsabilidad de velar por la visión del conjunto y
no poseen un nivel de comprensores o analista de símbolos en los
términos expuestos en la idoneidad, punto 4.4.1, o no les interesa verlos, cuidando
egoístamente su propia quinta, no
percibirán que tales actitudes sectoriales perjudican al conjunto organizacional.
La madre y padre de la burocracia - en su acepción distorsiva-
surge cuando los intereses personales y/o sectoriales se imponen sobre los del
conjunto. Esto amplificado en las organizaciones estatales nativas, de las
cuales provengo. Tal origen determinaba en el suscripto una visión idealista
del ámbito privado, tan ensalzado por los liberales, que no está exento
de tales distorsiones, sino que son distintas acorde al marco referencial.
Circunstancia que pude comprobar ulteriormente a mi cese en el estado,
corriéndose el velo a mi ingenuidad sobre la tan promocionada productividad
privada. Esta puede ser medida por los balances, que pueden responder a otros
factores coyunturales y no a la calidad de la organización. Los hombres tenemos
los mismos defectos, solo que nos adaptamos “maravillosamente” al contexto en
el que nos desempeñemos (disculpen la digresión).
Tal tipo de
organización no excluye a las profesiones independientes,
cualquiera sea su naturaleza. El agruparse zonalmente, ajustándose a la demanda,
permitiría generar alternativas interesantes, que podrían beneficiar al
conjunto social y los trabajadores independientes respectivos. El conformar una
red les facilitaría centralizar los pedidos de trabajo y estos
asignarlos según las experiencias/posibilidades personales. Actualizar
periódicamente sus conocimientos, orientar a los miembros en cuanto a
sus déficit profesionales. Integrar personal novato con experimentado.
En estos casos cuando los sujetos llegan a edades avanzadas, cercanas a su cese
activo, sería prudente interrelacionar el mayor ritmo de un joven con la
sapiencia acumulada de una persona mayor. Acopiar información sobre seguridad
psicofísica, social, compras conjuntas, etc. Garantizar el trabajo de
sus miembros como el asesoramiento, factor que permitiría al usuario
“desentenderse” del trabajo (léase: inseguridad-temor, etc.) tanto en su
calidad como eficacia, con el consiguiente beneficio general.
En otro orden
debemos destacar que las organizaciones cooperativas propugnadas
tienen que tener una estructuración diferente a las empresas existentes. Como
ser fijar retribuciones acordes al valor establecido gremialmente y/o del
mercado y generar ingresos extras según la rentabilidad de tal organización. No
bastará el lograr éxitos de producción y su consecuente margen de ganancia
individual, fruto del esfuerzo colectivo. Así estaríamos en un nivel de capitalismo
menos alienante quitándole la plusvalía, pero sin tener en cuenta al
sujeto integrante de tal organización. Al considerar el lucro como
finalidad, fomentando el accionar mezquino tanto individualmente dentro
de la organización como con sus ocasionales competidores, tomándolos
como rivales a destruir como ya hemos aludido ( punto
6.2.3). En las COI debemos priorizar la contención del
sujeto integrante. Aludimos en el punto 4.2 la
trascendencia en el desarrollo humano de ser idóneo y su estricta
vinculación con la autoestima y la incidencia positiva sobre sus
allegados, la de mejorar su vida afectiva y consecuentemente la calidad
de vida del sujeto/entorno familiar o personal. Nos referimos a que tal
idoneidad esta estrictamente vinculada a sus potencialidades,
labor específica y estudios respectivos, integrándolos.
Hoy en día Trabajo
y Educación se interrelacionan resultando indisolubles. Vamos
por más, extendiendo tal contención al entorno familiar respectivo. Garantizar
a un sujeto la salud, educación, vivienda, del mismo y de quienes tenga a su
cargo, es un avance superior a poseer dinero producto de los mayores márgenes
de ganancia que pueda generar la empresa en la cual se desarrolla. A su vez tal
posesión monetaria no garantiza un uso adecuado del mismo, que sin pretenderlo
perjudique a su familia, derivándolo hacia otros fines que no son prioritarios
a la misma (humanos somos...). Además tal contención es un
reaseguro social al extenderse positivamente con el de otras empresas,
modificando el tramado social en forma contundente. De ninguna forma
ahoga las iniciativas personales, sino que le dan un sesgo racional en aras de
los suyos y el conjunto. Sobre este aspecto, acepto que es controversial dado
el carácter tutelar, siendo objeto de análisis más profundos que en los
términos del presente ensayo. Otro aspecto a considerar sería el de explorar
las potencialidades personales que se orientan hacia actividades artísticas
o deportivas, facilitando su inserción en tales medios (tarea
reducida, becas en instituciones afines, etc.)
Francamente no puedo precisar si una
organización fundada en parámetros de racionalidad como la propugnada
puede generar un margen de ganancia que permita extenderlo hacia su entorno
familiar o actividades extra-laborales, pero de no ser así tal objetivo
podría lograrse en el agrupamiento que emergerá razonablemente de tales
empresas en confederaciones regionales o nacionales. O transformarlas en
créditos, con sus propios recursos y tasas razonables (léase pagables
por los interesados). Grafico
respectivo: ( clic aquí otros
navegadores)
Destacase que
para conformar estas COI, se necesita capital financiero y humano. El
primero puede conseguirse de recursos propios, como ser los fondos de
jubilaciones y pensiones de los trabajadores, o el acceso al crédito bancario
de entidades financieras con fines cooperativos, o no. Como se dice entre
economistas: cuando el negocio está, el dinero
aparece. El fundamental, el humano, que incluye el know
necesario para implementar una empresa, está en los ciudadanos no
poderosos. En fin generar un vaciamiento intelectual pacífico de las
actuales empresas regidas por parámetros capitalistas y sus funestas
consecuencias. Asimismo incluiría a aquellos que hoy no tienen trabajo, o están
mal contratados, debidamente asesorados (civil o gubernamental). Algo
hay que “poner”, ni héroes ni pusilánimes, actuar solidaria e
inteligentemente. Recuerdo que Robert Reich nos indica en “El
trabajo de la Naciones” (Vergara, 93) que se compraron
empresas rentables, que dejaron de serlo una vez comenzado a operar con los
nuevos dueños. Sucedió pues que antes de iniciar sus operaciones el personal
con mayor grado de idoneidad en la naturaleza del negocio que implicaba tal
empresa, migró hacia competidoras de la misma, generando tal funesto
vaciamiento intelectual.
Estimo
que tal organización empresarial solidaria amerita una cosmovisión de
integración social que diferirá de las existentes al presente.
Estas
organizaciones cooperativas serán consideradas como bien social, acorde a
experiencias productivas acontecidas al presente en países que han transitado
un capitalismo más benéfico para sus ciudadanos, brindándoles contención
social. A su vez se conformaran confederaciones regionales que evaluaran el
accionar empresarial de las mismas, como los ajustes necesarios para mantener
su nivel de productividad y desviaciones de su funcionamiento tanto en lo
atinente al trabajador individual como el todo, en estricta vinculación con las
redes socio-tecnológicas respectivas afines a sus intereses y saberes. El nivel
político actuará como veedor de estas confederaciones.
Tenemos
un factor diferencial sustancial: estas organizaciones mutuas se construyen jerárquica
y consensuadamente. Es decir que la selección de los sujetos de los cargos
superiores será concordante con los mayores niveles de idoneidad en su
especialidad. Evidentemente, los mayores grados de idoneidad resultan
correlativos a los de inteligencia. Quienes trasciendan de lo específico
- su metier- a lo general,
incursionarán en lo básico de la naturaleza humana: la integración social.
Sujetos que accederán a la conducción de los grados confederados superiores,
que se han destacado en su praxis social, consensuado por sus
pares y subordinados. Asimismo semillero de quienes tendrán en sus manos
- nada
menos- que la Administración
del Bien Común (ABC
de la política). Es decir, nuestro presente y futuro. Consecuentemente, en
su ejercicio deben estar los hombres de mayor nivel intelectual, emocional y
moral, premisa tan distante en el presente.
En
general, el descrédito político planetario surge de la escisión entre
las bases sociales y sus políticos – más allá de las coyunturas nativas-
emergentes de los cuadros partidarios. Estos nada más alejado de los intereses
sociales de los ciudadanos por tal disidencia. El gran desafió del presente
siglo será
la de hallar nuevas formas de articulación armónica y eficaz entre lo social y
lo político. Éste, será la extensión del desarrollo social
alcanzado. La política no es la actividad humana de mayor calidad,
pero sí la de mayor trascendencia en cuanto a lograr cambios sociales coherentes
con las demandas ciudadanas.
Evidentemente,
con un modelo como el descripto nos alejamos de tal funesta escisión,
dado que los dirigentes políticos estarán consustanciados con las
demandas sociales en virtud de igualdad con la matriz social que representan,
restringiendo el margen de error del presente. Éste, corroborado
lamentablemente en el ejercicio del poder delegado, circunstancia que ninguna
sociedad está exenta. Debemos transitar de una democracia cuantitativa,
que ha servido de control deficiente para el acceso de las tiranías contrarias
a los ideales de libertad e igualdad galo, hacia una democracia sustentada no
en el número sino en el consenso mayoritario, traducido en las urnas, con
reaseguros sociales como los expuestos.
Otro
factor a revisar es el de los sistemas previsionales/fondos de pensión, que deben ajustarse a otros parámetros que los
existentes, permitiendo no ser una carga constante para el erario. La
propuesta siguiente debería ser solventada por estudios actuariales, que
exceden mis posibilidades. Definir un sistema previsional implica incursionar
en la evolución de un ser humano en su lapso de vida; desde su inserción en la
vida productiva hasta el fin de sus días. Tal problemática excede a una simple
ecuación financiero-matemática, involucrando la calidad de vida deseada por
una sociedad.
Estas
organizaciones cooperativas serán consideradas como bien social, acorde a
experiencias productivas acontecidas al presente en países que han transitado
un capitalismo más benéfico para sus ciudadanos, brindándoles contención
social. A su vez se conformaran confederaciones regionales que evaluaran el
accionar empresarial de las mismas, como los ajustes necesarios para mantener
su nivel de productividad y desviaciones de su funcionamiento tanto en lo
atinente al trabajador individual como el todo, en estricta vinculación con las
redes socio-tecnológicas respectivas afines a sus intereses y saberes. El nivel
político actuará como veedor de estas confederaciones.
Tenemos
un factor diferencial sustancial: estas organizaciones mutuas se construyen jerárquica
y consensuadamente. Es decir que la selección de los sujetos de los cargos
superiores será concordante con los mayores niveles de idoneidad en su
especialidad. Evidentemente, los mayores grados de idoneidad resultan
correlativos a los de inteligencia. Quienes trasciendan de lo específico
- su metier- a lo general,
incursionarán en lo básico de la naturaleza humana: la integración social.
Sujetos que accederán a la conducción de los grados confederados superiores,
que se han destacado en su praxis social, consensuado por sus
pares y subordinados. Asimismo semillero de quienes tendrán en sus manos
- nada
menos- que la Administración
del Bien Común (ABC
de la política). Es decir, nuestro presente y futuro. Consecuentemente, en
su ejercicio deben estar los hombres de mayor nivel intelectual, emocional y
moral, premisa tan distante en el presente.
En
general, el descrédito político planetario surge de la escisión entre
las bases sociales y sus políticos – más
allá de las coyunturas nativas- emergentes de los cuadros partidarios.
Estos nada más alejado de los intereses sociales de los ciudadanos por tal
disidencia. El gran desafió del presente siglo será la de hallar nuevas formas de
articulación armónica y eficaz entre lo social y lo político.
Éste, será la extensión del desarrollo social alcanzado. La política no
es la actividad humana de mayor calidad, pero sí la de mayor trascendencia en cuanto a lograr cambios sociales coherentes con
las demandas ciudadanas. Evidentemente, con un modelo como el descripto nos
alejamos de tal funesta escisión, dado que los dirigentes
políticos estarán consustanciados con las demandas sociales en virtud de
igualdad con la matriz social que representan, restringiendo el margen
de error del presente. Éste, corroborado lamentablemente en el
ejercicio del poder delegado, circunstancia que ninguna sociedad está exenta.
Debemos transitar de una democracia cuantitativa, que ha servido de control
deficiente para el acceso de las tiranías contrarias a los ideales de libertad
e igualdad galo, hacia una democracia sustentada no en el número sino en
el consenso mayoritario, traducido en las urnas, con reaseguros
sociales como los expuestos.
Otro
factor a revisar es el de los sistemas previsionales/fondos de pensión, que deben ajustarse a otros parámetros que los
existentes, permitiendo no ser una carga constante para el erario. La
propuesta siguiente debería ser solventada por estudios actuariales, que
exceden mis posibilidades. Definir un sistema previsional implica incursionar
en la evolución de un ser humano en su lapso de vida; desde su inserción en la
vida productiva hasta el fin de sus días. Tal problemática excede a una simple
ecuación financiero-matemática, involucrando la calidad de vida deseada por
una sociedad.
7.3.1 Una visión más
abarcadora que los
sistemas
solidarios y de Autoaporte
existentes
Los
sistemas solidarios, es decir el aporte personal y/o contribución
patronal – según modelo - sobre las retribuciones activas, para
solventar las erogaciones pasivas ha quedado desvirtuado al ser casi imposible
el aporte de 3,5 ó 4 activos sobre pasivos, por
múltiples factores, como ser: extensión de la edad poblacional, reducción del
trabajo industrial, desempleo, etc. El modelo de autoaporte, acumulando
los aportes personales en una cuenta individual, que juega a la timba
financiera, dado que depende del valor de las acciones o títulos que el fondo
que administra haya comprado y del valor que registra al cese de actividades,
no ha sido lo satisfactorio que hubiese deseado, llegando a ser nulo para
aquellos sistemas que atan los ahorros previsionales con las acciones de la
empresa que trabajan, como paso con la quebrada ENRON ( una de las
empresas multinacionales norteamericana de mayor volumen en el mundo). Ambos
sistemas previsionales fijan una edad mínima para cesar en servicio
activo.
Personalmente estimo que
debería ampliarse la visión del problema previsional, desterrando el mecanismo
de acumulación actual: joven-adulto-tercera edad, para "disfrutar" tal renta al
final de nuestros días. Fijar una edad general improductiva para un individuo, no cierra para estas épocas y menos
prospectivamente. Los parámetros existentes de considerar al trabajo como una
carga y algunos signos físicos propios de la tercera edad - pero no
invalidantes- coadyuvan al convencimiento de tal cesación laboral
programada. Hoy, el trabajo es el núcleo vital de nuestras sociedades y
estrictamente vinculado a la educación en todos sus niveles. A través del
mismo, puede lograrse satisfacer sus aspiraciones creativas, o como medio para
lograr otros fines que lo satisfagan, retroalimentando su autoestima. Ni
los bienes materiales, ni el ocio, construyen a la misma. Más bien a la externo-estima, identificación o
envidia de los otros hacia uno, lo cual no
es suficiente. La autoestima surge de
las propias capacidades - socialmente aceptadas- para acceder al bienestar.
¿No
sería más racional compatibilizar ocio-placer
con trabajo durante todo el transcurso de nuestra vida productiva (siendo
dichoso el que disfrute ambas fases) fijando el límite de la misma
exclusivamente por nuestro estado de salud psicofísica? Tanto al cese
arbitrario de la actividad laboral, como el morir joven dejando a nuestra
familia en la indigencia por no haber acumulado lo suficiente, son perturbadores
en el desarrollo del ser humano y su entorno familiar. Una sociedad debe hallar
respuestas inteligentes a esta problemática. El trabajo, más allá de
ser remunerado o no, debe ser su moneda de cambio independiente de la
edad, para asegurar su futuro ante emergencias invalidantes/deceso del
trabajador aportante y su grupo asistido.
Tal propuesta
implica una revisión de la utilización de los recursos humanos en el presente.
En una película americana de los '
Resulta paradojal observar que los
líderes de las grandes corporaciones tienen mucha más edad que los que son
despedidos por la misma, medida o no su trayectoria. Aún más si consideramos
algunos de los gurúes que avalan expresamente o con su silencio tal política
discriminatoria, que con su edad en el mundo occidental deberían estar
"muertos". Nunca pude saber ciertamente cuáles son las verdaderas
causas de tal discriminación, que no se explicitan por compasión general o
particular. Estimo que las razones deben ser múltiples: por desactualizarse;
por no haber llegado a la cima como sus verdugos; o será que para ser
productivo se debe ser joven. Cualesquiera que fuere la causa nos indica que
aún los humanos no hemos aprendido a
utilizar nuestros recursos, según edades y maduración (por lo menos lo observado en
occidente). Deberíamos revisar el modelo oriental, que no desdeña al anciano y sus saberes. Será
clave exigir lo que pueden dar: experiencia
en el ahorro de esfuerzo. Exigirle a un plomero de 60 años o más el ritmo
de un joven, sería necio. Trabajando juntos se integrarán complementando
productivamente sus aportes (ritmo/eficiencia). Pero ello involucra una
postura inducida externa socialmente para lograr tal compenetración productiva.
Conocemos muy poco de las mañas achacadas a los viejos, como de la necedad de
los jóvenes. La realidad impone cambios en la conducta humana, más allá de
cualquier factor interviniente…
Años de avance tecnológico nos han
hecho comprender la importancia de la educación y actualización permanente,
pero aún nos falta el conocimiento de nuestra maduración como humanos. Tal
limitación nos impide una comprensión de estos fenómenos que nos perturban
cotidianamente. Reitero: no se puede soslayar un problema porque no
sepamos cómo resolverlo individualmente. Hay formas que exceden lo personal,
que requieren de estudios multidisciplinarios del más alto nivel, con
sensibilidad social incluida.
Un
ejemplo: leía con regocijo una experiencia japonesa: habían integrado un
geriátrico con un jardín/guardería, con óptimos resultados. Los ancianos
brindaban serena contención y los niños felices. Puede ser extremo, pero para reflexionar. ... O las experiencias de Miami, que teniendo el problema por ser una ciudad predominantemente longeva,
resolvieron utilizar a los ancianos como cajeros o chóferes de micros. Un problema una solución...
8.1 Hacia una mayor conciencia social
En los
hombres civilizados al inicio del siglo 21 existe una sed de justicia,
fundada en la verdad y la razón, arraigados en su
conciencia individual y colectiva. Contraria y lógicamente un rechazo
visceral a la injusticia. Aludíamos que la conciencia social es activa
en cuanto a su conformación, dado que interactúa constantemente con los sucesos
cotidianos mediáticos o no. Quienes poseen cargos de mayor responsabilidad
parece que descreen - o mejor, niegan- el mecanismo subliminal. Este
resulta tan efectivo a la conciencia
como cualquier suceso perceptible, tanto en la individual como en la colectiva.
Suponen que por no haber reacción de los ciudadanos ante tantas barbaridades
acontecidas en nuestra cotidianidad, o contrariamente sucesos que
reivindican sus aspiraciones, estas no le afectan. Los hombres
poseemos la misma estructura lógico-emocional que forja su conciencia
colectiva. Esta se carga de sentimientos y la información pertinente
al suceso. La información ulteriormente se pierde, prevaleciendo el sentimiento
positivo o negativo. Decíamos que es pasiva, en cuanto a su
manifestación, que requiere un disparador externo. El escaso desarrollo
emocional de los humanos, muchísimas veces invalida nuestro operar inhibiéndose
esta conciencia colectiva en situaciones en las cuales no nos vemos comprometidos. Es decir, cuando no entran en juego nuestros intereses personales. Pero cuando el
suceso disparador nos afecta, ingresando trascendentemente en el campo del
interés general, dejamos de lado nuestra subjetividad, dando preeminencia a
nuestras demandas colectivas / sociales, aún con riesgo de nuestras vidas. En
tal proceder inciden los sentimientos acumulados, que actúan como motor de
nuestras actitudes. Creo que algo hemos evolucionado en cuanto a nuestras
emociones, ya que resulta sorprendente el control grupal en manifestaciones
multitudinarias que incluyen a sujetos de distintas concepciones personales, disparados
por un objetivo que los convoca al unísono. En nuestras pampas hacia
fines del 2001, resultaba sorprendentes las manifestaciones públicas conjuntas
de piqueteros (gente humilde desocupada) y los que blandían sus
cacerolas (pudientes y hartos), apoyándose mutuamente frente al desatino
político del gobierno. Aunque haya aludido a que la formación de la conciencia
social es similar a la del concepto, por ser ambas construcciones temporales,
no es lo mismo en cuanto a nuestra conformación personal, la cual esta signada
por la peculiaridad de interacción acontecida y dones que hemos recibido y/o
desarrollado en el transcurso de nuestra vida. Reitero que es poco lo que
sabemos de como se conforma nuestra personalidad, si
estamos condicionados genéticamente o nuestras vivencias sellan nuestra
estructura, o ambas se conjugan para nuestro bien o mal. Ya aludimos que es
demasiado el desconocimiento de la estructuración humana, que es necesario
develar en un futuro inmediato, para contar con herramientas productivas para
la especie.
Aún tal oscuridad
científica, trataré de esbozar algunas consideraciones. Hay un evidente mejor
dominio emocional colectivo que otrora - la nobleza francesa o rusa dan
fe- al cual aludí anteriormente en las manifestaciones sociales
multilaterales que responden al consenso mayoritario. Tal dominio se construye
a partir de una conciencia social más refinada, generada tanto por las
atrocidades como las experiencias positivas registradas históricamente. Una
respuesta civilizada potencia sus demandas, dado que inhibe la descalificación
oficial o mediática, afín o no al gobierno de turno, como vandalismo
generalmente asociado a grupos extremos cualquiera sea su naturaleza. La
globalización de la información es un factor trascendente en este proceso de
morigeración de nuestro accionar emocional, resultando los medios, aun sus
evidentes distorsiones, como catalizadores de tales vivencias. Este
proceso se acentuará vertiginosamente en este siglo 21, como nunca antes había
sucedido. Algunos activaran nuestras concepciones de justicia o de injusticia.
Conmocionaran nuestras pasividades, obligándonos a reconsiderar
nuestras posturas personales, superadas por la realidad omnipresente. Me
sorprendía leer un artículo periodístico, relatado por un occidental europeo,
que aludía a un lamentable suicidio de una mujer afgana, ante la
prohibición paternal de casarse con quien ella amaba. Aquel manifestó ante la
familia del novio, al hacer éste el pedido de la mano de su hija, su rechazo
por dos razones sumamente coherentes con su conformación como musulmán y
afgano: que era contrario a su posición en la interna religiosa, pues no eran chiítas
y que la mano de su hija le había sido dada anteriormente a otra familia. Tal
suceso, lamentablemente demasiado habitual en los países con tradiciones religiosas
rigurosas, no es lo que pretendo recalcar, sino la ulterior reacción del
padre que había establecido previamente una buena relación con su
hija. Desconsolado por considerarse culpable del trágico deceso de su querida
descendiente, pregonaba sin temor a cualquier circunstancia, que de
retrotraerse al día que pidieron su mano “equívocamente”, hubiese rectificado
su posición accediéndola a quien ella amaba. Es decir, que el dolor ante la
barbaridad acontecida postergaba todas sus creencias sociales, asimiladas de
buena fe, hasta ese cruel presente. Generalmente tal accionar no es común.
Puede pensar lo erróneo de sus costumbres, cargar con la culpa, pero no
manifestarlo públicamente dada la coacción social respectiva. Creo sin
equivocarme que en tal caso la emoción actuó como disparador de
tal respuesta, no invalidando su opinión ante lo falaz de una concepción
retrograda que hasta ese entonces regía su vida, o lo seguirá en el futuro,
según duelo y realidades sociales ulteriores. Debemos destacar que los cambios
individuales son efectivos cuando nos conmocionan, reestructurando
nuestros marcos referenciales en forma drástica, afectando y reflejado en
nuestra actividad cerebral (sustento de las terapéuticas que usan la palabra).
Equivale a una lesión física, dado que los sucesos que afectan psicológicamente
tienen igual poder o mayor en determinados casos, que el estímulo físico
directo.
Pensemos en
las vivencias del pueblo americano en plena guerra contra Iraq ante el dilema de: patriotismo
o derechos humanos. Estos, tanto de sus compatriotas muertos
en una lucha sin sustento real, o los iraquíes torturados. Obviamente
esto agravado por las reticencias gubernamentales a publicar tales hechos y más
aún por la confirmación del Secretario de Estado Colin Powel de la inexistencia
de las armas nucleares o conexiones con sus verdugos de Al Qaeda, que
dieron origen a esa guerra, fundada
evidentemente en negocios petroleros y de “restauración” física
inmobiliaria. En fin, una lucha entre una construcción emocional temporal – el patriotismo – contra una
realidad que lo supera: La mentira fusionada con los derechos humanos, un
par de por sí incompatible, que incluye a sus habitantes expuestos en
tal inconsistente guerra. El patriotismo no está muy alejado del fundamentalismo,
arraigado en los ciudadanos de países que lo fomentan, que le permiten a sus
dirigentes “justificar” su accionar en el exterior a costa de un consenso
patriótico infundado. En fin, un despropósito. Si crecemos
emocionalmente, daremos una mayor intervención de nuestra conciencia social
sobre nuestros intereses y creencias particulares, frecuentemente en colisión
con los generales. Es como desnudar a quienes nos representan deficientemente y
a nosotros mismos por tolerarlos. No es problema exclusivo de los
norteamericanos, demasiado habitual que nos mientan o nos restrinjan
información en cualquier rincón del planeta. Aludía anteriormente: somos
artífices de nuestro propio destino. Un proceso lento, difícil y
diacrónico, que observa en avances y retrocesos (Bush, Putin y Berlusconi,
nos dan fe). Evidentemente, estamos en tránsito de la autoridad
formal impuesta a la moral, sustentada ésta en juicios apropiados
y certeros. A fusionarlas coherentemente, para que nuestros anhelos de
justicia insertos en nuestra conciencia social se hagan realidad. No me cabe la
menor duda que las únicas armas que poseemos los no poderosos para
alcanzar tales anhelos están en la LIBERTAD, IGUALDAD, SOLIDARIDAD
e IDONEIDAD conjugadas, según lo expuesto. Es decir la tétrada cultural
que debemos incorporar, asimilándolas, como seguridad de la especie humana.
En fin, aun
sus retrocesos y avances el progreso se desarrolla paulatinamente. Siendo así,
podríamos sentarnos a esperar un futuro más benigno para los humanos. Nada más
alejado: el futuro se construye desde el presente. No nos queda otra que
hacernos cargo de nuestras debilidades y generar conductas positivas que nos
orienten a superar nuestras carencias, ¡Bah! CRECER, con el dolor
intrínseco que implica. Las investigaciones científicas en materia emocional,
aún escasas, nos indican el beneficio del accionar solidario en nuestras
conductas sobre el accionar egocéntrico. Pensemos que generalmente nuestros
líderes-conductores están cortados con esa tijera - cosmovisión individual-
y difícilmente “vean” lo que no pueden “ver”. Los
intelectuales que incursionamos en lo socio-político debemos actuar como exploradores
del tiempo, hacer prospección, vislumbrando un “camino-solución” posible. No
quepa la menor duda que este es un mundo inmaduro, en el cual las
soluciones están acordes a las herramientas que disponemos. Así generamos
paradigmas en lo económico coherentes con nuestro desarrollo emocional como
alejado de lo conveniente para la especie. Nadie puede dudar del beneficio que
ha generado el capitalismo, con solo pensar en la planetarización
alcanzada con un mercado casi unificado, que trasciende fronteras gracias a las
telecomunicaciones e infraestructura desarrolladas a lo largo y ancho del
planeta, emergentes de sus demandas, concomitantemente con un formidable
desarrollo científico y tecnológico que hizo posible tal desarrollo, retroalimentándose
mutuamente (capitalismo y ciencia). Ello, sin correlación en el
conocimiento del hombre en sí mismo y su inserción social. Debemos suponer que
este fue el camino a recorrer, lleno de sinsabores para muchos hombres, pero
que será la base para un futuro promisorio. Seguramente nos toque la
construcción de tal base y no lo disfrutemos propiamente, siendo nuestro
legado. Como así nuestros ascendientes forjaron con su esfuerzo esta mayor,
pero aún insuficiente libertad que disponemos. En definitiva, este es el motor
de la historia humana: aportar los cimientos para su propio devenir,
superándonos como especie en el tiempo. Tenemos las herramientas para ello
y el germen de un mundo solidario que sabe que el individualismo no es, ni será solución alguna como lo ha demostrado hasta el presente: solo para
el beneficio de unos pocos que han expoliado a sus pares, por supuestos
considerándolos inferiores para justificar/consumar tal despojo. Pero aun así,
no pueden comprar para sí y los suyos, una vida afectiva digna, ni
inteligencia, equilibrio emocional, salud eterna... Reitero lo expuesto en las
consideraciones preliminares del presente trabajo: Ni quepa la menor duda
que cuando se alude que “ el dinero no es la felicidad pero se le
parece”, no estamos alejados de una verdad que solo nos recalca que
no hallamos aún otras formas para alcanzar tal felicidad”.
Los
cambios sociales deben emerger desde su seno para que sean eficaces, pero solo
se podrán efectivizar en el plano político, nos guste o no. Por siempre
volvemos a uno de los dilemas humano más controvertidos, expresado certeramente
en cual es primero, si el huevo o la gallina.
Creo que tal opción, en este caso si un desarrollo social elevado es
necesario para plasmarlo en un nivel político superior al existente. O que
primero se requiere una dirigencia política superior que logre tal desarrollo.
Convengamos que más que dilucidar tal dilema teóricamente hay que
interrelacionarlas simultáneamente, logrando un grado de efectividad que nos
acerque con mayor celeridad a nuestros anhelos de JUSTICIA SOCIAL. Incursionemos en el tema: ciertamente se
define a los políticos como aquellos que piensan en la próxima elección
y a estadistas a quienes vislumbran las siguientes generaciones. Si
efectuáramos una encuesta masiva en las sociedades democráticas, en cuanto a sí
debemos ser conducidos por políticos o estadistas, más del 90%
resultaría afirmativa por lo obvio, resultando el resto por los políticos, sus
allegados/beneficiados, y otras yerbas, variadas e inclasificables...
Debemos
destacar que tales estadistas, hiper exiguos en la historia
humana, deben encuadrarse como los aludidos en el nivel superior del grupo de comprensores
en la clasificación de Idoneidad o su equivalente de inteligencia
adaptativa expuestos en el punto 4.4.1 del presente ensayo. Es decir, una
capacidad para pensar en términos abstractos, globales y sistémicos, con un
satisfactorio dominio emocional y sensibilidad social (léase: lectura
adecuada de la conciencia social que lo incluye).
¿Que
impide que se cumpla tal anhelo social? Obviamente
resulta de la conjugación de varios factores que lo hacen posible, pero no
imposible de lograr: Aunque el número de sujetos de tales
características es ínfimo, francamente desconocemos el porcentual, pero
seguramente conllevara varios miles por cada uno de ellos, existen hoy y siempre.
Quien se precie de tal - es inherente
a ese nivel saber cuál es su diferencia intelectual con otros congéneres-
no puede embarcarse en un proceso
político personalista, ya que es incompatible el accionar individual con un
proyecto político positivo socialmente, en los términos de las matriz
propugnada. Tenga ya por seguro que si acepta a participar no posee los
requisitos para estadista. O es muy optimista (léase incauto) o tiene un alto grado de egocentrismo, típico
de nuestra cultura individualista, que incidirá negativamente en su gestión al
afectar su dominio emocional.
Tal
limitación social está estrictamente correlacionada con la falta de
organizaciones de cualquier nivel que se estructuren idóneamente, definiendo a
aquella en los términos expuestos: una conducción interdisciplinaria y en
equipo, como factor gravitante. Nada más alejado que las de nivel político, que
hacen culto del individualismo, a veces en flagrante contradicción con el
origen de sus bases de tinte colectivo (los
comunistas dan fe…).
Examinemos
las reglas del juego político existente:
cada partido recluta - entre sus afiliados o extrapartidarios invitados-
a los potenciales postulantes a los cargos electivos vacantes, por el voto de
sus afiliados. Tal acto eleccionario no es obligatorio, presentándose un tercio
- promedio- del padrón partidario, debiendo cumplir con todo el
requisito legal vigente y convalidado por la justicia electoral. No
hace mucho en mi país se han implementado primarias obligatorias, que reducen
la cantidad de postulantes tanto intrapartidarios como partidarios, sino llegan
al tope mínimo establecido. En fin, un filtro mayor. Estas normas han sido sancionadas por los
legisladores, en cuanto le indican las normas constitucionales. Más aún,
ninguna de ellas impide a un ciudadano de bien acceder a cargos políticos. Este
proceso selectivo es legalmente inobjetable como improductivo, ya que genera
una dirigencia que no satisface las demandas sociales en la materia. O podría
colegirse que estos políticos son lo que
tenemos y merecemos. Es decir, una muestra significativa y
representativa de nuestra sociedad:
Tratemos de
ver paso a paso, este proceso selectivo:
En
todos los casos, la
decisión corre por cuenta propia (aun
inducido por otros), producto de una autovaloración
para el cargo que se postula, considerándose apto para el mismo. Obviamente
serán los otros afiliados quienes decidirán quién ganará. Podrán ser los
mejores entre los postulantes, pero no garantiza su aptitud para el cargo en
juego. Generalmente no hay
vacantes cuando no se halla el candidato apropiado al mismo. Un político ha
tenido que recorrer un largo camino hacia el cargo electivo alcanzado. Tuvo que
autoconsiderarse idóneo para aquel, convalidado por sus pares afiliados en el
proceso selectivo partidario. Una vez electo y en ejercicio del cargo,
demostrar a sus partidarios, sus mandantes soberanos, a los que no lo votaron,
de su probidad para el desempeño del mismo. Cuán difícil, sino imposible,
reconocer sus falencias en el transcurso de su mandato, o antes. Primero su
autoestima, luego sus íntimos, correligionarios, adherentes, críticos...
Evidentemente existen funestos mecanismos, propios de los humanos, factibles de
soslayar tanta desgracia: racionalización,
negación, disociación, proyección... y otros complementarios: soberbia, sobreestimación,
desentendimiento, fijación y algún otro más que Ud. pueda aportar. Evidentemente, desde la misma cuna selectiva
emerge la subjetividad: autovaloración,
autoproposición, con la consiguiente
probabilidad de sobreestimación de sus cualidades individuales - léase narcisismo- o de impulsos
exhibicionistas, una cámara aquí, por
favor, o poseer una información distorsionada del futuro rol político a desempeñar.
Ello, avalado por partidarios de similar visión y estimulado por quienes pueden
verse favorecidos por beneficios colaterales de la política, más allá de
evaluar las reales capacidades del candidato (léase familiares y allegados).
Este análisis
del proceso selectivo de nuestra dirigencia, determina tanto su carácter
legal-inobjetable, como falaz, en
cuanto a que tal proceso recluta lo mejor de nuestra sociedad. Tal proceso no garantiza ni cualitativamente ni
cuantitativamente una técnica de representación fiable. Esto no es lo que nos representa sino aquello que nos ofrecen los
partidos políticos actuales, no lo que nos merecemos.
Cualquier avezado político, ante estas
aseveraciones, dirá que son burdas reducciones de un proceso partidario que implica
un exhaustivo trabajo, concienzudas evaluaciones, análisis, etc... Pero la
realidad nos dará un claro veredicto: el descrédito general de los políticos
emergentes de sus internas partidarias (indefendible). No he referenciado anécdotas de los
políticos notorios, que ratificarían mis aseveraciones. Ellos no crearon las
reglas del juego, devienen. A lo
sumo se les puede endilgar que las mantienen. Sus propias limitaciones los
eximen de culpabilidad. Igualmente, un cambio radical en las reglas de representación,
gestionadas por ellos mismos, no le garantizará su continuidad. Observemos la
realidad cotidiana: solo ante la presión de pruebas irrefutables - a
criterio de la ciudadanía en general- sacrifican a algún camarada en
desgracia ¿Quién les asegura que el día de mañana no sea uno de ellos el
incriminado?
El deber de cambiar las reglas del juego
político, que generan la clase de dirigentes políticos que cuestionamos, es de la sociedad misma. Aunque ésta ya
no los tolera, se halla impotente de hallar soluciones adecuadas por carecer de
interlocutores válidos. No se puede recurrir a aquellos políticos, que con
mejor imagen pública, tratan de revertir tal descrédito. Un técnico-político
experimentado aludió sobre uno de aquellos: "Una monja no puede trabajar
en un prostíbulo”. Desde joven comprendí que no se puede pelear con los malos en sus propios dominios,
hay que obligarlos al cambio de sus armas, sino se pierde.
Este
es nuestro gran desafío actual: generar condiciones sociales propicias para que
emerja una dirigencia que nos merezcamos y nos represente cabalmente. Que
cumpla con un mandato social simple e imperativo: Idoneidad y transparencia
en el ejercicio del poder delegado.
Evidentemente
necesitamos dar un salto cualitativo para poder desprendernos del
individualismo imperante, el cual debe emerger del seno social, plasmándose en
lo político. Los indicios de tal proceso de transición existen y se registran
cotidianamente. Adhiero a la postulación de H. Cronin expuesta en el punto 3 ( La Solidaridad:
un negocio de excelencia) sobre que Internet es el medio para su
desarrollo. El estar en manos sociales es un factor trascendente, aunque
sea viable de ser espiada - Echelon mediante u otro cualquiera-
no pueden distorsionar la información, por simple chequeo del o los autores,
aunque lo puedan intentar. La creación de redes socio-tecnológicas como las
propugnadas en el punto 5.2 permitirá generar nuevas alternativas de cogestión
ciudadanas – locales y/o planetarias- que servirán para el objetivo
perseguido. Así será factible la creación de las Cooperativas Organizadas
Idóneamente (COI) que proporcionaran un desarrollo
personal y social cualitativo. En lo individual permitiendo a los miembros de
la organización alcanzar una autoestima satisfactoria basada en lograr
un nivel de idoneidad acorde a sus potencialidades personales. Ello,
fruto de la integración de estudios y trabajo que redundará en su
capacidad de dar afectivamente a sus seres más queridos y estos recíprocamente.
Sumémosle la seguridad de contención familiar además de la suya, como actuar en
un ámbito de coparticipación, lograran un cambio positivo significativo en el
tramado social, según vimos en el punto 7.2. Asimismo los grupos sociales
afines que inevitablemente desembocarán en una fase política para operar
los cambios que demanden, en coordinación con otros de distinto fin, pero con
igual sed de Justicia Social. La solidaridad e idoneidad fusionadas
hacia el objetivo de la conciencia colectiva social. Un arduo proceso, del cual
emergerán los verdaderos políticos-estadistas, convalidados en la praxis social
respectiva y consustanciado con las demandas sociales. Reitero que el accionar
conjunto de sujetos con un nivel intelectual superior, dominio emocional y
sensibilidad social, insertos en una organización estructurada idóneamente,
participativa y consensual (punto 6.2) potencia sus alcances a niveles impensados
al presente. Esto por una sinergia no obstruida por factores
individuales que la restringen y/o disipan. Este proceso está condenado al
éxito y arrastrará hasta los poderosos, dado que los involucra y son parte de
las generales de ley humana: su evolución hacia formas de vida de nivel
superior que incluyan bienes “razonables” con un desarrollo emocional más
elevado. Las condiciones están dadas. El “camino-solución” es factible: “caminantes
no hay caminos, se hace camino al andar”.
Por último cuesta creer al presente todos los factores
a favor con que cuenta el poder ciudadano, sin su concomitante percepción y
uso: inmensa mayoría numérica, votos, libertad para organizarse,
el conocimiento para cualquier emprendimiento, cuadros de
cualquier nivel en todas las actividades humanas trascendentes ( salud,
educación, justicia, fuerzas de seguridad/armadas, ciencia y técnica, medios de
comunicación masivos, etc., etc., etc.), acceso al crédito: sus
fondos de jubilaciones redireccionados a su propio beneficio, fondos cooperativos
y si es negocio lo que se pretende realizar, el mismo sistema financiero
actual, cuyo objetivo es ganar money, prevaleciendo sobre a quién le presta: pragmáticos.
Ser consumidores por excelencia, que mantienen toda esta parafernalia de
negocios que esto genera (su seguro de vida). Ahorristas en los
sistemas bancarios... Y la frutilla del postre: la posibilidad de intercomunicarse
libremente gracias a Internet, en manos sociales (¿ a esto debe
aludir Cronin como exótico?), con posibilidades de transmitir
sonido, imagen y texto, sin restricciones.
Contrariamente, los poderosos dependen de todos
estos factores, solo pueden contraponer bienes y capital. Fuerza,
aunque quisieran no pueden contra quienes le dan de ganar dinero que sustente
su poder. Solo les queda la poderosa corrupción, cuya efectividad reside en que
sopesa el aquí y ahora sobre nuestros intereses de mediano y largo plazo.
Lamentablemente, para ellos, no tienen ni bienes ni dinero suficiente para
corromper a todos los ciudadanos. Si lo hicieran se cumpliría el sueño comunista,
y seguramente no alcanzaría para elevar satisfactoriamente el confort humano
planetario. Por siempre cuando escucho una diatriba vehemente sobre los
políticos que roban, teniendo un mínimo de información sobre el sujeto que se
manifiesta, le pregunto simplemente y en un tono sin recriminaciones, si él
al estar en lugar del político haría lo mismo, teniendo un 99 por ciento de
seguridad que su respuesta será afirmativa. Y son mayoría los que están en esta
posición. Tanto por envidia como el priva “si yo no puedo, vos tampoco” como un
reaseguro social, nos guste o no. Esto enlazado a las limitaciones del capital,
que alcanza a un número delimitado de sujetos para corromper, amplifica las
posibilidades de cambio. Los hombres no
somos buenos ni malos, debemos aprender a discriminar entre el aquí y
ahora beneficioso y sopesar con los beneficios de mediano y largo plazo,
incluyendo por supuesto a nuestros descendientes y ascendientes. Tales opciones
no son contrapuestas, sino que nuestro nivel de postergación es coherente
con el nivel de maduración existente. Con educación, difundiendo
desde nuestros primeros pasos en la vida, un mensaje simple y efectivo, que nadie
puede dejar de entender: “no hagas a
otro aquello que no
te gusta que te hagan a ti”.
Evidentemente, para acceder a
un mundo mejor se necesitaría modificar la organización política actual, eso
trataremos en el título II
de este ensayo. Quisiera destacar que tratar el tema de una nueva lectura de la
República Democrática, emerge de un
fallido intento de diseñar un sistema automático para el proceso electoral.
Desde hace unos años se insiste con la creación de la boleta única para el
proceso eleccionario, como una solución para evitar distorsiones en el mismo (falta de boletas, partidos intervinientes
el acto comicial y sin visualización, etc.). Modalidad puesta con éxito en
varias provincias importantes, como ser Córdoba y Santa Fe. Cuando se diseña un
sistema implica revisar todos los procesos involucrados, factores como ser:
quien está a cargo del proceso general, como se transfieren los votos, el tipo
de lista ( individual o sabana), la
cantidad de partidos intervinientes, si son primarias, etc. etc.. Francamente
tal revisión resultó funesta para mis creencias, contrarias a casi todas las
formas involucradas, aludidas anteriormente. Además debe ser un sistema dual,
manual y automático, pues no podemos dejar en manos del software la elección de
los cargos en disputa (puede ser fraguado
fácilmente). Se requiere una constatación manual, voto a voto, aunque no
sea en el mismo cierre electoral, sino en el cómputo definitivo. Sorprenden
quienes resaltan lo rápido y eficaz del voto electrónico, cuando prioritariamente
está en juego el destino de la región involucrada. Aunque demorara una semana
el conteo manual, sería bienvenido. Más aún si convalida el proceso
electrónico. El resultado es lo importante no
la velocidad, debe tomarse el sistema automático como provisorio… En fin, tantas objeciones personales determinaron
que quedara abortado el proyecto. Pero no
por ello, observando nuestra penosa situación del presente, dejar de pensar una
cosmovisión diferente a la actual.
Lamentablemente, los argentinos estamos
padeciendo al presente un sistema republicano, que además de deficiente per se,
está siendo distorsionado en todos sus componentes. Ninguno de los poderes
cumple con los preceptos republicanos, el PEN
incumple las sentencias de la Corte,
remite leyes, sancionadas en forma exprés por la mayoría del partido de
gubernamental (irónicamente se llama al
Congreso de la Nación como “la escribanía del Gobierno”), sin debates
interparlamentarios y con interpretaciones que perturban el accionar del poder
judicial. Hasta el extra-poder resulta parcial a
todas luces - el Ministerio Público- generando una división entre los antiguos
jueces/fiscales, tildados de “corpo” y los adictos expresos al gobierno, más
allá de quien tenga “verdad”. Sintéticamente, podríamos ilustrar con lo
siguiente: el Presidente de la Suprema
Corte, expresa que el “poder judicial
constitucionalmente debe limitar los excesos de los otros poderes”. Días
después el Poder Ejecutivo Nacional,
rebatiendo tal observación: “mi único límite es el pueblo”.
Obviamente siendo un lego a nivel
jurídico, tengo una concepción sistémica razonable, que permite una visión
global de la República Democrática
Representativa y Federal, que puede contener errores jurídicos pero
difícilmente sistémicos. O muy osados para el presente. En fin, que pueda al
menos servir de base para otros trabajos, por supuesto interdisciplinarios.
Una lectura acorde al siglo 21
Cualquier proyecto – aun este punto II del
ensayo, en sí un breve bosquejo- requiere para su correcta formulación de tres
factores: Que se pretende obtener, Como se logra tal pretensión y Quienes lo implementaran. Tales
factores deben estar integrados para la consistencia y congruencia del proyecto.
El Que a esta altura de la experiencia humana y teniendo en cuenta un
grado de cordura razonable, resulta controversial en cuanto a los medios no para los fines. Todo gobierno
manifiesta que pretende mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, utilizando
los recursos que estime corresponder, más allá de lograrlo o no. "No
importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un
buen gato" Dèng Xiǎopíng (líder comunista chino, propulsor de la economía de mercado
imperante en su país al presente).
En cuanto al Como, hasta hoy no hemos hallado modelos de gobierno que superen al
de una república democrática.
Evidentemente las falencias expuestas mundialmente en su instrumentación no lo eliminan como alternativa,
ya que pueden ser superadas con otras formas de implementación que la tornen
productiva para alcanzar el objetivo deseado: mejorar la calidad de vida humana. Tal aseveración, relativa a
lograr otras formas, es el intento a bosquejar en este estudio. Asimismo
intentar develar las causas que generan los fracasos, demasiado frecuentes…
El Quienes será el tema controversial de este ensayo. A esta altura
del conocimiento, ya aludimos a las carencias de instrumentos que nos permita medir fehacientemente el nivel de
capacidad de los humanos, como sí nuestra altura o peso. Nos debemos limitar a su producción, factor restrictivo dado
que debe adecuárselo a un contexto y garantizar su sustentabilidad en el
tiempo; ergo, no siempre factible de evaluar en su coyuntura. Estimo que aunque
no haya instrumentos fehacientes, hay niveles superiores de inteligencia adaptativa, verificable
por conductas inteligentes y equilibradas emocionalmente en sujetos que han
experimentado un alto training en su metier, permitiendo tal proceso acceder a
una generalización de los recursos disponibles, logrando los mayores niveles de
perfomance (ver título I punto 4.4.1)
Sería inocente pensar que solo con
“iluminados” avanzaríamos hacia una mejor calidad de vida. Estos sujetos deben ser demandados por los ciudadanos, los cuales
delegaran el poder de su representación, pero también serán su sustento, o
destitución si así no cumplieran adecuadamente el ejercicio de sus
responsabilidades. Es decir aquellos – los representantes apropiados- serán una
parte del todo. En fin, una estructuración jerárquico-consensuada cuyo nivel
superior dependa del nivel inmediato inferior, y así sucesivamente… según lo ya
expuesto en el punto 6.2 del título I.
Si tomáramos lo propugnado en el texto del presente ensayo, sería una
mera hipótesis, buena o mala, sino
se confrontara / internalizara en la sociedad. Apelar a la instalación del
conocimiento, a través de quienes poseen las mayores capacidades para
representarnos y guiarnos a un futuro mejor. Este será un proceso que demandará
un periodo extenso e iniciado en todos los estamentos de enseñanza. En fin,
simplemente el tan instado y ocasionalmente cumplido: “EDUCAR AL SOBERANO”, única forma del progreso…
Ha sido suficientemente probado que los votantes elijen a
sus candidatos como un acto emocional, alejado del razonamiento. Esto valido
para muchísimos aspectos trascendentes de nuestra vida (económicas, salud, afectivas, etc.). Recalquemos que toda especie
requiere de medidas de seguridad
para subsistir en el tiempo. Los humanos, dotados de la posibilidad de
“razonar”, aunque no sea nuestra forma habitual de proceder, nos podemos confrontar con la
posibilidad de la estructuración lógica, ante la presencia de nuestras
emociones que constituyen nuestro sustrato y bagaje ancestral.
Consecuentemente, requieren que tales medidas de seguridad resulten
conceptuales y que las mismas exijan una asimilación progresiva, tanto en su noción como en su implementación, generación tras generación.
¿Será el huevo o la gallina?
¿Esperaremos al futuro para que la evolución de la educación genere dirigentes
que nos representen apropiadamente?, o de impulsar al presente desde la
política – con representantes idóneos-
una revolución educativa, aun considerando las deficiencias que conllevaría tal
intento. El futuro se construye de las
decisiones del presente, y vale la pena por nuestros descendientes…
2. REPÚBLICA DEMOCRÁTICA: (descripción ilustrativa / comentarios)
En democracia lo esencial es que la
soberanía sea ejercida por el pueblo
a través de sus representantes.
Elegidos éstos periódicamente, ajustado a las normativas respectivas, locales
y/o nacionales, y contabilizando “un
voto” igual a “un ciudadano”, sea el sistema electoral directo o indirecto. La representación directa del pueblo
deliberando es prácticamente imposible en los volúmenes de habitantes
aglomerados en pueblos o ciudades actuales, restringiéndose su participación a
través del voto periódico, siempre que se elija representantes, o plebiscite
temas de interés general. Sí
lo es en formas restringidas, como ser audiencias, asambleas, y cualquier otra
forma que el número de involucrados fuere acotado. En fin, es un concepto que se ha
internalizado como cuantitativo, ya
que es determinado el resultado por su número, que responde a las mayorías
simples y/o preestablecidas.
Convengamos
que la utilidad social de la democracia es una garantía – también denominada
antídoto- contra las dictaduras por
siempre existentes. Aunque ello dependerá de otros factores, que pueden
bastardear tal finalidad. Asimismo no
garantiza la “razonabilidad” de la
elección ejercida a través del voto. Lamentablemente en la historia humana han
operado artilugios / chicanas/ manipulaciones instrumentadas por dirigentes
políticos y sociales; tales distorsiones han perturbado el contexto general,
cuyo costo finalmente pagan los propios ciudadanos, que ungieron con su voto – directo o indirecto- a funcionarios
electos y/o normativas alejadas del espíritu democrático anhelado socialmente.
Intencional o no, poco importa… tan solo
importa el padecimiento sufrido por los pueblos: guerras, tiranías,
populismos exacerbados, fraudes, genocidios, etc., etc., …
Un
balance de la historia humana al presente nos indica que la democracia en sí misma ha sido ejercida
pobremente, dado que requiere – para su
efectiva consolidación- ser consustanciada con los principios galos: la libertad de opinar, sin restricciones
cualesquiera fuere el medio; de transitar
espacios comunes; la igualdad ante la ley y de oportunidades,
fuere cual fuere su identidad personal. Libertad e Igualdad responden a lo
individual, que como hemos descripto precedentemente han sido vulnerados
constantemente a lo largo de la historia, sin discriminación de ninguna
naturaleza (país, sexo, raza, religión,
ricos, pobres, extranjeros, nativos, etc.…). Nos resta Fraternidad – creo que hoy, freudianamente- sería más adecuado
reemplazar tal principio por el de Solidaridad,
que incluye aquél quitándole las connotaciones de rivalidad psicoanalíticas.
Tales conceptos – lejos de aplicarse taxativamente en cualquier sociedad, aun
las más avanzadas- conforman la
seguridad de la especie humana y a su consolidación debemos dirigirnos.
Obviamente
para que la democracia sea realmente
efectiva para los individuos– como lo describimos precedentemente- requiere de
un sistema de gobierno apropiado. Hasta el presente– en los países
presuntamente civilizados- el sistema
predominante es el denominado republicano.
El mismo implica un marco legal, por lo general una constitución como ley
fundamental y la división del poder entre un ejecutivo , a cargo
prioritariamente de la gestión gubernamental
; un parlamento que dicta el
marco regulatorio vía leyes, siempre acorde a su ley madre; y un sistema de justicia que aplica y dirime
sobre las mismas; tales poderes deben ser independientes
entre sí, condición sine qua non del
sistema a los efectos de garantizar el equilibrio entre los mismos, a los
efectos que no perjudique al soberano. Evidentemente estamos lejos, muy lejos, de que tal combinación – democracia y república- satisfaga las
necesidades de sus respectivos pueblos, cualquiera sea la sociedad (desarrolladas, en desarrollo o emergentes
que han adoptado tal paradigma). Muchos intelectuales estiman que aún no
contamos con las herramientas sociales que puedan conjugar el espíritu
democrático galo con una forma de gobierno. El sistema político vigente no
lo ha logrado, ya que bastardea constantemente la república. Tanto en quienes se ajustan férreamente a la
independencia de los poderes, sin una articulación racional entre los mismos;
los que solo aparentan ser independientes, y quienes lo soslayan abiertamente
acorde a sus intereses partidarios/ideológicos, afectando la calidad de vida de sus habitantes.
Igualmente,
convengamos, que el concepto de democracia
en sí misma, vinculado a lo cuantitativo ha sido internalizado en los
individuos, aun poseyendo un nivel educativo básico. En la cotidianidad, en sociedades - fuere cual fuere su
nivel de desarrollo y volumen- cuando se toman decisiones por unos pocos,
afectando a las mayorías excluidas, se percibe a nivel piel por los miembros de
la sociedad respectiva/ relegada. Tal arbitraria exclusión es vista socialmente
como antidemocrática e irritante, independientemente de las
consecuencias que genere. Cruenta o no,
seguramente no habrá olvido para tal proceder (queda registrada en la memoria colectiva, prevaleciendo lo emocional
sobre la información respectiva).
Todo lo
expuesto precedentemente no es más que una somera delineación del estado actual
de nuestras sociedades civilizadas, nada novedoso, solo descriptivo. Pero es un
problema que requiere solución/explicitación y debemos buscarla aunque los
aportes sean mínimos o insuficientes. En el título I, he expuesto un modelo de matriz social que conjugue la solidaridad con la idoneidad, incluyendo los principios de igualdad y libertad (emergentes de la revolución francesa de 1789),
como el sistema republicano democrático. Adhiero a éste, pero creo que república y democracia no están reformulados acordes al
siglo 21. Tal reformulación debe reorientarse a considerar la representatividad
del soberano. Es decir, los parámetros que deben considerarse al elegir a los
dirigentes con responsabilidad social y al ejercicio de su poder, según lo
expuesto en el presente ensayo (punto 4.4.1 del título I ).
3. UNA LECTURA RACIONAL DE LA
REPRESENTATIVIDAD
Una revista nativa relataba las
funestas experiencias de una familia ucraniana en la Argentina (cuyos miembros desconocían el idioma español
a su ingreso ), que habían emigrado luego de la caída del muro de Berlín y el consecuente desmembramiento
de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El padre, médico
ex-director de un hospital en Kiev, debía
trabajar en nuestro país como paramédico en una prepaga. Resultaba racional que
el idioma le impedía ejercer su profesión y menos lograr que pudiera revalidar
su título médico ante la facultad de medicina local. Estime que con lograr la
adecuación idiomática podría volver a ejercer su metier sin inconvenientes,
cumpliendo requisitos locales que validaran su profesión… NO. Se le exigió cumplir todo el recorrido educativo nativo:
primaria, secundaria y universitaria… ( un
chiste de mal gusto).
Pensaba si por alguna razón, alguno
de los integrantes o redactores de las normativas nativas que le impedían
actuar como médico, en un viaje por la otrora URSS, hubiesen tenido un problema imprevisto de salud, debiendo
recurrir al hospital que el profesional ucraniano trabajaba, le hubiesen
exigido que hablara castellano y si estaba habilitado para intervenir a un
argentino en su dolencia ( otro chiste).
Ni hablemos cuando se migra temporariamente a
otros países, como ser Argentina,
que tiene servicios privados y públicos de calidad en muchas especialidades (oncología, odontología, estética, etc.) o hacia Cuba por servicios de asistencia personalizada en traumatología, a
un costo irrisorio comparativo a países del primer mundo. A ningún extranjero
se le ocurriría pedirle que hable su idioma y si su titulo
esta revalidado en su país de origen. Es decir, priva la idoneidad sobre el espacio.
¡ Tiene algún sentido mantener el
criterio de territorialidad o las autosubjetividades inherentes a los
procesos de selección de nuestros representantes políticos, frente a la
trascendencia de la idoneidad en el
ejercicio de sus funciones gubernamentales¡ Alguno podrá decir que ello no garantiza transparencia en el ejercicio
de sus funciones políticas respectivas.
Por supuesto, pero el accionar en equipos -disciplinarios e
interdisciplinarios- genera una garantía de autocontrol grupal de los miembros
de los mismos (única forma de gestionar
eficientemente). Más aún quienes deben asumir responsabilidades sociales de
alto rango, de un nivel intelectual superior al medio, abona la imposibilidad
de la asociación ilícita, dado que advierten la gravedad penal que ello
involucra). Resulta incomprensible a esta altura del desarrollo humano que las
conducciones trascendentes sean depositadas en una sola persona, válido para
cualquier tipo de organización social o política ¡Cuantos horrores se han
cometido por dejar en manos de un sujeto las decisiones que competen a conjuntos
o multitudes ¡ Peor aún cuanto se han
ocultado ( los yerros) para no
aceptar las consecuencias de los mandantes de ese unipersonal ¡ Esto vale para las organizaciones privadas,
civiles y publicas. El accionar en equipo garantiza
el mayor grado de certeza en las decisiones. La subjetividad es inherente al individuo, el equipo nos acerca a la
objetividad posible. Estimo que la conducción estratégica debe ser un
órgano colectivo, cuyos miembros deben tener un nivel intelectual superior a la
media y un nivel emocional equilibrado. Tal experiencia, infrecuente en general
(menos aún el ámbito público),
involucra una sinergia emergente de miembros cuyo capacidad de abstracción,
globalización y sistematización (léase en
términos de Robert Reich: Analista
de símbolos) ponderará la calidad de las operaciones a su cargo, como la toma de decisiones en su justo momento.
Conceptos del presente párrafo ya expuestos más detalladamente en el título I, punto 6.2
del presente ensayo.
3.2 Representatividad
de las sociedades:
Podría afirmarse con seguridad que
los modelos de representación política distrital, basados tanto en la
proporcionalidad de votos, como en forma directa del mismo han sido de una
efectividad generalmente pobre, con la excepción de aquellos representantes que
tenían valores positivos ( tal excepción no hace a la regla). Si transitamos
la era del conocimiento no sería más
razonable que las sociedades estén representadas por sus mejores hombres y no por las subjetividades relatadas
precedentemente en este ensayo, tanto a la elección que propugnan los partidos
políticos actuales como los asesores nombrados por los políticos, que no
satisfacen apropiadamente las demandas sociales que les competen. Asimismo la idoneidad prevalece sobre el
espacio. Mantener tal esquema selectivo territorial nos ha conducido a que
los políticos sean denostados en la mayoría del planeta. Deberíamos adicionar a
lo expuesto en el punto precedente, que las personas que han logrado un nivel
de idoneidad superior – que incluye un equilibrio emocional- implica tener responsabilidad
social, dedicación y fundamentalmente ser gente de bien ( definida tal cualidad por los otros). Aunque al propugnar el
trabajo en equipo, éste generará un marco de contención a los posibles desvíos
de conducta, según aludimos precedentemente.
Solucionaríamos también un problema
grave que se produce en la carrera de un político, cuyo perfil es generalmente
difuso, aunque sea un profesional, dado que al no estar actualizado en su
actividad pierde posibilidades con sus pares. Muchas veces son utilizados por
empresas en sus directorios como lobista para “interceder” positivamente para
la organización que lo contrata, seguramente no para la sociedad que otrora
representaba. Como tales posibilidades no
son para todos, otros tratan de perpetuarse en cargos públicos para su
sustento personal, hasta llegar a una edad que puede jubilarse
preferencialmente. O, de mayor gravedad incurrir en “negociados públicos”, para
asegurar su ulterior sustento.
Si se opta socialmente por sujetos
que poseen una idoneidad acorde al cargo a desempeñar, fundamentalmente en el
electivo, con un mandato limitado, se mantendrá actualizado en su carrera al
interrelacionarse tanto con pares de similar nivel como de otras actividades
profesionales, resultando productivo para su bagaje personal, ampliando tanto
sus conocimientos particulares como los generales. Tal carrera pública será
útil al reintegrarse a la actividad privada, tanto por su enriquecimiento
personal profesional, como actuar de lobista pero en un sentido positivo.
Resulta importante en nuestra vida haber estado de los dos lados del mostrador.
Sin excluir que pueda volver al ámbito público como un asesor correctamente
posicionado u obtener un cargo gubernamental, según el tipo de personalidad que
le atañe. Hay gente que puede sentirse más identificada con un accionar social
y otras en la esfera privada compitiendo en el mercado. Obviamente, reitero,
dependerá de su perfil personal (hay de
todo en la viña del Señor…)
Aludíamos anteriormente en los
puntos respectivos, que lamentablemente no existen instrumentos confiables para
medir la idoneidad, debiéndonos remitir a lo producido por el sujeto en su
trayectoria social. Aunque imperfecto, es factible de lograr a través de
Cámaras empresariales, Centros de investigación, Asociaciones civiles, etc. que
puedan designar sujetos que hayan denotado idoneidad en su accionar respectivo,
acorde al cargo electivo respectivo. A su vez sometidos a audiencias públicas
convergiendo quienes lo avalen en su conducta profesional y humana como sus
detractores. Así obtendríamos profesionales que nos representarían
apropiadamente en el desempeño de sus funciones, acorde a las demandadas por el
sistema republicano. Asimismo deben ser ratificados por los partidos políticos,
ONG, otras organizaciones civiles conexas a su futuro metier, limitando las
posibilidades de error en la elección. Obviamente habrá fallidas elecciones,
pero ello nos permitirá mejorar los mecanismos
de selección que hemos propiciado desde esta propuesta inicial. Lo que sí es
seguro, que serán mejores que los representantes actuales…
3.3 Observaciones respecto a quienes
deben ser idóneos:
- El mayor nivel de los sujetos que
pueden analizar símbolos, estaría dado por aquellos que comprenden que insoslayablemente
tienen que poner ese don al servicio de su comunidad. Esto implica incursionar
en la política, directa o indirectamente, que es el único medio para lograr resultados positivos que redunden en el
bien social del cual son parte indivisible. Que los beneficios que obtengan
serán por añadidura, siendo reconocidos por la sociedad.
-
Que tiene que tener conciencia
que es aquello que lo diferencia de los sujetos de un nivel inferior a sus
cualidades. Esto le permitirá dirimir con claridad las discrepancias que
emerjan en su ejercicio gubernamental. Asimismo, tal conciencia le permite
evaluar que su mayor capital es el conocimiento obtenido, el cual lo
acompañara en su vida útil como profesional, garantizando su sustento. Ergo,
rifar el mismo por money – léase corromperse- será un error que seguramente no
cometerá, dado lo visible de tal proceder, del cual difícilmente se vuelva…
-
Un analista de símbolos o un comprensor – en mis términos- que capta la
relación del todo con las partes, tiene que saber que el poder que ostenta esta
delegado por sus subordinados (desde un
ayudante jerarquizado hasta cualquier ciudadano, ambos con igual equivalencia).
Tal afirmación podríamos compararla a qué pensaría el corazón si el cerebro se
auto-designara rey del cuerpo humano; se reiría tanto como el hígado, el
páncreas, o cualquier otro órgano del cuerpo. Este actúa como un sistema que
exige complementación entre las partes para la subsistencia saludable del
mismo. Asimismo, una organización social debe estructurarse jerárquica y
consensuadamente. Es decir, que el poder de representación deviene de las bases
que los sustenta y les da su sentido a tal representación, conformando un todo interrelacionado, eliminando la creencia que la suma de la partes
es igual al todo (tan común en el Estado,
para su/nuestra desgracia).
3.4 Falso dilema:
técnicos o políticos:
Por siempre se ha discutido – y ya
lo hemos referido precedentemente- si los políticos deben ser técnicos, que
teóricamente nos remitirá a una mayor productividad en los asuntos de estado, o
políticos dado hay temas que requieren una cosmovisión de mayor amplitud que
sobrepasa a una visión tecnicista… Pero la historia es cruel y nos muestra
tanto a técnicos como políticos fracasando, no importando el orden : políticos
consultando a técnicos o viceversa. Esto incluye a los empresarios exitosos que
difícilmente puedan leer la estructuración
social igualmente a la del mercado, aun siendo su mismo ámbito. Siempre falta algo…
En el caso de los sujetos que
propugnamos, aludíamos a la capacidad de generalización
del uso de los recursos técnicos,
físicos y humanos, que les permite una lectura de las demandas ciudadanas.
Insoslayablemente para adquirir estas cualidades genéricas, requieren haber
transitado por un conocimiento técnico específico profundo, que al poseer las
capacidades de abstracción, globalización y sistematización les permitirá pasar
a ese salto cualitativo que los define como analista de símbolos.
Esto disuelve la disyuntiva entre
técnico o político dado que para tener las capacidades intelectuales descriptas
precedentemente, requiere previamente su ejercitación. Ésta generará en el
transcurso del training los respectivos insights,
que se alumbraran/conformaran temporalmente – que incluye su evolución
personal- el pensamiento genérico sobre el conocimiento humano. A esta altura
de la historia (y del conocimiento),
podríamos definir que tales dones se ejercitan
no se aprenden. Evidentemente
prevalece el don y su ejercitación
plena, sobre la educación. Ésta cuando mayor sea su nivel, redundará
positivamente, amplificando tales virtudes.
3.5
El Contexto Social de una república democrática.
Podríamos inferir que la selección
de los representantes idóneos aludidos, dependerá exclusivamente de un contexto
social que lo demande y exija. Sin educación de calidad a nivel masivo jamás se
llegara a ello. Los que pretendemos ser
intelectuales debemos asumir un compromiso para que la sociedad debata que
nuestros descendientes adquieran un nivel de conocimiento tal, que le resulte
inadmisible que quienes los representen gubernamentalmente no sean idóneos en el
cargo respectivo. Ello implica que emerja previamente una clase dirigente que
conduzca a su nación hacia tal destino. Lejos, muy lejos de los actuales.
Asimismo un nivel de consustanciación de los mismos en tal proyecto, con una
premisa africana, anónima y genial: “siempre con los pies en la tierra, sin dejar
de mirar por un instante a las estrellas”… Pusilánimes, fuera…
Asimismo, debemos reformular los
conceptos actuales de república transformándolo en un sistema interactuante, lo
cual podría incorporar otros niveles institucionales que no distorsionen el
concepto e integren a la comunidad
respectiva con sus representantes. Que los poderes resulten independientes no implica que no actúen articuladamente, sin
colisionar ni interferir entre ellos.
4. Esquema
de una República Democrática actualizada. Definiciones de cada uno de sus
componentes.
4.1 Esquema:
( clic aquí otros navegadores)
4.2 Consejo Consultivo Económico y Social (
CCEYS)
Tanto el Poder Ejecutivo como el
Parlamento, tienen definidas esencialmente su labor: gestionar y legislar
respectivamente. Dado que sus miembros son elegidos por el pueblo y
territorialmente, son sus verdaderos representantes. La experiencia cotidiana
nos muestra que tal representación no
es la más adecuada, atento a que deben lidiar muchísimas veces con sus
postulaciones religiosas, personales, del partido que representan o de la
región que les dio su mandato. Esto se denota cuando exponen comentarios sobre
determinadas acciones que muchas veces confrontan con sectores poblaciones, ya
sean minoritarios o mayoritarios. Estimo que debería diferenciarse su labor de
gestión o legislación, del carácter representativo del pueblo.
Al respecto emerge la consideración
de este Consejo, el cual su misión
esencial es transmitir la voluntad popular en todos los estamentos económicos y
sociales. Un órgano consultivo que no
puede ser soslayado por el criterio de un partido gobernante, o personalismos.
Su constitución apunta a representantes transitorios
de los sectores preponderantes de la sociedad respectiva: gremial, industrial,
comercial, académicos, derechos humanos, deportivo, etnias, periodismo gráfico/digital,
etc., etc.,. Estamos hablando de un número
considerable de sujetos que representen a la sociedad misma, logrando un mayor
nivel de transmisión hacia la ciudadanía en sus respectivas actividades.
Tómenos un ejemplo: el representante gremial sería el secretario general de las
confederaciones generales, o quien se designe por ellas. Tendríamos un sujeto o
varios que deberán consultar con sus bases y a su vez con sus pares, tanto de
igual metier como otros miembros del
consejo de ámbito diferente, conexo o no. Es decir ampliamos la base de
consulta evitando restringir las opiniones personales, extendiéndolas,
garantizando un mayor ponderación del sentir ciudadano, tanto cualitativa como
cuantitativamente.
Cada acto trascedente del Poder Ejecutivo o Parlamentario, debe
ser remitido a este Consejo el cual
a su vez retransmitirá a sus bases, quienes generaran los aportes que
consideren necesarios. La tecnología actual nos permite conectarnos
inmediatamente, más aún generando una intranet con los miembros del Consejo, el cual deberá dictaminar su
opinión en un documento que será público. La idea sería la de consensuar hasta
la votación por mayoría simple, o calificada, si fuera del mayor nivel a
definir.
El carácter público de su opinión, de ser contraria a la
remitida por el poder originante, deberá ser debatida/confrontada social y
mediáticamente, hasta llegar en caso de discrepancias a plebiscitarlo. Pero
esto no es el objetivo, sino lograr un consenso
que nos ayude a integrar: según el
diccionario, aunar, fusionar dos o más conceptos/corrientes, divergentes entre
sí, en una sola que las sintetice. Destaquemos que su interacción de
integración no solo será interna, sino con los otros poderes.
Los representantes elegidos por las diversas entidades
civiles, estarán sujetos a objeción por la ciudadanía en Audiencias Públicas.
Se podrá objetar que pueden resultar un fiasco, pero eso dependerá de su
accionar y la elección de la entidad que emerja, aspirando una madurez social
de las mismas (léase mejor calidad de sus
dirigentes). Además su carácter transitorio/impugnable por siempre.
Asimismo no podrá tener vinculaciones con el Estado en forma personal ni
societaria. Si será honorario o no, es un dilema. Estimo que el interés de las
distintas entidades que conformen el Consejo
hará que se seleccionen hombres idóneos – es decir consultores consustanciados-
y que su labor le redundará profesionalmente. Elementalmente se deberán
reconocer gastos incurridos (gratis
seguramente será más caro, controlados por la Auditoria General de la Nación).
La intranet aludida eliminará la
generación de un elefante público, restringiéndose su accionar a los despachos
institucionales que representan respectivamente.
Convengamos que el mayor nivel de
conducción estratégica de un país es el PEN,
sea un primer ministro o un Presidente. No creo necesario extenderse en el
vicepresidente, dado que han sido considerados, general y equívocamente como
aliados traccionadores de votos, de un nivel supuestamente inferior a su
superior… (cuantos países hemos pagado
por tal subestimación)
Es insoslayable conformar equipos
para la conducción, más aún en la estratégica, en la cual requiérese que la
misma sea multidisciplinaria, en
virtud de la vasta complejidad que involucra los intereses de una Nación.
Diríamos un gabinete como los actuales,
cuyos miembros – en general denominados ministros- tienen a su cargo áreas de
interés general para la ciudadanía (
salud, educación, seguridad, economía,
trabajo, justicia, etc.), siempre subordinados al Presidente o
Primer ministro que los designó. Generalmente ante situaciones críticas se los
utiliza como fusibles para prevenir la figura del elegido, debiendo dejar su
cargo, muchísimas veces sin razón, o demasiada, por su impericia. También sus designaciones
tanto pueden obedecer a su alto conocimiento en el campo que asume, sea
partidario o extrapartidario, como a preacuerdos electorales de alguna fracción
partidaria o cualesquiera fuere su origen. Ninguno garantiza que su idoneidad lo respalde en su accionar, dado que en definitiva será quien
preside el que tome las decisiones finales.
Que nos dice esto: que un equipo así
rara vez funcione adecuadamente. Recelos entre ellos, internas partidarias,
sumisión, altanería, personalismos, etc., etc., conductas que enturbian el
proceso de gestión que pagamos cotidianamente los ciudadanos. Un equipo debe
ser de pares a los efectos de sostener sus posiciones en los temas de debate,
sin ser menoscabado por la posición asimétrica con el premier/presidente.
Actualmente, al ser designados, no electos, estos miembros en
muchísimas oportunidades optan por el silencio como resguardo a su cargo, ya
que apoyar a otro ministro contradiciendo al superior electo, implicaría su
renuncia y perder sus privilegios/objetivos positivos o espurios. En
definitiva, generalmente pagamos los
ciudadanos.
Ya aludimos lo cruento que ha sido
en la historia humana dejar en manos de una persona las decisiones del
conjunto, más allá del nivel intelectual del sujeto. La desestimación de yerros
de parte del partido gobernante(s), del delfín puesto a cargo, dado que de
aceptarlos, se verían involucrados/inculpados. Este mecanismo de proteger a
quien nominamos, como minimizar/racionalizar los yerros acontecidos, evitando
involucrase en el fracaso, es viable en cualquier organización social (léase privada o pública). Ciudadanos y
accionistas han pagado - sin muchas veces enterarse- de sucesos que de ser
publico eyectarían a las nubes al responsable (humanos somos)…
Es hora, por lo menos en la esfera
pública, de establecer que las conducciones ejecutivas estratégicas sean
colectivas, conformando equipos multidisciplinarios cuyos miembros respondan a los
amplios intereses nacionales. Elementalmente estos miembros deben tener las
cualidades descriptas precedentemente: formación técnica afín al área que le
compete y capacidad de generalizar, equilibrio emocional, según todo lo
expuesto en los puntos referidos, al aludir a quienes deben ser los representantes del pueblo soberano.
Un equipo de tal característica posee dos virtudes, sumamente escasas al
presente: tienen un objetivo univoco, nada más que de mejorar la calidad de los
ciudadanos de la comunidad respectiva, y el de generar una sinergia potentísima
en virtud de la calidad de los miembros intervinientes, redundando en una toma
de decisiones en tiempo y forma, suprimir burocracia, etc. Además, reitero, que
sujetos de tal nivel comprenderán el peligro de la asociación ilícita- parcial
o total- restringiendo el nivel de corrupción
asiduo en los cargos de gobierno.
Dado que en este poder prevalece la gestión, resulta indispensable contar con las
herramientas adecuadas. Es necesario generar una estructuración administrativa profesional de la mayor calidad posible,
que provea al Ejecutivo en los
múltiples aspectos involucrados en su tarea. Suelo ejemplificar que cada
ministerio/secretaria está estructurado como esas esferas espejadas, compuesta
por cientos o miles de cuadraditos, representando cada una de ellas a una
unidad de gestión administrativa de su especialidad. Generalmente nominadas
direcciones en sus diversos niveles de importancia (Nacionales, Generales y de Área), cuyo accionar productivo determinará
la calidad de gestión. Ergo, resulta indiscutible que tales cargos deben ser
asignados por concursos públicos abiertos, insospechados de padrinazgos
políticos circunstanciales, revalidados en el tiempo.
Asimismo, requiérese de Organismos Expertos (autárquicos, incluyéndose presupuesto propio
pautado y controlado externamente) que satisfagan la información técnica necesaria,
en virtud de la calidad profesional que debe exigirse a los integrantes de los
mismos. En otras palabras, que no dependan del partido gobernante de turno,
sino al propio Estado. Obviamente si el Poder Ejecutivo observa con fundamentos
fallas técnicas podrá remover/reformular a los mismos, con intervención
extra-poder para evitar distorsiones políticas tan frecuentes (p.e. Auditoria parlamentaria). Asimismo
tales organismos (estadísticas,
tecnología industrial / agronómica, hídricos, marítimos, control monetario,
etc., etc.,…), serán los que deban controlar a sus mandantes cuando estos
distorsionen – sin fundamentos- las
peticiones sociales que le dieron origen, recurriendo ante tal distorsión a
otro poder. Un doble control mutuo, del
gobierno sobre el estado y viceversa, un reaseguro de posibles falencias.
Estimo que un partido político de
envergadura puede generar un equipo como el expuesto, partidario o
extra-partidario, definiendo mínimamente su adhesión al sistema republicano y
un programa de gobierno que se ajuste a la realidad imperante. La ciudadanía
deberá decidir, entre los partidos y sus equipos, que se postulen cual es el
que satisface sus demandas y los mandatos constitucionales respectivos.
4.4 Poder
Legislativo Nacional
La
diversidad de la constitución parlamentaria, emergente del acto eleccionario
y proporcional al territorio pertinente, genera un variopinto profesional,
religiones, etnias, sectores productivos, sexo, etc. que daría un supuesto
aval de las variadas leyes que le competen sancionar. La realidad así no lo indica, pues quien tenga
una especialidad técnica y haya tenido que lidiar con la aplicación de leyes
afines a su metier, sabe que las mismas adolecen de fallas mínimas hasta
grosas. Los
legisladores están al corriente de estas deficiencias y como cobertura aluden
a que la política es el arte de lo posible (las leyes son siempre rectificables).
Evidentemente existen otras razones que se interrelacionan, superando a tan
burdas simplificaciones: el
deficiente nivel técnico-informativo del Congreso y la calidad de nuestros
legisladores. Una
ley se estructura básicamente de la siguiente forma: el objetivo perseguido,
la información técnico-legal respectiva y el texto final (síntesis de ambos). La calidad
informativa es fundamental, dado que ella incidirá directamente, positiva o
negativamente. Ni hablemos de las limitaciones del lenguaje
escrito, que aunadas a las deficiencias informativas, muchas veces terminan
siendo distorsionadas en sus objetivos, vía dictámenes jurídicos - interpretaciones-
que
cuelan intereses contrarios al espíritu legal. O inadecuadas
instrumentaciones originadas en la misma ley, o en su reglamentación por el PEN, que en diversas
situaciones contrarían abiertamente a la misma, intencionalmente o no.
Asimismo
el asesoramiento inapropiado es
uno de los factores incidentes en la calidad informativa. Consideremos que
los asesores legislativos, tanto
lo pueden ser por sus conocimientos como por compensación de favores
recibidos. O lo que es peor, dado que el que los contrata poco sabe del tema,
da igual el nivel del mismo. Si no median razones "políticas",
no hay
duda en vincular el nivel del asesor con el del asesorado. Coherentemente con lo expuesto
con la conformación del PEN, deberíamos conformar un
parlamento que responda concomitantemente a los ministerios designados en
aquel, con la calidad de sujetos aludidas en el presente ensayo. Así
tendríamos un tándem profesional entre ambos poderes, que garantizará una
legislación adecuada, sumando al Consejo propugnado al cual deberá remitirse
cualquier proyecto de ley, dado su carácter consultivo, como a los partidos
políticos existentes. Sin excluir – inexcusablemente- a quienes estén involucrados
en la temática respectiva a la normativa. Es decir a quienes intervengan en
el teatro de operaciones reales, prescindiendo de los “asesores” (aludidos en este texto). Podríamos
afirmar que tal forma de consulta aludido, nos permitirá reducir el número de
los miembros de las respectivas comisiones parlamentarias y su staff (generalmente, en igualdad de correlación
con los ministerios), al reducir personal asesor permanente y la cantidad
de comisiones que se reparten entre los partidos del espectro político, y los
intereses a que responden ( léase
asignación de fondos a cada comisión de dudoso control en los gastos
incurridos). Queda en duda el sentido de la
existencia del sistema bicameral. Estimo que dada la tecnología de imágenes a
distancia podría permitir la creación de una cámara transitoria, compuesta
por los representantes apropiados del Poder Ejecutivo respectivo (léase idóneos en la materia involucrada)
de los estados o provincias ( con extensión al conjunto social
respectivo), que podrán actuar como cámara objetante de los proyectos de
ley a sancionar, con poder de restricción del gobernador respectivo si se
sienten afectadas. Tal restricción deberá ser subsanada de ser válida tal
objeción. En fin, dado la definición –
expuesta precedentemente- de la construcción de una ley, al obtener un
tratamiento por personal idóneo (politica
y técnica, interna y externa), evaluado por el Consejo
Consultivo, los partidos políticos y las
gobernaciones respectivas, resultando que su sanción implique el consenso
social adecuado. Simplemente: transparencia e idoneidad en el ejercicio del
mandato social respectivo. 4.4.1 Algunas observaciones
complementarias: · Cada uno de los proyectos de
ley, fuere cual fuere su origen, deben ser remitidos a la comisión
parlamentaria respectiva, y de esta a todas las otras, como al Consejo
Consultivo a los efectos de tomar
conocimiento, efectuar aportes y observaciones si así lo creyere ( personalmente o por escrito). · Tal proceso interactuante eliminaría ese espanto oratorio del proceso parlamentario, que más que un público necesitaría un espejo... y auditorios-cama. Otrora los oligarquías enviaban al Congreso a sus mejores oradores (generalmente profesionales), utilizando tal brillante oratoria como fuente de inhibición /persuasión a otros legisladores menos afortunados en su fase discursiva. Por entonces, se asociaba el mayor nivel verbal como el correlato de un mayor desarrollo lógico. El tiempo demostró que nada de eso era cierto, científicamente y fácticamente comprobado: en nuestro parlamento el mejor orador hasta el presente fue un sindicalista ferroviario, sin garantizar que sus palabras eran la verdad revelada. Simplemente, excelentemente pronunciadas… ·
Otro
aspecto a revisar sería la reglamentación de las leyes por el PEN,
la cual tendría que ser realizada - sólo
por coherencia- por la comisión que generó el anteproyecto, consultando
previamente al respectivo ministerio. Posteriormente el PEN
vetará o no conjuntamente ley-reglamento. Es un factor de
manipulación/distorsión, intencional o no y peor aún, diferido en el tiempo (existen leyes jamás reglamentadas) y
no controlado eficazmente por el parlamento. No puedo generalizar, pero es factible en estas pampas… · La constitución de comisiones
por expertos, avaladas por organizaciones (políticas, ONG, sociales, civiles) por su propia idoneidad en el
metier respectivo, descarta el dilema por siempre existente – más en países
como el nuestro- si el cargo legislativo corresponde al congresista o al
partido que lo designo para ser votado. Hay nativamente tantos mini y
unibloques – léase disidentes pos electoral- que da vergüenza ajena… El nivel de la tecnología
alcanzado, permitiría recurrir con mayor asiduidad a las consultas populares.
Temas, como en su oportunidad se trato el divorcio,
no pueden estar en manos de legisladores y sus opiniones personales:
"Creo en la familia", "No creo en la familia como
antaño...", o "Mi religión me lo prohíbe", etc. Opciones
personales respetables pero que difícilmente concuerde con sus mandantes. Tal propuesta consultiva tendría que ser
definida inequívocamente en cuanto a que tiene que ser general y en voto
directo por el pueblo, y que técnicamente legislado ¿Un acuerdo entre poderes
o en el marco constitucional? Definido el tema a consultar, tiene que haber
propuestas acotadas/consensuadas que transciendan al limitado si/no. Pero
para ello debe informarse a la opinión pública. Sería importante que los
partidos/entidades civiles emitan videos con debates-confrontaciones por
expertos de nivel en la temática a consultar, y participación final de
público interiorizado. Utilizar un producto que vuelva a generar un debate
familiar/institucional entre sus videntes, incluyendo las redes sociales. El
espacio televisivo tiene ritmos y pautas a veces contraproducentes para ello.
El video nos permitirá verlo totalmente, reiterarlo parcialmente, o
"avanzarlo", ajustado a nuestras demandas, no a las de los medios.
La interactividad podrá aportar soluciones más productivas. Votar no debe transformarse en una actividad extraordinaria, sino
habitual de los ciudadanos vía recursos tecnológicos existentes. Tendremos
que sustentar ese derecho informándonos, para
limitar los errores que luego fustigaremos. Asimismo restringirá el poder
corporativo sobre determinados temas considerados tabú, siendo el resultado
electoral el que defina positiva o negativamente el punto en cuestión. No debe excluirse que cuando se registren
diferentes opiniones entre las partes constitutivas de la República, sea el pueblo con su voto el que defina tales disparidades. |
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4.5 El Poder Judicial Nacional El tema es
demasiado controversial trasfronteras. Miles de reformas – léase leyes que
expliciten su funcionamiento- no han dejado un modelo a reproducir que
garantice justicia. Convengamos que el nivel de maduración de una sociedad
democrática, que se respeta a sí misma, debe medirse por la más absoluta
vigencia de los deberes y derechos de sus ciudadanos/habitantes. Ello
traducido en un Poder judicial independiente, incuestionable ética y
profesionalmente.
No soy un profesional en la materia como para definir cuál es el
modelo ideal de los códigos, procedimientos u otro modo. Aún
así hay factores que no pueden
soslayarse y quisiera reflejar los puntos que podrían dar luz a la demanda
universal de justicia: ( supongo ya
implementado – total o parcialmente- en varias naciones desarrolladas, no en la nuestra) ·
La calidad de los magistrados, en los
términos definidos en este ensayo, garantizará una mayor ecuanimidad en sus
sentencias como una organización productiva de sus quehaceres. Es decir,
códigos y procedimientos adecuados a los fines de lograr sentencias en tiempo
y forma (léase desburocratizar).
Esto, sostenido en sistemas administrativos y automáticos subyacentes, con
personal técnico, software y hardware apropiado. ·
Un sistema
pericial selectivo, ágil, multidisciplinario y de alto nivel ( léase desburocratizado) que permita
utilizar los procesos técnicos de última generación, como los expertos
involucrados en la temática abordada, que brinden las distintas
organizaciones públicas, privadas, ya sean nativas o extranjeras, como carga
publica obligatoria y remunerada. Definiendo ecuánimemente el Estado los
informes emitidos por terceros, puestos a consideración de los juzgados
actuantes. Dotar del poder de policía
a los peritos, fundamentalmente en la escena del crimen, prevaleciendo en
tal escena sobre cualquier otra Fuerza
de Seguridad. ·
En cuanto a la designación de los miembros
del Poder Judicial, sería más
saludable que sean elegidos por el mismo, dado que tendrán mejores elementos
de juicio que los otros poderes para evaluar las características del cargo a
cubrir, con intervención consultiva de las distintas asociaciones judiciales,
colegios de abogados, Universidades - públicas y privadas- y cualquier otra
institución que le incumba. Se determinará qué nivel le compete al Consejo de
la Magistratura, Ministerio Público, Tribunal Constitucional y Corte Suprema.
Sin excluir que las designaciones del mayor nivel pueden ser ratificadas o
no, por la comunidad judicial a través del voto de sus miembros. Asimismo, la
posibilidad de observación de los otros poderes cuando haya objeciones
fundadas a las designaciones del propio poder judicial, sin excluir el
recurrir al voto popular ante discrepancias que afecten al conjunto social.
Garantizar transparencia e idoneidad en la calidad de sus miembros, sobre el
carácter político o corporativo. ·
En relación a los fiscales, dado su rol de representar a la ciudadanía ante
presuntas denuncias contra el Estado o Sociedad en la observancia de las
leyes, sería congruente que fueran elegidos por el pueblo como lo es en otros
países, en forma personal no
partidaria, fundado en su idoneidad profesional y persona de bien, avalados o
detractados en Asambleas Públicas, respetando el nivel de idoneidad
compatible con su función, ampliando
la participación ciudadana.
Si el sistema republicano funciona razonablemente, generando leyes de
calidad – consensuada entre los poderes, según lo expuesto precedentemente-
permitirían reducir al máximo posible su judicialización. Resultaría
conveniente para ponderar este proceder – es decir tal judicialización de la
política- creo conveniente la creación de un Tribunal Constitucional al cual se le remitan – previo a su
promulgación como normativa oficial – para evaluar en abstracto si su
contenido es compatible con la carta magna respectiva vigente. Ello
implicaría que en el poder legislativo exista una comisión Constitucional, en
tándem con el Ministerio de Justicia, cerrando un circulo de control
constitucional consensuado/eficiente. En ciertas y frecuentes
oportunidades, resulta inconsistente el concepto de no juzgar en abstracto,
cuando lo reiterativo de las demandas poseen un carácter general que torna
excesivamente burocrático el proceso judicial y administrativo precedente. En
tales casos la praxis judicial termina generalizando (léase “automatizando” manualmente)
los procedimientos atento a la igualdad de lo demandado, pero caso por caso,
implicando un nivel de productividad indeseable, traducido en mayor espacio
físico, técnico y humano. Los dictamines del alto tribunal propugnado tendrán
un valor referencial insoslayable para los distintos servicios jurídicos del
sistema público, aún para su refutación si el transcurso del tiempo ha
modificado su sustancia. Ergo, reduciría interpretaciones y eficiencia en el
proceder del sistema republicano.
Al respecto, incurriré en un suceso acaecido hace un par de años en
nuestra Nación, que expresa claramente las situaciones que genera un proceder
negativo: existiendo una sentencia judicial del Alto Tribunal, que se expedía en un caso en particular, dado que
el proceso involucraba al sistema de seguridad nacional, solicito
expresamente al PEN que aplicara
tal sentencia a la totalidad de las prestaciones previsionales de tal sistema
(cientos de miles). Negando el
poder ejecutivo tal indicación por considerarla de cumplimiento imposible,
dado que llevaría a la quiebra del sistema previsional (concepto cuestionado por muchos expertos, dado que podría ser
factible reasignando partidas). Dada tal circunstancia las demandas
crecieron desmesuradamente, con un tratamiento dilatorio que aún engrosa cotidianamente
el volumen de sentencias incumplidas, emergiendo la industria del juicio a la
que tanto denosta el gobierno de turno, sin opciones inteligentes que la
reviertan y que las hay, previniéndolas.
Ante tal situación emergieron demandas profesionales del fuero previsional,
dado que los expedientes excedían el espacio físico que les competía (baños,
pasillos, atestaban de los mismos). Unos magistrados “iluminados”
recurrieron a los medios para mostrar tal desatino, exigiendo
consecuentemente nuevos edificios y personal que solucionaran tal colapso.
Otros, más iluminados, plantearon una solución racional: que se aplicará el caso piloto de la sentencia del Alto tribunal a todos los beneficiarios
involucrados, con la consecuente drástica
reducción del ingreso de
nuevos casos; y algunos economistas aportaron formas monetarias también
razonables de no quebrar económicamente a la Administración Nacional de Seguridad..., reorientando su amplio
espectro de acción, incluyendo vender
las acciones en su poder, correspondientes a las nacionalizadas
Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión (AFJP). En
algunos pasajes del texto he aludido superficialmente a los partidos
políticos, pieza imprescindible de un sistema democrático republicano. Tal
inclinación a no profundizar en los mismos obedece que el rol que han
cumplido al presente es bastante deficitario, y gran parte del descredito
político trasfronteras. Más aún en mi caso, que descreo de las ideologías
como un sistema de pensamiento, ya que ha sido evidente su fracaso en la
historia. Ninguna teoría es válida si sus fundamentos omiten considerar
aspectos que la contradicen, y no son internalizados por los miembros de la
sociedad en la cual se aplica. En posguerra, se crearon innumerables
disciplinas sociales, predominando una concepción progre y cercana a la
izquierda, contra el imperio
yanqui que sojuzgaba cultural y económicamente a los países en desarrollo.
Nadie puede dudar de ello, dado el enorme desarrollo acontecido en EE.UU.,
pero fustigar y prohibir al Pato Donald o Mickey a sus descendientes era
bastante ridículo. El tiempo ( léase
nuevas generaciones) fueron diluyendo tal supuesta influencia, llegando
al caso que uno de los escritores estrellas de ese pensamiento reconoció
recientemente lo equivocado de su posición, dando por sentado que tal oprobio
norteamericano o los imperios coloniales de otrora, no era el causante del pobre desarrollo latinoamericano, sino que
emergía de sus propias falencias como países.
Reitero, ni aun el capitalismo creo que sea considerado un sistema de
pensamiento, sino la evolución humana de someter los unos – los menos- a los
otros desde los orígenes de la historia. Bah! una versión light de los reyes,
faraones, señores, emperadores, patrones, etc.., transformado en las empresas
multinacionales en connivencia con el sistema financiero mundial, al cual aún
seguimos sometidos, por desidia, impericia o cualquier otra razón… Estimo
que la actual conformación de partidos ha perdido la fidelidad de otrora, en
el cual eran cautivos. La adhesión ciudadana está más fundada en las creencias del contexto en el cual
transcurrieron y desarrollaron su vida, tanto en lo personal como en el marco
social de referencia, que en las pretendidas ideas que sustentan a tales partidos.
Podríamos justificar a los conservadores
de un estado de cosas que a su personalidad le resulta difícil cambiarlas, ya
sea en lo económico y/o social. O aquellos que son más permeables a los
cambios evolutivos de las sociedades y prefieren vivir en un sistema
democrático igualitario, respetándose los unos a los otros,
independientemente de su identidad. Tampoco podría justificarse la adhesión a
un partido por su etnia o religiosidad, adhiriendo al que más se acerque a
sus intereses grupales. Sostener que votamos por análisis racionales es
imposible de sostener hoy en día. Nuestras creencias, fundadas en nuestras
vivencias emocionales, prevalecen mayoritariamente sobre las “ideas” que
expresan los partidos gobernantes. El mismo carisma de los líderes políticos
implica una trasmisión emocional, que cuantas veces denostamos ulteriormente.
Hasta en economía se otorgó un premio NOBEL a un psicólogo ( Daniel Kahenman),
por demostrar la influencia de nuestras emociones e intuiciones en decisiones
económicas, otrora adjudicadas a racionales análisis… (un chiste). Y así podríamos extenderlo a formar pareja, criar a
nuestros hijos, etc. Estamos muy lejos de dominar nuestras demandas
emocionales. Estas, en nuestro ADN
ancestral, actúan como un orientador intuitivo de conductas que no da lugar
al razonamiento en el escaso tiempo en el cual tenemos que tomar decisiones,
y muchísimas veces si lo tuviéramos, por ausencia de información fidedigna.
Esto es válido hasta para Descartes (“pienso,
luego existo”) o cualquier otro que crea que priva el pensamiento.
Algunos filósofos han aludido que la capacidad de pensar la problemática que
nos aqueja, nos permite refinar
nuestras conductas hacia formas más racionales que asimilamos, mejorando la
calidad de la especie, siempre y cuando resulten congruentes con la
naturaleza humana. Adhiero (y es la
pretensión del ensayo). Luego
de estas digresiones, y coherentemente con lo propugnado en este estudio,
tenemos que reconocer son los partidos políticos los que deben inculcar en
las sociedades que nuestros
representantes políticos deben ser
del mayor nivel de idoneidad factible, en los términos ya expuestos.
Esperar que la propia evolución humana, vía una educación de excelencia logré
generar estos representantes, es una banalidad. El futuro se construye de las decisiones y acciones del presente.
Quienes posean actualmente, los dones para acceder al campo político, aunque
no se postulen, deben asumir
responsabilidad política. No hay
otro medio que pueda generar el cambio social que nos impulse a mejorar la
calidad de vida humana demandada por las sociedades. Hoy,
dada la tecnología disponible, es muchísimo más fácil crear organizaciones,
en las cuales los sujetos con mayores niveles intelectuales contribuyan con
sus conocimientos. El edificio del conocimiento humano se construye día a día
de los aportes positivos, prescindiendo de los factores negativos de los
sujetos, que yacen en el olvido… En definitiva, se necesitan interlocutores sociales validos, que faciliten el largo “camino-solución” a
recorrer para lograr una mayor calidad de vida, sin excepciones, de los
humanos, incluyendo su hábitat… Personalmente he fracasado en un proyecto en
la Web, que intentaba generar
proyectos sociales idóneos. Solo pude lograr una cantidad variable de
lecto-internautas, progresivamente en sus inicios (1999), fluctuando discontinuamente desde 1500 a 4500 ingresos (no hits) mensuales, en casi tres
lustros de su vigencia… Reitero, soy persistente… Será
hora que los partidos políticos compitan para aportar los mejores equipos en
las áreas sociales respectivas, o coalicionen cuando compatibilicen sus
proyectos, omitiendo de pugnar por el poder
mismo. ¡Bah! , lo que han hecho hasta el presente. Cualquiera sea el
proceso organizacional, tanto civiles o gubernamentales requiere de una
estructuración soportada por la tecnología factible/disponible. Las
siguientes observaciones le caben a cualquiera de los poderes de una
república. Resulta trascendente un estado eficiente y eficaz para lograr la
productividad que tanto se anhela del mismo. Al presente, a nadie se le
ocurriría cuestionar la informática. El acceso en fracciones de milisegundos
a datos de carácter volumétrico como su teleprocesamiento, torna a un
ordenador en una herramienta insustituible. Tal efectividad no es trasmisible en cuanto a
procesos encadenados e interactivos que involucra tareas
interinstitucionales, en los cuales interviene preponderantemente el factor humano. Estudios respectivos,
indican que en tales procesos, frecuentemente la inversión monetaria no logra satisfacer el alcance
obtenido. Generalmente las falencias no son producto del procesador
respectivo: lo primordial resulta establecer el circuito administrativo
acorde al trabajo a generar automáticamente. En fin, pre-informático y por el momento, solo asequible al hombre. El éxito dependerá de la
calidad de los niveles superiores de una Organización ( directores, gerentes, funcionarios, magistrados, etc..) que con
una visión global, abstracta y sistémica de su área de influencia y el
conjunto, incluyendo los circuitos respectivos, permitirá diseñar tales
circuitos satisfactoriamente y fundamentalmente
que satisfagan los objetivos institucionales. Tal éxito implica la activa e
insustituible participación de sus cuadros intermedios, base de testeo de los procesos realizados y
factor fundamental en el insoslayable ajuste (léase cambios constantes) de los sistemas administrativos y
automáticos subyacentes. En fin, una formulación
correcta del sistema garantiza una implementación exitosa. La
informática es una herramienta óptima, pero sigue siendo un instrumento del
hombre, el cual tiene que conocer su utilidad, no su constitución física o
programática. Esta tarea es de incumbencia de los expertos informáticos, que
deben estar supeditados a los niveles superiores de la organización. Una
articulación productiva entre técnicos administrativos y los informáticos, en
todos los niveles, garantizará el éxito de cualquier sistema administrativo
automatizado, como sus ulteriores modificaciones. La mediocridad de las
implementaciones institucionales debe rastréaselas en que los analistas informáticos, cuando
perciben - muy frecuentemente- que su interlocutor técnico administrativo no domina correctamente las fases de
su trabajo, aquellos generan soluciones propias transaccionales (intenta acertar), y usualmente
ajustada a su conveniencia (léase menor
esfuerzo) . Tales soluciones, seguramente, transformaran al sistema en un
híbrido – inicialmente- y posteriormente en sus múltiples modificaciones, en
un parche solo descifrable por el programador y asumido como imperativo por
el trabajador que debe utilizarlo. Esta circunstancia es extensible al
conjunto del sistema institucional, que al no existir el nivel
gerencial que lo diseñe/domine, analizando el conjunto con relación a
cada una de las áreas sistematizadas que lo conforman, con activa
participación de los cuadros medios, generan
estos productos deficientes. Por supuesto no achacable al ordenador, a veces ultrasofisticados, ni a
los vicios profesionales aludidos de los informáticos -
los cuales pueden ser muy buenos o regulares- sino al deficiente nivel de los cargos directivos superiores en sus
limitaciones en cuanto a pensar abstracta, global y sistematizadamente. En fin, el “problema informático”
pasa a un segundo lugar, destacándose la elección acertada de los niveles
superiores de la organización. Resultaría optimo
para el desarrollo sistémico de una estructura institucional, que tanto
aquellos como el informático/sistémico registraran un nivel intelectual
importante como los aludidos comprensores/analista de símbolos, optimizando
la articulación de la información - sin distorsiones- dado que utilizarían
igual código de transmisión, generando programaciones sistémicas productivas, indispensables
para mejorar la calidad de vida de una sociedad.
Francamente nunca pude entender como un proceso electivo, vital para
satisfacer las demandas sociales ciudadanas, el cual requiere el máximo de
imparcialidad, este en manos del gobierno de turno. No sé si debería ser
ejecutado por el Poder Judicial (léase Cámaras
Electorales), el extra poder del Ministerio Publico, o la conformación de
juntas electorales nacionales y provinciales con poder político decisorio, descentralizadas y autárquicas. Tales
poderes para cualquiera de las opciones precitadas.
Resulta improductivo e
incoherente que sujetos elegidos por la población, luego fueran impugnados
por lo diversos entes, con justa razón, o solo chicanas políticas. Obviamente
debería ser evaluado previamente y puesto a conocimiento público por el
organismo que controla el acto electivo. Asimismo cada postulante a cargos
gubernamentales debería obligatoriamente elevar sus antecedentes previo a su
confirmación, por supuesto en la Web,
con difusión/chequeo de tal información en forma sostenida por quien tenga la
responsabilidad del acto eleccionario. Esto es un tema de discusión que nos debemos para evitar frustraciones
sociales indeseadas. En cuanto al recuento de votos,
estaríamos tentados a dejar en manos de informáticos dado que su eficacia parecería
indiscutible. Ya aludimos que los programas los genera el hombre, lo cual
implicaría error, ya sea voluntario o involuntario. La justicia Alemana,
luego de escuchar informes de peritos computacionales, determinó que no era prudente solo tomar en cuenta el resultado del ordenador respectivo, dado
que no es posible ser auditado por
el votante. Es racional, e insustituible la utilización de la tecnología
existente, pero con un doble control. Hay ya métodos probados, que permiten
registrar tanto los votos emitidos en las urnas ( léase papel y firmas de control), como su verificación simultanea
por el ordenador respectivo, con un margen de error exiguo ( léase 0,1 % como máximo ?) entre
sendos procesos. Tales falencias deben ser revisadas ulteriormente, ya que
seguramente no modificará el resultado electoral. Si así lo fuere, se deberá
constatar tal falencia antes de proclamar a los supuestos ganadores. Tal
revisión nos permitirá testear los yerros producidos y minimizar los márgenes
de error ulteriores.
Los votos deben corresponder a un
voto igual a un ciudadano, dejando de lado sistemas indirectos que nos
pueden llevar a resultados falsos, sean intencional o no. Las decisiones
finales de altos tribunales judiciales – aún su independencia del gobierno de
turno- pueden conllevar influencias coyunturales/personales en el proceso
electoral.
Los recursos humanos y tecnológicos abocados a tales procesos
electorales deben tener la suficiente idoneidad para definir inequívocamente
el resultado fehaciente del acto eleccionario y sus posibles rectificaciones,
si fuere necesario. Debe privar la
exactitud del resultado electoral sobre el tiempo en que se demore el
recuento de votos que definirá una elección, nada más importante para la
ciudadanía.
Dejase por descontado que
tendrá que haber auditorías externas sobre todo el proceso, ya sean del orden
nacional como internacional. 6.3 Segmentación del padrón respectivo.
Un acto eleccionario es una fuente extraordinaria de información
estadística directa. Base de estudios sociales de la mayor diversidad que
enriquecerían a la sociedad misma. Desconozco el proceder de otros países,
pero en el nuestro es patético, privilegiando zona y orden alfabético del
votante, sin distinción de sexo con el objetivo de evitar discriminaciones
agraviantes (creo que es el fin).
Resultaría trascendente la que el padrón se construya cruzando datos
múltiples que posee digitalizado el Estado, conformando las mesas según
parámetros, que permitan inferir directamente que sectores determinaron la
elección respectiva. Como ser por rango etario, los opcionales ( mayores de 70, menos de 18), el nivel
educativo, el socioeconómico, sexo, y alguna otra variante útil no aludida y
por supuesto lo más cercano a su domicilio. A los efectos de evitar supuestas
discriminaciones podría facilitarse el voto durante los días previos al final
de cierre, como acontece en varios países. También podría, dado los avances
tecnológicos, cuando un votante está alejado de su mesa y pretende votar
hacerlo en la más cercana, transfiriendo electrónicamente tal voto a la
original, en su forma dual (papel y
registro computacional). O cualquier por otra causa justificada, a los
efectos de no perturbar el comicio electoral.
Necesariamente un país requiere de una descentralización, tanto para
una administración eficiente, como para permitir que el PEN atienda requerimientos de mayor envergadura en su inserción
mundial, delegando la problemática local en circunscripciones, denominadas
según cada país (Estados, Provincias,
Departamentos, etc.), y a su vez estos en localidades menores bajo su
control general (léase alcaldías, intendencias, etc.) Creo que esto es
indiscutible, por bastante tiempo… Aludíamos a lo racional de tal
autonomía, pero estimo que ello genera diferencias interpretativas entre la
Carta Magna, la jurisprudencia del Poder Judicial Nacional, y las que
competen a cada una de las divisiones que se registren en el país. No sería
más razonable que prive la normativa Constitucional, permitiendo un criterio
compatible que redundará positivamente en la resolución de conflictos. Esto no implica que no haya un sistema republicano
en cada división territorial, pero teniendo como base la Constitucional
Nacional impedirá distorsiones que beneficien a los gobiernos de turno.
Generalmente cuanto más alejados del poder central tienden a manejarse como
feudos, implicando esto un nivel educativo inferior en su ciudadanía (factor frecuentemente intencional),
que permite desprendenderse de las normativas nacionales. Así tenemos estados
que legitiman reelecciones vitalicias, penalidades diferentes, leyes
estaduales incompatibles con otros estados, que con el simple paso de una
línea divisoria imaginaria/arbitraria ( aunque
sea consensuada), podría incurrirse en infracciones impensadas.
Estimo que si hay variantes locales que se puedan adicionar a la
Constitución Nacional, con la supervisión del Poder Judicial Nacional, que
dictaminará su coherencia o no con aquella normativa superior. Creo que esto
garantizará la igualdad ante la ley de los ciudadanos, priorizando sobre
arbitrariedades habituales. En fin, estas afirmaciones son afines al sentido común, que pueden diferir o
resultar ridículas frente a los argumentos jurídicos de los expertos. No
excluir la voluntad popular ante discrepancias evidentes, en forma
plebiscitaria. 6.5 La alternancia de los gobiernos
Convengamos que las reelecciones indefinidas han sido funestas en la
historia humana. La naturaleza humana – con exiguas excepciones y extensivo a
quienes ejercen poder- ha demostrado que los políticos ungidos por la voluntad
popular en lapsos excesivos, tienden a sufrir el tan bien descripto síndrome
de Hubris. Es decir, ejercer el
mandato transferido por sus votantes en forma desmesurada, sin darse cuenta de ello. Esto a costas de la
ciudadanía que si se da cuenta, y es quien paga las consecuencias. En palabras
populares “se la creen”, no dando
lugar a otro accionar que el propio. Los griegos denominaban este accionar a
quienes robaban escena. No en
vano, muchos políticos toman clases de actuación…
Tal falencia a veces no es detectada por la ciudadanía, dado que sus
políticas satisfacen a determinados sectores sociales que creen ver a su
líder sin cuestionamiento alguno (léase
populismos). Quienes conforman su entorno generalmente aprovechan ese
superpoder, con obsecuencia y negocios
particulares. Difícilmente lo expliciten públicamente, so pena de perder
sus circunstanciales privilegios. Comentarios en off terminan por trascender
tales veleidades del líder, generalmente tarde. Recuerdo haber leído hace
muchos años – desconociendo este trastorno de personalidad narcisista- que un
presidente de una nación poderosa, que tenía una altura física bastante
superior a la media, se hacía colocar una tarima sobre la cual dirigía las
sesiones de gabinete… Puede ser coherente que en los sistemas hiper
presidencialistas tener un alto grado de narcisismo,
sería necesario para afrontar circunstancias adversas, que superen al mismo,
generando políticas contrarias a la realidad que lo circunda… Léase negación,
racionalización, autismo, etc., virtudes
tan humanas. Lo propugnado en el
presente ensayo, en cuanto a una conducción colectiva, que genera un control
en los desmanes personales ( nadie está
exento de “volcar” coyunturalmente, cualquiera fuera la causa), como la
calidad de los miembros en cuanto a la capacidad descripta y el dominio
emocional respectivo que se alude, garantizarían una reducción de este
síndrome. Asimismo, el carácter especializado de su ejercicio gubernamental
permite que no tenga una
dependencia exclusiva de los ingresos públicos, dado que su paso por el ámbito
oficial redundara beneficiosamente en su bagaje individual y cotización
ulterior en el mercado. Ergo,
este tema de la alternancia sería un tema a debatir, dado que excede a un
tipo de personalidad, al poder ser minimizada por otro contexto republicano
en sus instituciones como el expuesto en presente estudio. Si nos referimos a
la alternancia partidaria, que obviamente generara una nueva dirigencia, creo
que está en manos de la ciudadanía decidirlo. Dado el nivel de evolución
humana al presente, preferiría la alternancia, ya sea partidaria o no, dado
que debe prevalecer lo mejor para la
calidad de vida ciudadana sobre supuestas ideologías que responden a
preconceptos, que difícilmente no sean
fustigados certeramente en el tiempo, como lo ha demostrado la historia. La educación hará un aporte a dilucidar
estas incongruencias que tanto daño ha infligido a los humanos.
Solo por coherencia, si una Nación ha aceptado una Constitución que
establece regirse por una democracia republicana, debería ser de conocimiento
pormenorizado de sus ciudadanos según su desarrollo cognitivo/evolutivo.
Aludíamos en la introducción de este breve ensayo, que le concepto de democracia es asimilado por la
población, sin requerir un nivel educativo superior. Es una percepción
intuitiva, dado que en definitiva es uno de los principios básicos de la seguridad de la especie humana. En cuanto a la república, al ser un sistema dinámico
entre poderes, resulta difícil su entendimiento, implicando un conocimiento
de sus partes constitutivas. Debe ser política de Estado que en el sistema
educativo todo estudiante – sea cual fuere la especialidad que cursa- debe llegar
a consagrarse ciudadano con un cabal conocimiento de sus derechos y
obligaciones establecidos en la carta magna respectiva. Convengamos que la escuela es un
ámbito conservador, arraigada en concepciones pasadas, que expresa el nivel
madurativo de una sociedad. En realidad la educación debería ser la
vanguardia social. Es decir, difundir y plasmar todo aquello que debe ser
entendido por los infanto-adolescentes. Esta etapa es la de mayor
flexibilidad en la adecuación a las normativas sociales que se incorporan
legalmente, cuyo ejercicio permitirá una asimilación productiva. Una imprimación vital que difícilmente
sea borrada en nuestros niños-jóvenes. Lejos estamos en nuestro país de
transmitir valores republicanos/democráticos, como de convivencia cívica y
ambiental, cuando nuestros dirigentes con responsabilidad social emiten
mensajes contrarios a tales imperativos, significativos para una sociedad
madura. En fin, la ejemplaridad es un ave rara, que debería ser
común, no extraordinaria… Ya sea esta pública o privada –
lamentablemente han crecido en demasía en nuestro país por las deficiencias Estatales-
deben transmitir desde su primer día los valores del sistema republicano,
democracia, convivencia cívica y conservación de nuestro hábitat. Ejercerlos, no declamarlos o hacerlos
repetir como una lección, definitivamente mnémica, la cual se diluirá en el
tiempo, transformándose en irrelevante como sucede al presente.
Razonablemente debe aplicarse en forma gradual hasta llegar al logro de nivel
lógico del alumno. En la fase primaria, podría elegirse a un representante
por cada grado, por los propios miembros, en virtud de cualidades morales e
intelectivas de los mismos. Cada uno de estos participara en las reuniones
que impliquen a los intereses de la escuela (p.e.: evitar la depredación por alumnos del ámbito escolar),
normativas educativas emanadas por las respectivas autoridades, y resolución
de problemas de conducta ocasionales de los alumnos. Podría constituirse un
jurado de faltas – conformado por los alumnos de los grados superiores- que
delibere y exprese el sentir del mismo frente a la conducta juzgada. Experimentar
todas las deliberaciones y confrontación (esto
en la acepción de cotejar una cosa
con otra, congeniar) entre las partes, es decir quien juzga y quienes
defienden a los acusados. En la fase secundaria, la
ejercitación debe ser simultánea al conocimiento de la estructura
republicana. Los delegados deliberaran por sus derechos y deberes en el
ámbito escolar. Cada división tendrá un delegado
con voz y voto, un consejo
estudiantil que ejecute las demandas impartidas por una asamblea de delegados y un Jurado para resolver las
controversias que se generen. Todo ello elegido por los alumnos y su alcance
resolutivo será preestablecido por un marco regulatorio común por la
autoridad gubernamental. En definitiva palpar
los procesos en los cuales deberán ejercer sus deberes y derechos en una REPÚBLICA DEMOCRÁTICA. Tal descripción no es nada novedosa,
pero no se ejerce, o mal, perturbando el desarrollo escolar y la consecuente no participación de la mayoría del
alumnado (léase darle un carácter
partidario extra-escolar). Es que primero tendrán que tenerla clara los
docentes, con un profundo conocimiento del proceso de experimentación del
cual serán parte. Con participación de profesionales afines asignados al
distrito escolar respectivo, cuando se requiera discernir temas de mayor
complejidad. Aludíamos a las dificultades de las
abstracciones que experimentaban los alumnos en materias cívicas. Si se llega
al secundario sin la posibilidad de leer, escribir y comprender fluidamente
los textos a su alcance, poco se pondrá avanzar en un real entendimiento de
vivir en una república, donde los derechos
y deberes sean de dominio de sus
ciudadanos (esto incluye normas de
convivencia, cuidado del hábitat, etc.). Coherentemente con lo propugnado en
este ensayo, debe darle sentido a quienes tienen un nivel intelectual superior.
Comprender que ese don debe ser
ejercitado a favor de su comunidad. Simplemente tener en cuenta al otro. Y
ello me remite al concepto lancasteriano,
el que los alumnos más adelantados ayuden a los que no logran alcanzar su
nivel. No hay mejor forma de aprender
que enseñando. El alumno de mayor desarrollo debe reorganizar sus
conocimientos, generando esto una mejor cosmovisión del tema a exponer;
logrando tanto una mayor claridad narrativa como comprensión de la temática
abordada, válido para el emisor y receptor. Favorece el dar y el reconocimiento de su receptor. Inculcando desde sus
raíces la importancia de poner su don
al servicio de sus congéneres. E instalar en los futuros ciudadanos que
quienes ejerzan los roles públicos deben ser de una capacidad intelectual
superior, para el beneficio del conjunto que los incluye… Discúlpenme esta última digresión.
Al presente y en relación al sistema aludido, disponiendo de tanta tecnología
podría enlatarse el conocimiento de determinados temas – incluyendo el de
república, ajustado constantemente- que generan dificultades en muchos
alumnos. El mismo puede ser generado por profesionales de alto nivel – docentes/expertos
- que simplifiquen el conocimiento a un nivel de entendimiento que no desvirtúe lo esencial del
mismo. Chequeado por educativos como material fácilmente captable por
docentes y lancasterianos avanzados que permitirán una transmisión a aquellos
alumnos con dificultades en algunos campos del saber. Obviamente, sin
exigirles tiempos de evaluación, los cuales indicarían los alumnos a su
debido entendimiento del material puesto a su alcance. Asimismo, apoyado por
tutores. No es cuestión de revolear
ordenadores a los alumnos, sino ofrecerles contenidos guiados de calidad (traducidos en software) que harán
mucho más simple su vida, presente / futura, y fundamentalmente contenerlos, no expulsarlos. Gracias por su atención.
Observación: Matriz
Soleido, solidaridad e idoneidad conjugada y República Democrática, una
lectura · "Bases
Conceptuales para una Reforma Administrativa (
Edición Electrónica del autor,2002) ·
“Hacia una nueva
idoneidad Política”, Ocruxaves,1997 |
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