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   Aludí al iniciar estas editoriales que no es la
  finalidad de este periódico hacer análisis de coyuntura política, dado que
  apunta al largo plazo. Pero también que no referirme a ella era como tapar el
  sol con las manos. Así que someramente en LA
  NACIONAL y LA PROVINCIAL (Buenos Aires), realizo
  una lectura del trascendente suceso socio-político. Retomando en esta
  editorial el verdadero sentido de  Toda elección humana, en cualquier circunstancia,
  implica dejar de lado otras, que luego podremos añorar por múltiples causas.
  Generalmente, en este proceso de elegir, nos tenemos que ceñir a lo
  existente/ofertado. Cuando no nos satisface tal oferta tratamos de generarla
  utilizando los canales de acceso a la misma, habituales o no. Como decía Discépolo, para jugar al Carnaval hay
  que disfrazarse. Muchos no podemos, otros no quieren. Somos muchos
  seguramente. Participar en política implica hacer de..., no ser. Dadas las
  reglas del juego político vigentes, no resultan compatibles con la
  sensibilidad social que uno posee, más allá de identificaciones partidarias o
  ideológicas existentes. Supongo que ante éstas opciones, privará aportar en
  un mínimo nuestras posibilidades y disponibilidades - en cualquier plano-
  sintetizadas admirablemente por el padre Mamerto Menapace en su célebre
  frase expuesta en la editorial inicial de este periódico.  La propuesta del proyecto disparador de este medio digital, orientase a la creación de una red SOCIO-TECNOLOGICA que
  engarce ambos aspectos expuestos. Los recursos tecnológicos actuales la hacen
  posible a fines del milenio, sin excluir nada de lo preexistente primitivo
  pero todavía eficaz, como ser el boca a boca. Es decir integrar/sumar en todo
  aspecto. Desde una actitud especuladora, de quien siendo sensible a la suerte
  de los otros, no quiere - razonablemente- volver a "quemarse"
  involucrándose nuevamente como otrora; o una actitud mezquina, dando menos de
  sus posibilidades pero sabiéndose en falta socialmente; o a tantear
  progresivamente que es lo que se propone esta red propugnada; hasta del apoyo
  franco de sus posibilidades/disponibilidades, participando/construyendo el
  futuro de tal organización social. Los únicos requisitos y no excluyentes
  pues pueden estar equivocados, es el de  Estimo, que más allá de las ideologías existentes
  o futuras, el ser humano se orienta según objetivos que son trascendentes a
  su adhesión o creación de una cosmovisión intelectual, que
  pueden resultar incompatibles con tales objetivos y muchas veces
  imperceptibles inicialmente, con la desazón ulterior consecuente. Priorizar
  todo aquello que apunte a la calidad de vida, sintetizadas en IGUALDAD,
  LIBERTAD, SOLIDARIDAD E IDONEIDAD, haciendo nuestro aporte productivo - de un
  mínimo a un máximo coherente- sin reparos intelectuales mezquinos
  (racionalizaciones) que puedan hasta abortar su participación. Retomemos, luego de esta necesaria digresión,
  dado que da sentido a lo expuesto, el planteo inicial referido a la opción
  humana en la elección. En el ámbito político, somos mayoría quienes nos
  sentimos excluidos del mismo. Ningún partido político existente puede
  satisfacer la oferta básica que demandamos. Estimo, que el descrédito de la
  dirigencia originase en la escisión producida entre la sociedad y la
  política. No casualmente denominados "partidos", ya que tal
  separación en el siglo pasado implicó a lo gremial, siendo asumida la
  política por los adinerados y deviniendo a profesionalizada del presente; no
  siendo una muestra significativa de la sociedad, dado el mayoritario nivel de
  exclusión aludido, como su calidad constitutiva superior al participante
  activo actual. Este refleja un perfil eminentemente "clientista"
  que una vez que accede a cargos partidarios, reproduce "naturalmente"
  el modelo de inserción asimilado. Generalmente, se sirven de la sociedad
  haciendo política. En el seno social, en su praxis cotidiana, la sociedad
  debe seleccionar a los seres que la representen en el accionar gubernamental
  con idoneidad y transparencia en su ejercicio. No tiene sentido delegarlos en
  profesionales que hacen de... sin ser. Armonizar los instrumentos adecuados
  para articular fecundamente entre sociedad y sus representantes
  gubernamentales, será el desafío del siglo 21. La oferta existente, que cada vez incluye más a
  los intelectuales que tienen la posibilidad de exponer sus ideas en los
  medios masivos (la respuesta es de ellos a tales causas), nos incitan a la
  "resignación", algunos con esperanza. Esto es lo que tenemos, nos
  dan y vamos lenta pero progresivamente a un mañana mejor, lógicamente dado
  que siempre se tiende a superar el nivel preexistente, como lo ha demostrado
  la historia humana. Lo cual nos induce a la pasividad del presente para el
  regocijo de los políticos ocupando cargos gubernamentales. ¿ No sé si esto es
  intencional o no? Pero es indigerible e insultante a la capacidad del hombre.
  Negar la posibilidad de mejorar el presente, aunque sea con la prédica, único
  sustento de un futuro mejor es propio de incompetentes (nunca condujeron algún
  proceso) o conniventes con el poder de turno. Aceptar la mediocridad de estos
  políticos como los administradores del bien común, nuestro hábitat, presente
  y devenir es desconocer la calidad intelectual humana y sus posibilidades,
  demostradas en otros ámbitos. Aceptarlo, o reaccionar pasivamente nos iguala
  a aquellos. Los invito a reflexionar y sumarse a esta red solidaria e idónea
  con su participación, aunque sea mínima y de acuerdo a sus posibilidades y
  disponibilidades. No se requieren : participaciones
  eufóricas y/o excesivas, héroes, impolutos... Solo sensibilidad social y/o
  imaginación productiva, que finalmente permitan vislumbrar que deben
  priorizarse nuestros intereses generales de largo plazo, sobre los inmediatos
  y particulares. Que esto es "negocio" para los humanos. 
  Otro de los desafíos primordiales del futuro siglo.     |