En
estas fiestas navideñas se estila pedir por paz y amor. Lamentablemente
todavía hay guerras sin sentido. El odio solo puede ser combatido con amor.
Edward BACH, científico inglés
- el de las famosas flores- expresaba que el desarrollo de nuestra
especie basabase en un largo camino en la maduración de sus emociones
básicas: odio, amor, miedos, etc. Su eficaz terapéutica floral consiste
en ello: proveer el efecto contrario al emergente destructivo. Pensemos en la
evolución, desde la agresividad de las hordas ancestrales a los procesos de
tolerancia / convivencia actuales. Los pueblos que al presente han diluido
/ disipado sus odios primitivos, han permitido el acceso a sentimientos más placenteros
que hicieron posibles tales procesos. Aquellos que no lo han logrado,
háyanse sumidos en circunstancias críticas constantemente. Adhiero a tal
aseveración, aspirando a que en este futuro siglo pueda lograrse una
verdadera paz planetaria, gracias a la desaparición / mitigación del odio
racial, religioso o de cualquier índole que genere enfrentamientos entre
humanos. Que solo pidamos amor. Nada justifica la guerra.
Quienes
propugnan la solidaridad, sabemos que debe enfocarse de dos ángulos: como
expresión de amor entre los hombres o como "negocio" para la
especie humana. Muchos preferiremos el "amaos los unos a los
otros", aunque a veces nos conviene recurrir al más pragmático "No
hagas al otro lo que no te gusta que te hagan a ti". Pero esto no se
ha de lograr por el solo transcurrir del tiempo, por el propio peso de la
evolución. Se debe buscar cotidianamente, para que en el mañana sea
posible. Debemos luchar contra la mayor traba a ser solidarios, de
cualquier de las dos formas: el ser mezquino. Cuando aludí al último
premio Nóbel de la paz - la organización de médicos sin fronteras(MSF)- los califique la antimezquindad.
No solo ofrecen sus erudiciones sino que también su vida. No sé si fuese
capaz de tal entrega. Cuando pienso que esta propuesta de formar una red
solidaria se limita a opciones tan simples que van desde la adhesión, dar
un poco de tiempo y/o nuestras erudiciones en la medida de nuestras
posibilidades/disponibilidades (es decir sin excesos), como apoyo económico
mínimo a quien no quiera / pueda brindarse el mismo, me parece difícil de
entender. La anexión de idoneidad es simple: cualquier organización requiere
de racionalidad para ser productiva. Que mejor que quienes se les
reconozca por su accionar fecundo conduzcan en participación con los otros
miembros, que avalaran, o no, consecuentemente tal designación. ¿ Quien puede negar
la conflictiva organizacional de ser conducidos por personal no idóneo?
Agruparse no basta, se requiere coordinación multidisciplinaria que solo es
factible con capacidad.
Esta propuesta
necesita primariamente de predicadores que la difundan con mayor
sencillez y de cualquier forma. Mi propuesta de difusión apunta a aquellos
que tenemos un don y sensibilidad social. Antiguas nociones
tribales - que desconocía antes de leer la sorprendente reinterpretación de Darwin por Helena Cronin,
experta en tal autor- indicaban
que el Don es como una divisa: debe circular. No es una propiedad.
Personalmente, en el artículo aludido agregue que el mayor grado de
inteligencia reside en tal hecho: ponerla al servicio de la comunidad,
hasta dudar que quien no lo haga sea de un nivel intelectual superior
(antes no me atreví a afirmarlo públicamente).
Personalmente,
siempre tendí una mano a quien estando a mi alcance generaba algo productivo,
personal (un negocio, estudios, una casa, un proyecto laboral, etc.) o solidario. Por ello cuando veo actitudes renuentes no
puedo captarlas en su esencia, ya que están alejadas de mis experiencias. No
hablo en términos de mejores o peores, sino diferentes. Hasta en varias
experiencias laborales percibía que desconfiaban de mi actitud buscando que
había de tras de la misma (años me llevo comprender que me miraban con sus
ojos). Esto fundamentalmente a quienes concebían el Don como una propiedad.
Desgraciadamente quienes en mi ámbito poseían los niveles de comprensión
(abstracción, globalización y sistematización) actuaban como tales. Muchos
otros, sin llegar a esos niveles, pero imprescindibles en cualquier
organización tenían claro ese mandato tribal y por supuesto mucho mas útiles
a los fines sociales de la repartición que prestaban servicio...
Accidentalmente,
en una de mis restrictivas promociones a pulmón, un periodista de prestigio
de nuestra TV, equivocó mi apellido con el de otro, remitiéndome
un e-mail. Mas allá de su condición de tal, aquel era un típico lector a los
que aspiraba (nivel terciario, informado). Así que ya que se había iniciado
el dialogo, aunque sea forzado le pedí su opinión del sitio. Luego de algunas
observaciones al mismo - obligado por su error- y las pertinentes
aclaraciones rectificatorias de mi parte, reconoció que era una "buena
idea", pero que solo le parecía que quedaría en eso... No
me expreso el porque de tal afirmación, siempre actuó
"forzado" y renuente al dialogo. Puede ser que al ser público este
más expuesto... Una de sus manifiestas luchas personales es la de crear
mejores condiciones en la sociedad a través de dirigentes políticos idóneos e
incorruptibles; hay tantas formas de colaborar sin necesidad de exponerse
que no me cabe. Y esta incomprensión personal puede ser el germen del
fracaso de mi propuesta, que obviamente me excede: esta en circulación.
Una
ultima reflexión para los intelectuales que anteponen sus ideas a aportar
algo en beneficio de la sociedad a través de esta red, que lo piensen: ¿ No sería más
razonable criticar en esta misma tribuna abierta o en la que quieran mi
propuesta que omitirla porque no estén de acuerdo en algunos de sus
postulados? De cuantos fracasos participamos
cuando quisimos aportar algo políticamente ¿ Otro más? No puede ser
una excusa seria, cuando se ofrecen niveles de participación como en el
presente, si francamente cree que puede y debe aportar algo de su bagaje a
la sociedad. Más aún partiendo de lo social y de su éxito pasar a lo
político. Es más, si fracasamos igualmente servirá para otras
generaciones capitalicen nuestros errores...
Que pasen esta ultima Navidad del milenio en la
mayor de las felicidades.
(Solidaria e Idónea). Francisco Alberto Scioscia
www.redsoleido.com.ar
número 9 del: 24/12/99 . 
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